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Guillermo Buitrago: Precursor de la música vallenata. Édgar Caballero Elías
Читать онлайн.Название Guillermo Buitrago: Precursor de la música vallenata
Год выпуска 0
isbn 9789587463293
Автор произведения Édgar Caballero Elías
Жанр Изобразительное искусство, фотография
Издательство Bookwire
Yo vi una araña con pelo
en el alar de mi casa
con rabo y con cuatro patas
con rabo y con cuatro patas
y tenía forma de cangrejo.
La araña te va a picá
agárrala por detrás
la araña te va a morder
agárrala por los pies
la araña pico a Gustavo
porque le tentaba el rabo
borracha araña atrevía
ayer asustó a María.
Esa araña inteligente
esa araña inteligente
es una friega pa´ mí
de pronto la veo subir
de pronto la veo subir
haciendo mueca a la gente.
La araña te va a picá
agárrala por detrás
la araña te va a morder
agárrala por los pies
la araña pico a Gustavo
porque le tentaba el rabo
borracha araña atrevía
ayer asustó a María.
Gustavo Rada, por su parte, manifestaba ser el autor de la letra de la canción. Refiere cómo se originó. “Yo llegué a Barranquilla procedente de Bogotá, para el nacimiento de mi hija Alicia Mercedes, en 1946, e invité para festejar ese día a Efraín Torres, Numa Pabón, Ángel fontanilla y Guillermo Buitrago, entre otros. La canción se origina porque al costado de la casa donde vivía, en el callejón del Matadero, había un grupo de pelados festejando la muerte de una cipote araña negra y pelúa”. Gustavo Rada se da cuenta, “porque había ido al patio a orinar, y se sorprendió al ver ese cipote animal”. Este fue el motivo para que empezara a tararear el primer verso:
Yo vi una araña con pelo
en el patio de mi casa
con rabo y con cuatro patas
tenía forma de cangrejo…
Llamó a Fontanilla para que escuchara los primeros versos. Se acercaron, entonces, Numa Pabón y Buitrago, que le dijo que esa canción estaba buena para grabarla. Término Gustavo de hacerla y ese mismo día la montaron.
Cuando habla de “Borracha araña atrevida// ayer asustó a María”, se refiere a María Flores, entonces su mujer, y cuando dice “La araña picó a Gustavo// porque le tentaba el rabo...”, no es porque lo haya picado, ni él le hubiera tocado el rabo, como él mismo manifestaba, sino que los agregó para hacer el acoplamiento de los versos, cuadrar la melodía. El resto, termina diciendo Gustavo, lo hizo El Mono Guille. Además de una tremenda letra, sencilla y pícara, como la mayor parte del repertorio de la música de Ciénaga y la región, Buitrago le imprimió a la interpretación una gracia difícil de superar o de encontrar en otras composiciones de la música popular colombiana. Es uno de sus clásicos. Surgido, como se deprende de las confesiones de Gustavo Rada, de un episodio de la vida cotidiana e infantil en un barrio popular, pero que sus compositores le dieron una pícara vuelta de tuerca para trascender el motivo inspirador inicial y pasar a ser una metáfora que el entendido pueblo colombiano disfruta y goza, sin distingos de clases y edad.
Los enanos
Por supuesto que no faltaron aventuras en la vida de Buitrago. Guillermo era metódico, pues cada vez que salía de su casa, decía para dónde iba o dónde iba a estar, y así, siempre se le encontraba cuando se le necesitaba.
Un día, Ciénaga fue alegrada con la llegada de un circo, precedido de mucha fama y procedente de Méjico. Era el Circo Atayde. Había llegado a mediados de los años cuarenta. Armó sus carpas, tres grandes carpas, en el viejo playón6 de la antigua estación del ferrocarril, por los lados del entonces Salón Colonial y del extinto Teatro Córdoba. Llamaba la atención por lo grande y espectacular que era y por la variedad de animales que trajo.
Guillermo galanteaba a una de las trapecistas, tocando antes de cada función en unos establecimientos comerciales que había en la calle 17, la vieja calle Nueva York, frente al circo. El propietario de los locales era J.M. Fuentes Cabas, y estaban ubicados entre lo que es hoy la refresquería Chimitá y el Banco de Colombia, en un extremo de la calle más comercial de Ciénaga, escenario también de la masacre de obreros de 1928.
Así conoció Guillermo a esta agraciada jovencita, de nombre Emperatriz, y se enamoró de ella. Decidió, entonces, asistir a todas las funciones, ya fueran vespertinas o nocturnas, y un domingo, en matiné, se presentó el problema: en la puerta de la carpa, Buitrago y Emperatriz charlaban cuando, energúmeno y lleno de celos, apareció el domador de fieras y atacó a Buitrago, quien, indefenso, entró a una casilla del ferrocarril. El domador, armado de hierro enorme, forzaba la puerta del refugio de Buitrago, algo que habría conseguido de no mediar la intervención de sus amigos Alfonso, Enrique y Fernando Angarita, Camilo Remón, Roberto Montero, Toño Miranda, Guillermo Pereira, Nicanor Velásquez y Darío Torregroza, quienes atraparon al domador y le propinaron una tremenda surimba.
Al día siguiente se fue al circo y con él Emperatriz la trapecista, y solo quedó un vacío en el playón de la estación. Buitrago, triste y melancólico, compuso entonces “El circo”, que la casa disquera rótulo “Los enanos”: pieza en donde habla de payasos, de animales, de malabaristas y de equilibrista, pero no menciona para nada a Emperatriz, la linda maromera, por quien estuvo a punto de perder la vida una tarde.
El grupo de amigos, al tanto del amorío, le dijeron a Guillermo que el circo estaba en Fundación. Le propusieron incluso al enamorado ir darle a Emperatriz una serenata, que ellos irían, dispuestos a repetirle, si era necesario, la surimba al domador de fieras.
Guillermo, prudente y resuelto a no crear problemas, no les paró bolas, y no quiso, por más que le dijeran, ir a Fundación a cantar frente al circo. Esta es la versión:
Aa la una, aa las dos...
a las dos y media y un poquito más ...
ja ja ja ja , dale cajeta pues...
Las muchachas cienaguera
con la llegada del circo
han abandonado todo,
los enanos patulecos
con sus caras de chorizo
han hecho la barrejobo.
Que... yo seré la maromera
que... yo seré la equilibrista
que.. yo seré la payasada
que... y yo seré malabarista.
Así decían las niñitas en sus casas
A sus abuelos y a toditos sus parientes.
Que... yo seré la maromera
que... yo seré la equilibrista
que.. yo seré la payasada
que... y yo seré malabarista.
Pasaron mucho trabajo
los perros y los burros viejos
con la llegada del circo
los gatos a dos por chivo
almuerzos embolatados
y enamorados con compromisos.
Que... yo seré la maromera
que...