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dominaban el Banco. Los hombres no detonaron la bomba pero sí detonaron la furia de Abdul Hamid, quien ordenó nuevas masacres contra las poblaciones aledañas a Estambul. La popularidad de Abdul Hamid en toda Europa y en América se quebró gravemente a causa de las matanzas de armenios y de misioneros religiosos de las distintas potencias. Simultáneamente, el emperador prusiano y los empresarios británicos se disputaban el trazado de líneas férreas en el Imperio turco-otomano. El descontento era grande e insostenible la tensión causada por las pérdidas territoriales en los Balcanes.

      Así fue gestándose en Salónica (hoy Thessalonikí, Grecia) un movimiento secreto, supuestamente progresista y racional: el Ittihad o Partido de los Jóvenes Turcos, que ya mencionamos en páginas anteriores. Sus conexiones con miembros de varias organizaciones secretas y diplomáticas de Europa y los Estados Unidos harían desplomar al sultán Hamid. Fue un 24 de abril de 1908 cuando toda la población otomana, incluso los armenios, festejaron el cambio de régimen sin sospechar que la semilla destructiva que había hecho germinar Abdul Hamid II crecería potenciada de la mano de los Jóvenes Turcos.

      A principios de 1900, las masas reclamaban garantías y derechos constitucionales. Los obreros y campesinos se negaban a ser explotados. Los pueblos y minorías étnicas que conformaban el Imperio turco-otomano exigían, además, no ser tratados como ciudadanos de segunda con derechos limitados y garantías suspendidas. Solicitaban a las autoridades un cese definitivo de las constantes violaciones a la propiedad privada y de los ataques sobre su población. Cuando los reclamos armenios comenzaron a hacerse oír fuertemente, el sultán Hamid II reaccionó con más masacres sobre los pueblos y aldeas armenias.

      En el Imperio comenzaban a crecer nuevas fuerzas, algunas que prometían construir un Estado laico con igualdad de derechos y garantías incluso para las minorías étnicas. En 1905, en Salónica, la comunidad Dönmé (judíos sefardíes convertidos al Islam) había desarrollado grupos secretos que deseaban desembarcar sobre Estambul para apoderarse del Imperio y terminar con la predominante presencia comercial de los armenios. A la vez, se conformaba el Partido Unión y Progreso de los Jóvenes Turcos, liderado por Ismael Enver, ministro de Guerra; Mehmet Talaat, ministro del Interior; y Ahmed Djemal, ministro de Marina y gobernador.

      4.10. NACIMIENTO DEL COMITÉ UNIÓN Y PROGRESO (CUP). LOS JÓVENES TURCOS

      Todos los miembros del CUP estaban íntimamente emparentados: Halil Mentese era tío de Enver y comandante de las fuerzas otomanas, otro tanto era Nurí Killigil; Jevdet Bey era cuñado de Enver y gobernador de Van, mientras que Mustafá Abdulhalik Rendá era cuñado de Talaat y gobernador de Bitlís. Todos conocían muy bien a los armenios. Sabían del poder de sus intelectuales y poetas, capaces de organizar cualquier tipo y forma de resistencia, y de la valentía de sus hombres y mujeres a la hora de defenderse y de atacar al enemigo, tal como había quedado demostrado en varias oportunidades dentro del propio ejército turco (guerra de los Balcanes).

      El Partido prometía un parlamento con participación de todas las minorías del Imperio. Se trazó la meta de amputar el tiranismo del Sultán Rojo. Los armenios no dudaron en apoyar a los Jóvenes Turcos en su proyecto de derrocar a Abdul Hamid. El 24 de abril de 1908, los Jóvenes Turcos se abalanzaron desde Salónica contra la Sublime Puerta de Abdul Hamid, y lo derrocaron. Para no perder la significatividad de la figura sultánica, los dirigentes del Partido Unión y Progreso ubicaron en el cargo a Mohamed V, hermano de Hamid.

      Estos dirigentes tenían todo planificado desde su formación secreta en Salónica. Armaron una pantomima parlamentaria que reunía diputados de distintas vertientes, incluso varios de origen armenio. No obstante, las ideas de Unión y Progreso no promovían la cohesión de todos los pueblos del Imperio y su desarrollo, sino que encubrían la póstuma idea de la turquificación total de todos los estratos sociales del Imperio. “Turquificación” era sinónimo de “panturanismo” (anhelo imperial de unión con las razas turcas del Asia Central) y por ende implicaba el germen del Genocidio Armenio. En reuniones secretas del Partido, los doctores Nazim (ideólogo e importante miembro) y Bahaeddín Shakir hablaban sobre los armenios como enemigos internos a los que era imposible turquificar por la fuerza y que, seguramente, como lo indicaba la historia, apoyarían a cualquier poder en el mundo que les asegurase la posibilidad de recrear un Estado armenio independiente. La causa búlgara tuvo como resultado Bulgaria, lo mismo sucedió con otras causas y pueblos que se independizaban del Imperio en Occidente destruyéndolo. Pero nunca permitirían una Cuestión Armenia.

      24 La fuente del siguiente apartado es http://www.artehistoria.jcyl.es/historia/contextos/2715.htm.

      25 La fuente del siguiente apartado, ibíd. nota 24.

      26 La fuente del siguiente apartado es www.GenocidioArmenio.org, Centro de Investigaciones Urartu, coord. general Juan Augusto Abadjian, abril de 2004, disponible en books.google.com.ar.

      27 La fuente del siguiente apartado, ibíd. nota 26.

      28 Ibíd.

      29 Las fuentes del siguiente apartado son www.GenocidioArmenio.or, ob. cit., y culturaarmenia.blogspot.com.ar.

      5. PANTURANISMO, PARA CERRAR EL CAMINO A UN ESTADO ARMENIO

      5.1. LA MASACRE DE ADANÁ

      Hacia Oriente y bajo el control de Rusia en Asia central, existían varios pueblos de origen turco que jugaban a restaurar el Imperio turco-otomano conformando un mercado común turco. Con salida al Mediterráneo, este proyecto se conoce como “panturanismo” y sólo había dos obstáculos para concretarlo: los armenios y Rusia. Los armenios, porque podrían interrumpir el proyecto logrando la independencia de su Estado y levantando una barrera geográfica entre Turquía y el resto de los pueblos de origen turco. De esta manera se abriría la posibilidad de que se estableciese en la zona cualquier potencia enemiga de Turquía que facilitase la restauración de un Estado armenio.

      La esperanza de gozar de derechos civiles, económicos y sociales dignos se esfumó con la matanza de 30.000 armenios en la ciudad de Adaná en 1909. Ya entonces algunos grupos de autodefensa reconocieron que la reconstitucionalización inspirada por Midhat Pashá era una nueva farsa. Muchos grupos de autodefensa organizados por los partidos políticos armenios comenzaron su propia lucha. Los turcos pidieron a los dirigentes armenios que convenciesen a sus pares bajo el dominio de Rusia para que apoyasen al ejército turco si éste invadía la región del Cáucaso. Los dirigentes armenios respondieron que frente a una nueva contienda entre Rusia y Turquía, los armenios serían leales a los respectivos Estados, aunque eso significase una guerra entre compatriotas enrolados en ejércitos opuestos.

      Los turcos tenían un plan secreto contra los armenios y lo pondrían en práctica en cuanto llegase la oportunidad. Lamentablemente, el comienzo de la Primera Guerra Mundial fue esa oportunidad. Haciendo honor a su tradición, planificaron una gran masacre, más organizada y letal que las de la época del sultán Hamid II. El plan fue ideado, premeditado, planificado y sistemáticamente perpetrado. El genocidio ya existía, pero se institucionalizó el 10 de agosto de 1910 en el Congreso de Salónica. Se suspendió su ejecución hasta el comienzo de la guerra, que ya se preveía.

      5.2. ETAPAS QUE PREPARARON EL EXTERMINIO30

      – Desarme: Se confiscaron las armas de la gran mayoría de la población. Las mismas armas

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