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      El Recuadro 1 sintetiza esos desafíos pendientes.

      RECUADRO 1: DESAFÍOS PENDIENTES

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      Lo que no se ha logrado en 100 años, no se conseguirá fácilmente; tampoco de un momento a otro. Sin embargo, para bien o para mal, antes no teníamos una historia a la vista, como la tenemos hoy. A la vista, con sus fortalezas y con sus debilidades, para quien desee mirarla. Es esa la historia de la cual podemos nutrirnos. Es esa la historia de la que tenemos la obligación de nutrirnospara aprender.

      Y el aprender, nos deja abierta la opción para un moderado optimismo… si es que hacemos bien las cosas.

      Es así que los cinco desafíos "decantados", requieren ser enfrentados… con urgencia, y muy bien. El enfoque Integrativo, que propondremos, en estas páginas, tendrá – como objetivo prioritario – el hacerse cargo de aportar mejores respuestas a estos desafíos tan medulares. De lograrlo, nuestra psicoterapia integrativa hará honor a su nombre; y ameritará, con creces, su existencia. De no aportar algo sustancial en estos territorios, nuestra psicoterapia integrativa, simplemente, no merecería existir.

      Como lo señalaba, estos Cinco Desafíos motivarán nuestra búsqueda, serán centrales para el desarrollo de este libro. En las secuencias del libro, primeramente, presentaremos nuestro Enfoque Integrativo Supraparadigmático, el cual a su vez aporta dos grandes avenidas. La primera, involucra el desarrollo y la presentación de nuestro Supraparadigma Integrativo, el cual vendría a aportar profundidad a la comprensión. La segunda, involucra el desarrollo y la presentación de nuestra Psicoterapia Integrativa, la cual vendría a aportar potencia al cambio. Luego de desarrollar y de presentar nuestro Enfoque Integrativo Supraparadigmático, retomaremos en plenitud los desafíos centrales recién explicitados, con el objeto de volver a enfrentarlos. Esta vez, con las mejores respuestas que nuestro enfoque sea capaz de generar.

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      2. PROFUNDIZANDO LA COMPRENSIÓN: SUPRAPARADIGMA INTEGRATIVO CUANDO EL CONOCIMIENTO VA PRIMERO

      2.1. PERFILANDO LAS RESPUESTAS: CAMINOS DE INTEGRACIÓN

      

      Esta tendencia, que ha sufrido una enorme aceleración a través del tiempo, se está acercando ahora a la categoría de "tren de la orquesta", al que los nuevos terapeutas están ávidos por subirse. Cada vez más, la integración en psicoterapia se convierte en un fenómeno propio de la corriente principal, en lugar de quedar relegada a un modo de pensar que ocupa solo la periferia (Paul Wachtel, 2004, p. 9).

      "LA INTEGRACIÓN EN PSICOTERAPIA" Manual Práctico

      Héctor Fernández-Álvarez y Roberto Opazo Castro (Eds.).

      El complejo y complicado panorama que presenta la psicoterapia contemporánea, ha generado diversos tipos de reacciones y de respuestas. Como lo hemos señalado, muchos han buscado "soluciones" por el camino del eclecticismo. Otros muchos, también, han venido buscando las respuestas por los caminos de la integración.

      El eclecticismo – con todos los problemas que conlleva – constituye una respuesta comprensible al panorama que presenta la psicoterapia. Como es ampliamente sabido, el eclecticismo involucra libertad para elegir, para que cada terapeuta elija "lo mejor" frente a cada paciente sin adscribir a teoría alguna. Podríamos precisar que el eclecticismo, adquirió su "adultez" tras la publicación del libro Psicoterapia: Un Enfoque Ecléctico (Garfield, 1980).

      En perspectiva, se podría decir que el eclecticismo constituye una etapa previa a la integración; tal vez necesaria para muchos. "Dada la creciente evidencia de que se presentan algunos efectos técnicos específicos, así como amplios efectos comunes a través de los tratamientos, la vasta mayoría de los terapeutas ha asumido la orientación ecléctica. Esto parece reflejar una saludable respuesta a la evidencia empírica, y un rechazo hacia las tendencias previas de lealtades rígidas a escuelas de tratamiento." (Lambert y Ogles, 2004, p. 139).

      Pero muchos no tienen muy claro las diferencias entre eclecticismo e integración. Incluso muchos eclécticos desean ser integrativos, y no saben cómo. Y, hay muchísimos "integrativos" que, sin incluso desearlo, son eclécticos.

      El "de todo hay en la viña del Señor", puede ser aplicada de mil maneras. Sin embargo, en pocos ámbitos calzará mejor que en el de la psicoterapia.

      Perfilar lo que sería la "respuesta integrativa" al problemático panorama que presenta la psicoterapia requiere primeramente de precisar el concepto de integración; para luego incursionar en el cómo han evolucionado los caminos de la integración. Es la temática que abordaremos en el presente capítulo.

      De este modo, conceptualizar la integración constituye una especie de prerrequisito, para poder reseñar cómo ha venido evolucionando el movimiento hacia la integración en la psicoterapia.

      Si bien la palabra integración tiene una cuota de significado común, el concepto presenta algunas diferencias de matices y de lecturas. Para Lersch (1962), la palabra integración se conecta con el concepto de totalidad, en la cual las partes se van transformando en miembros. En un sentido genérico, la integración involucraría la mutua compenetración y la cooperación de las respectivas funciones en pro de una adecuada subsistencia y de una adecuada evolución de la totalidad, de la cual esas funciones forman parte (Jaensch, 1929).

      Para muchos, entonces, la evolución hacia una mayor integración constituiría un progreso: "La integración es un fenómeno necesario, en el camino del desarrollo de las personas" (Remplein, 1968, p. 7).

      La integración puede ser conceptualizada de otras múltiples maneras. Es así como para algunos, integrar implica encontrar respuestas articuladas a conjuntos que son diversos y complejos (Fernández-Álvarez, 1996). Para otros, integrar involucra la coordinación de las actividades de las diferentes partes, para alcanzar un funcionamiento armonioso (Millon y Davis, 1999).

      Y las conceptualizaciones continúan. La integración implica el "amarrar", en conjunto, diferentes cabos generando una totalidad nueva y coherente (Holmes y Bateman, 2002). Lo integrativo concierne a una totalidad dinámicamente y articulada de partes, cuyo resultado final es diferente y más completo, complejo, y útil, que sus elementos aislados (Balarezo, 2004). La integración involucra "un proceso de desarrollo en el cual impulsos separados, experiencias, habilidades, valores y características de personalidad, son gradualmente conectados en una totalidad organizada" (apa, Dictionary of Psychology, 2007, p. 488).

      Cada una de las conceptualizaciones anteriores aporta lo suyo.

      Por mi parte, conceptualizo la integración en los términos siguientes: Integrar, es construir una totalidad coherente, a través de la conexión de partes válidas diferentes. Un aspecto central aquí, está representado por el término "válidas"; desde nuestra óptica, en el ámbito de la psicoterapia, no tendría valor aportativo alguno la conexión de partes "no válidas". Desde nuestra óptica, por lo tanto, integración se relaciona con excelencia y con progreso.

      En el contexto de lo señalado, integrar no es sumar, no es juntar, no es combinar, no es meramente unir; menos aun es amontonar. Integrar involucra ampliar la mirada… pero también algo más.

      Como lo ha señalado Verónica Bagladi, ampliar la mirada no es sinónimo de integración; es una condición necesaria pero no suficiente. Desde nuestro punto de vista, integrar comprende la génesis de una conexión de las partes… en una totalidad enriquecedora. Implica una "apertura ecléctica", en el sentido de favorecer el escuchar, el explorar alternativas, el mirar en diferentes direcciones, el identificar, el recoger hipótesis, el alejarse de dogmas. Pero exige un paso adicional al eclecticismo:

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