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por Messenger. Recuerdo hacerle muchas preguntas al profesor y asesorarme con un experto en la materia, un compañero de la compañía.

      Lo primero fue crear un grupo de conversación en Facebook, (recuerden que mi celular no tenía aplicaciones), ahora conocido como Messenger, y les comunique que estaba empezando el trabajo y que reunieran información para luego juntarnos y hacer el trabajo antes de la fecha de presentación. Pasó el fin de semana y nadie contestó, bueno, tenía que hacerlo de alguna forma. Me tocó guardia ese 18 de septiembre, que consiste básicamente en pasar la noche en el cuartel, no necesariamente despierto, pero tienes que ser el primero en subirte al carro, entonces aproveché el tiempo para hacer mi tarea trabajando toda la noche, en algunas ciudades es común que estas fechas sean conflictivas, sobre todo en los rescates vehiculares, bueno Arica es la ciudad con más carabineros por persona en Chile (tengo entendido), por el hecho de ser límite fronterizo, los controles son muchos y es una ciudad chica, por lo cual hay que pensarlo 2 veces antes de tomar y manejar, esa noche por suerte fue tranquila. Trabajé de corrido hasta las 17:00 del otro día, llegué a la casa muerto, pero terminé.

      Del resto de mis compañeros no supe nada hasta un día antes de la entrega y presentación, precisamente el primer día de clases de vuelta de vacaciones de septiembre. La primera en hablar fue la Natalia preguntando

      —¿Para qué es este grupo?—.Y el Santi respondiendo

      —No sé, yo lo vi no más pero no cacho12 —. Menos mal que le avisé al weón13, pero la guinda de la torta fue el Francisco quien agrega

      —Chicos este es un grupo para hacer el trabajo de clases, hay que buscar información—. Y manda una carpeta con algo de información.

      “Dios mío” y el trabajo se entregaba al día siguiente. Así que mandé lo que tenía y les dije básicamente que lo leyeran y se lo aprendieran porque “mañana se diserta”.

      Bueno, al parecer fui esa vez el único en el curso que se le ocurrió preguntar al profesor qué había que hacer (fue la única creo, porque siempre fue al revés), lo que es peor sólo yo (no quiero decir nosotros porque sería una gran mentira) estaba listo para disertar. La cosa es que a la Natalia y a mí nos estaban preguntando acerca de la materia y yo tuve que admitir que me asesoré con un amigo experto en el tema, el Maximiliano, sí, el mismo compañero de compañía que hacía clase a los más avanzados, y en eso la Natalia pregunta —¿Quién es Maximiliano?—. A lo que respondí —Se nota que no leíste lo que te mandé, si no sabrías quien es Maximiliano—. Y me fui para no empeorar las cosas. El profesor respondió dudas en esa clase, no disertamos. Fui el primero en salir con el Santi y el Francisco, la Natalia se quedó esa vez, todos tenían dudas menos yo. No recuerdo quién de los 3 me recriminó que debí mandar antes la presentación y el informe, para que pudieran aprendérselo, imagínense.

      Pasó una semana, llegó el día y la Natalia no llegaba, llegó para variar tarde, después de que saliera el primer grupo sorteado, no se demoraron ni 5 minutos en exponer, tenían como 10 diapositivas, las mías eran 60.

      —Por llegar tarde le toca a usted—. Le dijo el profesor y agregó —Señorita Natalia… sola—.

      Quedé para adentro14 y miraba al Santi sorprendido, claro que él no le dio importancia, como él no se esforzó en el trabajo, bueno, creo que debí hacer lo mismo. Recuerdan que la Natalia se quedó en la sala, bueno lo hizo para decirle al profesor que no quería trabajar con nosotros y hacer el trabajo sola. Todo bien, excepto que no nos dijo nada a nosotros. El Francisco rápidamente la sacó de la portada antes de que nos tocara nosotros. Yo sabía que aun teniendo nuestro trabajo en su poder no le iba a ir mejor que a nosotros, bueno, le fue peor que al grupo anterior. Saldría un tercer grupo que tampoco satisfizo el gusto del profesor y se mandó un discurso, enfatizando el hecho de cuando uno no sabe tiene que preguntar y el único que preguntó hasta hartarlo fui yo, dicho esto me preguntó si podía salir a exponer, a lo que asentí. Mi presentación era larga, así que había que hacerlo rápido, y me presenté y comencé; estaba hecho una máquina, casi parecía que no respiraba, fue tanto que llegué a la mitad sin darme cuenta que no estaba dejando hablar a mis compañeros. Le di el paso al Santi que comenzó bien y luego le daría el paso al Francisco quién se puso muy nervioso y comenzó a sudar como puerco, no logró hilar 3 palabras seguidas en una oración, de nuevo me tocaría a mí y finalmente el Santi de nuevo.

      —Eso era lo que quería—. Dijo el profesor al finalizar la presentación —pero está muy largo, son 60 diapositivas, mucho—. Agregó.

      Bueno, este … que …, tiene razón ¿no? Dejó la ronda de preguntas para la siguiente clase. Pero ya todos sabían de qué se trataba el tema y cómo hacerlo. Jamás pero jamás volvería a destacar tanto en una clase como ese día. Del Francisco no supe más. Debería dejarlo hasta aquí, final feliz, bueno este es sólo el comienzo y no, no hay final feliz.

      Acá es cuando me transformo en el villano de la historia, si una feminista lee esto dirá que es agresión lo que hice, no estoy orgulloso, pero es la verdad, lo más cercano a la realidad que recuerdo, ya que perdí todos esos mensajes hace tiempo, al olvidar la contraseña del Facebook antiguo.

      Si bien estaba contento por haber hecho un buen trabajo, más encima después de que me dejaran solo en la sala y mis compañeros de grupo no hicieran nada, bueno, la satisfacción personal era casi el triple. Pero había un problema, seguía enojado con la Natalia y mucho. Ya era hora de dar vuelta la página y decir basta, entonces tomé mi computador y comencé a escribir de todo. Frases como “no podí15 ser más mal agradecida” se repetían, hasta garabatos le escribí en un par de ocasiones, me desahogué. En ese momento pensaba que primero, si te agregan a un grupo en el que estabas sola, mínimo deberías interesarte en el tema, segundo, si ya derechamente te hicieron el trabajo mínimo deberías leerlo, y por último no puedes dejar el grupo botado sin decirle nada a nadie, eso era el colmo. Si se preguntan por qué se lo escribí en vez de decírselo a la cara, bueno ¿en qué momento?, siempre faltaba a clases, de hecho, faltaría toda la semana hasta la nueva fecha de presentación y ya que en su pieza no tenía internet, tampoco vio el mensaje hasta que ya faltaban horas para la presentación, lo sé porque en ese entonces Messenger ya te avisaba cuando los mensajes habían sido leídos.

      Llegó el día de las preguntas para mí, el resto expondría con su respectiva ronda de preguntas, el profesor casi me pilla esa vez, pero no pudo. Estaba en la ronda de preguntas cuando veo la cara de la Natalia en la puerta de la sala, que en medio tiene una ventana para mirar hacia adentro o afuera. Vi su cara y supe que ahora sí había visto el mensaje, no cabía duda, terminé de responder y me senté y vi como mis compañeros pasaban adelante, de la Natalia, bueno ni me habló. Cuando llegué a la casa vi su respuesta y no apacigüe las cosas, le respondí. Me respondería una segunda vez y yo decidiría no responder, de todas las cosas que dijo solo recuerdo una frase “Confundiste la amistad”.

      Curiosamente si antes solo quería a la niña, ahora quería a ambas y mientras más pasaban los días más me gustaba, eso de que mientras más mal te traten más te gusta aplica para mí. Comencé a no dormir por las noches, sólo pensaba en ellas. Un día me tocó guardia, no dormí nada hasta pasadas las 3 que sonaron los tonos, por suerte no era para nosotros, el Lucas, un compañero de la compañía diría

      —Estaba durmiendo súper bien—. Y yo le dije:

      —¿Quién como tú? Yo no puedo dormir nada—. A lo que el Leonardo me preguntó:

      —Chino16—(así me conocen en la compañía).—¿Estás enamorado?— Yo sólo dije:

      —Parece que sí.

      En ese entonces dormíamos en literas, debajo mío estaba el Carlos, quien comenzó a decirme que la olvidara, que ya iba a pasar y que por favor dejara de moverme porque no lo dejaba dormir. Ya que no dormía en las noches pasaba de largo en las mañanas, durmiendo hasta tarde, mañanas que ocupaba para ir a entrenar, en pocas palabras estaba entrenando menos.

      A uno de los profesores se le ocurrió hacer un viaje al pueblo de Chapiquiña, al interior

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