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5 años. Manuel Montaner
Читать онлайн.Название 5 años
Год выпуска 0
isbn 9789563176094
Автор произведения Manuel Montaner
Жанр Языкознание
Издательство Bookwire
5 AÑOS
©Manuel Montaner
Primera edición: enero 2021
© MAGO Editores
Director: Máximo G. Sáez
www.magoeditores.cl [email protected] Registro de Propiedad Intelectual: N°: 2020-A-8779 ISBN: 978-956-317-609-4 Diseño y diagramación: Sergio Cruz Edición electrónica: Sergio Cruz Lectura y revisión: Alejandra Pérez Derechos Reservados
Agradecimientos
Quiero partir agradeciendo a todos los que finalmente terminaron siendo protagonistas de esta historia. Además, un agradecimiento adicional a mi madre cuya ayuda hizo posible la realización de este libro.
Aclaratoria
Para este libro todos los nombres fueron cambiados.
Introducción
Si eres buen lector, notarás algo raro de inmediato, dado que este libro no fue escrito en orden cronológico, ni siquiera el inicio fue lo primero que escribí, tampoco soy escritor ni pienso ganar un nobel por esto, es más bien un desahogo.
Debería comenzar presentándome, mi nombre es Manuel Montaner Labbé y todo lo que escribo es tan real como recuerdo, es irónico pero el ser humano se olvida el 80% de lo que aprende en el colegio, pero recuerda con lujos de detalles un evento traumante. ¿Será una decepción amorosa un trauma? Vengo de una familia de clase media, mi madre es profesora parvularia, y mi padre es transportista.
Mi madre enfermó de depresión mayor cuando yo tenía 13 años, la edad en que empecé a fumar de forma seguida, también la edad en la que me cambiaron de colegio al Liahona de donde salí egresado, y además la edad en que comenzó el bullying, palabra de moda cuando egresé, pero esto no se trata de bullying escolar, la verdad lo enterré tan profundo que me es difícil de recordar con tantos detalles qué pasó.
Cuando tenía 19 creí que el bullying era cosa del pasado, éste volvió a mí, esta vez con mis vecinos de arriba cuando vivía en un departamento en San Miguel, y luego en las calles, en el metro, en mi trabajo, etc. Tuve que cambiarme de ciudad a Arica donde lo primero que hice fue hacerme voluntario en la Tercera compañía de bomberos. Lo siguiente fue matricularme en la universidad para estudiar prevención de riesgos. Bueno, mi madre me matriculó, yo quería ser militar en ese entonces.
Algo que debes saber de mí de aquí en adelante, es que soy metalero y me gusta vestir de negro con mis poleras de bandas, además cuando comienza esta historia estaba rapado al 2 y tenía 20 años. Otra cosa importante es que en Arica hay sol todo el año así que siempre se me ve con los lentes oscuros que son ópticos, porque tengo problemas a la vista, miopía y astigmatismo. Además, me dejo una pequeña barba debajo del mentón, no me gusta afeitarme ahí dado que me irrita mucho y es el único lugar donde me sale barba, aparte de los horribles bigotes que me los afeito seguido. Por último, al principio de esta historia media 1.80 y pesaba 63 kg., un desnutrido a simple vista.
Dicho esto, esta es mi historia …
Natalia
Casi no recuerdo cómo la conocí, la verdad es que no recuerdo nada de esa semana. Ahora que recuerdo solo fui un día a clases, era la primera semana de clases en la universidad, la semana 0, donde no hay clases y vas a conocer a tus compañeros, se supone. La verdad es que vas conociendo a tus compañeros a medida que pasa el tiempo, a algunos nunca los conoces bien y al resto nunca los dejas de conocer. Pero volvamos al tema, ella era bajita muy linda, de ojos entre café y verde, de piernas anchas y trasero hermoso. Tenía una hija de unos 5 años, había estudiado técnico en párvulos, pero trabajaba en un almacén grande hasta medio día, luego estudiaba con nosotros, nunca llegaba a la hora y había que estarle firmando la asistencia, porque nunca llegaba a la primera clase. Ella fue mamá a los 17 y el papá nunca se preocupó de su bebé, ella estaba criando a su hija sola y siempre peleaba con su mamá.
Ya llevábamos tiempo en la U, ya había grupos de gente y amistades entre algunos, nosotros empezamos a ser 6 el Francisco, el Tomás y el otro Tomás que era Dj, más el Mateo y el Santiago, pero yo era más cercano al Francisco, hasta que se empezó a juntar más con el Sergio, de quien hablaré más adelante, en otra ocasión, por mientras diré que la verdad es que se fue porque le gustaba la droga. A mí rápidamente me conocieron como el bombero, sobrenombre común entre los que compartimos esta vocación.
La universidad se dividía en pabellones con letras, cada una con distintas cantidades de salas, y esas salas divididas en 3 filas de 2 bancos. Un día nosotros nos sentamos en la fila de la derecha como a la mitad de la sala, ella se sentó en la fila de en medio adelante y sola, todo bien hasta que uno de mis compañeros me señala que se le están viendo los calzones, la verdad no recuerdo bien eso, pero al parecer estaba mirando demasiado, porque el Tomás me dijo: —parece que te estás enamorando—. No le di importancia, la verdad no era la primera vez que me decían algo así, pero siempre he tenido la duda, ¿Qué sentirá una mujer cuando ve los bóxer de un hombre? Si se preguntarán lo mismo, pero en relación a una mujer, pues la respuesta es: depende, existen los voyeristas que se excitan mucho con eso, en cambio la mayoría de los hombres es sólo un agrado cuando la mujer a la cual se le ve es rica1, si la encuentran fea, pues es algo casi desagradable, me imagino que con las mujeres es lo mismo. La edad también es importante porque mientras más acostumbrado estás a una mujer desnuda menos te importa.
Un día me fui solo y me encontré al Francisco junto con la Camila, una compañera, solos, yo simplemente me puse a conversar con ellos un rato hasta que me aburrí y me fui, continué por mi camino.
No fue hasta este momento en que ella me empezó a importar. Ya habíamos hablado muchas veces, suficiente como para decir que eran incontables. Habíamos comenzado a hacer un grupo en el que nos íbamos a casa juntos, la Sandra, la Camila, la Natalia y yo. La verdad yo era el último porque la primera en irse era la Camila que tomaba una micro que pasaba con frecuencia, luego la Sandra tomaba un colectivo, y por último la Natalia quien también tomaba un colectivo que siempre pasaba lleno. Había un paradero antes, en donde la Natalia podía tomar el colectivo, a veces lo tomaba ahí, pero con el paso del tiempo empezó a caminar con nosotros, total era sólo un par de cuadras. Un día salimos tarde y quedamos la Natalia y yo solos, nos fuimos como de costumbre, ese día ni ella ni yo queríamos irnos a la casa, así que nos quedamos conversando en un paradero. Al momento de sentarme me cambiaría de lentes de sol a los blancos normales, vi su expresión fue casi como una decepción. Al margen de eso, esa noche me contaría todos sus problemas, los que tenía con su madre principalmente, quien no la apoyaba con su hija ni con los estudios, su madre le había dicho en contadas ocasiones que ella no cuidaba hijos ajenos, así que no salía a carretear2, sólo iba a trabajar y estudiar y finalmente cuidaba a su hija en las noches, nada más. Desde ese día en adelante trataría de apoyarla en todo lo que pudiera, aún no me gustaba, pero era lo correcto. Esa noche tuve que ir a un incendio grande, que me tuvo toda la noche ocupado, luego al día siguiente tuvimos una prueba de matemáticas y después de eso yo sólo la saludé y le dije que me iba. Para mi sorpresa, ella me abrazó.
Desgraciadamente cuando estás en la universidad si empiezas a desaparecer la gente te deja de ayudar, debes también dar para recibir, así que quien terminó firmando la hoja de asistencia cada vez que faltaba a clases era yo, terminado el semestre le daría las gracias a otro compañero, nunca supo que quien más la apoyó fui yo, alcanzó apenas la asistencia mínima para pasar. En fin, nos adelantamos mucho, volviendo a la cronología, un día fue a clases con su pequeña hija, en ese entonces iba en kínder o pre-kinder, ya hablaba a diferencia del hijo de la Camila quien aún usaba pañales, o el de la Sandra que era un poco mayor. Volviendo a la niña,