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hay duda de que los síndromes que tratamos aquí están profundamente arraigados porque sirven a importantes fines que crean estabilidad y continuidad. No pueden “resolverse” o eliminarse; no obstante, comprobaremos más adelante en el libro que pueden superarse cuando sea necesario.

      La creación de marcos de referencia supone la oportunidad de acometer los problemas que afrontamos de una forma novedosa, y de evitar la repetición de los deficientes métodos del pasado para resolverlos. Como primer ejemplo, en el próximo caso práctico abordamos de una forma original y muy eficaz los problemas complejos y profundamente enraizados de un tema de vivienda social, pasando por alto todas las estrategias convencionales para resolverlos.

      CASO 4

      Historias que conectan a personas: Reformular los problemas de la vivienda

      Un proyecto pionero que supuso un planteamiento totalmente diferente al pensamiento de ladrillo y cemento que domina el ADN cultural de las autoridades responsables de la vivienda social sucedió en Ámsterdam en los años noventa. Tuvo su origen en los problemas acuciantes de un barrio que había recibido una afluencia importante de inmigrantes de Turquía y Marruecos. Estas nuevas comunidades trajeron una cultura diferente al viejo barrio, ahora animado por establecimientos “orientales” y mezquitas recién construidas. En medio de todo ello aún habitaba una población holandesa de edad avanzada (las familias con niños solían dejar la zona y mudarse a los barrios residenciales) que se sentían cada vez más perdidos en su entorno habitual. Percibían que el barrio estaba cayendo en el declive, estaba presente un sentimiento de inseguridad que aumentaba cuando algunos lugares públicos eran objeto de actos vandálicos. Casi nadie se relacionaba con nadie y estaba claro que la llegada de nuevos vecinos no contribuía a la existencia de unas relaciones sociales integradoras. Aunque no había problemas graves, parecía que la estructura social estaba a punto de derrumbarse (De Gruijter, Van Waesberge y Boutellier, 2010). Mediante entrevistas, los investigadores averiguaron que muchos de los recién llegados (y de los no tan recientes) consideraban temporal su presencia en ese frío y húmedo país: tenían la intención de volver a Turquía o a Marruecos cuando fueran mayores.

      En realidad esto no llegó a ocurrir; los inmigrantes de primera generación se quedaron con sus hijos, que habían crecido en el nuevo país. Sin embargo, aunque estos hijos (la segunda generación) crecieron en la cultura holandesa, los inmigrantes de primera generación no adoptaron mentalmente a los Países Bajos como su nuevo hogar, con lo que crearon involuntariamente enclaves donde podían sentirse cómodos entre ellos, pero sin conectar con sectores más amplios de la sociedad holandesa. Este gran drama social se representó a escala local en esta zona específica de la ciudad.

      Posteriormente, el Museo Histórico de Ámsterdam coordinó un proyecto para recopilar historias sobre este barrio entrevistando a la población holandesa de mayor edad, con el fin de otorgar a la zona una sensación de profundidad, lo que podría denominarse un “mapa profundo” (Heat-Moon, 1999). Se creó una página web en la que se mostraban estas anécdotas (http://www.geheugenvanoost.nl), y se publicitó a nivel local. Al final, las personas de las comunidades turca y marroquí también se implicaron relatando sus propias experiencias al llegar a vivir en el barrio. Cuando empezaron a contar historias sobre sus vidas en sus lugares de procedencia, el personal del proyecto se dio cuenta de que no procedían de “Turquía” o “Marruecos”, sino que cada comunidad estaba arraigada solo en unas pocas áreas rurales determinadas de esos países. La población holandesa mayor pudo verse reflejada en esas historias de vida rural; que no diferían tanto de sus propias historias familiares de hacía una o dos generaciones, cuando sus propios antepasados se mudaron a la ciudad desde el campo holandés. El conjunto de historias expresaba muchos más valores comunes de lo que cabía imaginar y abrió vías para promover un mayor contacto y comprensión. Esto marcó la diferencia a la hora de aliviar tensiones y mejorar la capacidad de los vecinos para abordar los problemas que podían surgir, entre ellos el vandalismo y los adolescentes ociosos. Años después, esta página web en concreto sigue activa con historias que abarcan ya a toda la ciudad.

      Merecen destacarse varias características de este modesto proyecto. En primer lugar, se abordaron los problemas a nivel humano y ello tuvo un impacto directo en la vida cotidiana de la zona. En segundo lugar, el planteamiento fue proactivo: los problemas abordados en este proyecto no se definieron como un tema de inseguridad o de necesidad de afrontar la pequeña delincuencia, ni se centraron solamente en los alborotadores. En tercer lugar, al concentrarse en los valores humanos comunes y en la interacción intensa entre las personas, las comunidades existentes pudieron conectarse, fortalecerse y dotarse para un bien común.

      De este proyecto podemos aprender que para este tipo de problemas abiertos, complejos, dinámicos e interconectados probablemente no hay soluciones directas ni rápidas, y que resulta crucial comprender las estructuras subyacentes en una situación determinada. Si indagamos en ellas comenzaremos a ver cómo surgen soluciones. Los actores habrán abordado un problema como la vivienda social en toda su complejidad, sin suposiciones, generalizaciones ni cómodas simplificaciones. El compromiso en estos temas implica bastante valor y decisión: como mencionamos en el caso práctico 3, los problemas interconectados suelen ser tan increíblemente complicados que la gente se rinde y abandona. Sin embargo, comprobaremos que la propia naturaleza abierta, compleja e interconectada de los problemas modernos también es la clave del progreso en estas situaciones: en el ejemplo de Ámsterdam, ¿quién podía pensar que un museo de historia sería cómplice de producir un cambio social tan directo? Más adelante en el libro, los casos prácticos nos enseñarán que las dificultades de los establecimientos minoristas en la sociedad postindustrial o incluso el rompecabezas del tren pueden afrontarse provechosamente con la creación de nuevos marcos.

      La incapacidad de resolver los problemas de una forma convencional y de abordar los nuevos, caracterizados por ser abiertos, complejos, dinámicos e interconectados, está llegando a un punto crítico. Y este tipo de problemas no va a desaparecer. Al contrario, tendremos que afrontar más en el futuro; evidentemente, surgen hoy porque vivimos en un nexo entre la revolución tecnológica y cambios sociales y culturales transcendentales. Tenemos una necesidad desconocida hasta ahora de ampliar nuestro espectro de soluciones para poder tratar estos temas. En el próximo capítulo conoceremos algunas estrategias premeditadas que han elaborado expertos sobresalientes para navegar en estas aguas, y a continuación estudiaremos cómo pueden usarlas las organizaciones actuales.

      Para estudiar cómo los métodos basados en el diseño pueden suponer una alternativa a la forma convencional de solucionar problemas y cómo pueden ser motor de innovación, investigaremos ahora proyectos llevados a cabo por dos organizaciones pioneras que usan métodos de diseño para crear planteamientos radicalmente diferentes ante los problemas. En conjunto cuentan con más de treinta años de experiencia en este campo.

      La Fundación de Jóvenes Diseñadores (YD/) se fundó en los Países Bajos en 1990 con el nombre de Jóvenes Diseñadores e Industria. En un principio, su función era la que indica su nombre: crear proyectos que ayudaran a los jóvenes diseñadores y artistas a adquirir experiencia valiosa trabajando para socios industriales de gran importancia. Desde finales de los noventa, el objetivo de la organización ha cambiado, y YD/ se ha convertido en una institución cultural que pone en marcha y desarrolla proyectos de diseño en el contexto de cambios culturales y sociales con el lema de “Diseñar para la Sociedad”. Veremos tres ejemplos que nos darán una idea de lo que hacen y de cómo lo hacen. En el último apartado de este capítulo comenzaremos a extraer enseñanzas que puedan aplicarse a un amplio espectro de organizaciones.

      CASO 5

      Darle la vuelta al negocio: Nuevos planteamientos en la prestación de servicios

      A finales de los años noventa, una de las empresas más grandes del mundo en servicios de empleo se puso en contacto con la Fundación de Jóvenes Diseñadores e Industria. La empresa suministraba trabajadores temporales a sus empresas clientes, pero tenían problemas para afianzar su relación con los trabajadores temporales, algo que resulta absolutamente crucial en este tipo de servicios. En un principio, el problema se planteó como la necesidad

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