Скачать книгу

terminó. De esta época, en sus obras completas se incluye el Canto de Mahoma, un fragmento literario poco conocido por los estudiosos de la literatura, pero citado con frecuencia por los orientalistas. Para Anne Marie Schimmel, investigadora alemana muy reconocida en literatura oriental, se trata de la más bella descripción del profeta Mohammed jamás escrita. A Goethe le fascinaba la cultura árabe, a tal grado que no se conformaba con las traducciones del Corán al alemán o latín; y cuando llegaba a sus manos un manuscrito árabe del Corán, se ponía a traducirlo literalmente de inmediato, tratando de descifrar aquellos enrevesados documentos.145

      Goethe y Herder son personas ilustradas abiertas a las más diversas corrientes culturales del mundo. Para Goethe, como poeta y panteísta, la literatura del islam le atrae más que la religión, a la cual respeta igual que al judaísmo y cristianismo. No hay duda de que la cultura islámica lo fascinó y tuvo un gran impacto en su obra.

      Annemarie Schimmel, mediadora entre las culturas islámica y cristiana

      En este libro quiere explicarnos diversos aspectos interesantes de la cultura islámica que tanto admira. En la contraportada cita a Roman Herzog, antiguo presidente de Alemania, quien dijo: “A la larga, es imposible la convivencia si no nos conocemos mutuamente. Con respecto al islam, Annemarie Schimmel hizo posible esta comprensión”.

      La carrera universitaria de Schimmel es poco convencional. Después de terminar la formación de investigadora en Marburg como orientalista y especialista en ciencias de la religión, no puede conseguir una plaza definitiva en una universidad, porque el gremio de los orientalistas no quiere abrirse a las mujeres. Pero la Facultad de Teología Islámica de la Universidad de Ankara le ofrece la cátedra Historia Comparada de las Religiones, lo que le permite estar en estrecho contacto con estudiantes musulmanes durante cinco años. Schimmel queda impresionada con la tolerancia de los musulmanes turcos.

      Curiosamente obtiene más apoyo fuera que dentro de Alemania. A nivel internacional se hizo famosa como orientalista gracias a una plaza de profesora en la Universidad de Harvard. También impartió cursos en la Universidad de Bonn; pero sus colegas alemanes no la valoraron, por lo menos al principio, porque ella no se limitaba al estudio de temas clásicos del islam, sino que extendió sus investigaciones a aspectos de la cultura musulmana actual.

      Para Schimmel, el islam no es solamente un objeto de estudio, sino una religión y una cultura por la cual siente gran simpatía. A diferencia de la mayoría de sus colegas no examina la literatura de los musulmanes con el interés distante de un arqueólogo, sino de manera apasionada.

      Los especialistas suelen discutir si es conveniente traducir la palabra Alá por Dios o dejar el término original. Schimmel piensa que es necesario traducirlo para no ocultar los orígenes comunes del islam, cristianismo y judaísmo. Las tres religiones son monoteístas y adoran al único Dios existente. La autora ilustra esta cuestión con una anécdota: un diputado federal exigió que se prohibiera a los musulmanes traducir Alá por Dios, porque, según él, el Alá de los musulmanes solo era un ídolo que nada tenía que ver con el Dios cristiano. A este diputado ignorante luego se le explicó que también los cristianos árabes utilizaban el término Alá, cuando se referían a Dios.

      En una parte de la entrevista se ocupa del tema de los velos utilizados por muchas mujeres musulmanas. Como buena protestante, Schimmel conoce muy bien la Biblia y cita al respecto el capítulo 11 de la primera carta a los corintios, donde san Pablo dice que la mujer tiene que cubrir la cabeza. Pero con excepción de algunas monjas, hoy día ya nadie sigue esta recomendación. En el siglo vii, cuando vivía el profeta, este

Скачать книгу