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Teorías y enfoques críticos, pp.137-232. Buenos Aires: Paidós.

      Attfield, J. (1989). “Form/female follows function/male: feminist critiques of design” en Walker J. (comp.), Design History and the History of Design, pp. 199-225. Londres: Pluto.

      Blanco, R. (2019). “Protocolos, perspectivas de género, lenguaje inclusivo: nuevas agendas del activismo estudiantil universitario” en D’Alosio, F. Estudios sobre Juventudes en Argentina, pp. 113-121. Buenos Aires: ReNIJA.

      Blanco, R. y Spataro, C. (2019). Con/contra las estrategias institucionales: percepciones de estudiantes universitarios ante iniciativas contra violencias sexistas. Nómadas 51, pp. 173-190. Colombia: Universidad Central.

      Betsky, A. (1997). Queer Space: Architecture and Same-Sex Desire. Nueva York: William Morrow.

      Buckley, Ch. (1986). “Made in Patriarchy: Toward a Feminist Analysis of Women and Design. En V. Margolin (Comp.), Design discourse: history, theory, criticism, pp. 251-262. Chicago: The University of Chicago Press.

      Butler, J. (2018). Cuerpos que importan. Buenos Aires: Paidós.

      Flesler, G.; Durán, V. y Gugliottella, G. (2018). “Inclusión de la perspectiva de género en el campo proyectual”. Ciencia, Técnica y Mainstreaming Social, 0(2), pp. 43-51. Universitat Politecnica de Valencia. Recuperado de: https://polipapers.upv.es/index.php/citecma/article/view/8963

      Herring, S. (2010). Another Country: Queer Anti-Urbanism. Nueva York: University Press.

      Massey, D. (1994). Space, place, and gender. Minneapolis: University of Minnesota Press.

      Paz Frontera, A. (2017). “Arquitectura feminista: hacer una fisura en el hormigón”. Entrevista con Griselda Flesler, titular de la cátedra de Diseño y Estudios de Género de la FADU. LatFem. Recuperado de: https://latfem.org/arquitectura-feminista-hacer-una-fisura-en-el-hormigon/

      Rothschild, J. y Rosner, V. (1999). “Feminisms and Design: Review Essay” en Rothschild, J. (ed.), Design and Feminism. Re-Visioning Spaces, Places, and Everyday Things, pp. 7-33. New Brunswick, New Jersey y Londres: Rutgers University Press.

      Archivo

      https://www.bienal.fadu.uba.ar/que-es-la-bienal/

      http://comunica.fadu.uba.ar/nuevo-mural-colectivo-en-fadu/

      https://www.behance.net/gallery/62094065/Bano-sin-distincion-de-genero

      1 “Diseño y feminismo. Revisando la historia del Diseño Gráfico”, Tesis de Especialización de la Maestría en Diseño Comunicacional en FADU-UBA, dirigida por Leonor Arfuch.

      2 Por esa época la única posibilidad de acceso al material era viajar y fotocopiar algunos capítulos en las bibliotecas como los trabajos de Rothschild y Rosner (1999), Betsky (1997), Massey (1994), Attfield (1989), Buckley (1986).

      3 Forman parte del equipo desde un inicio Valeria Durán, Celeste Moretti, Natalia Laclau y Gabriela Gugliottella. Luego se sumaron Paloma Carignani, Ismael Menegolla, Facundo Revuelta y Florencia Scalise.

      4 La metáfora de Joan Rothschild (1999) es utilizada por el equipo de cátedra para describir la repercusión de la materia en la FADU/UBA. Ver Paz Frontera, A. (2017). “Arquitectura feminista: hacer una fisura en el hormigón”. Entrevista con Griselda Flesler, titular de la cátedra de Diseño y Estudios de Género de la FADU. LatFem. Recuperado de: https://latfem.org/arquitectura-feminista-hacer-una-fisura-en-el-hormigon/

      5 Tal como sostiene Scott Herring (2010) es fundamental ampliar las posibilidades de estudios queer más allá de los límites de la ciudad y lo urbano.

      6 Han dictado clase: Rafael Blanco, Ana Falú, Julia Kratje, Diana Maffía, Ana Laura Martín, Zaida Muxi, Adrián Pérez Melgosa, Carolina Quiroga, Ariel Sánchez, Carolina Spataro y las organizadoras del Festival Mujeres en Foco.

      7 La Unidad de Género fue creada en la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo de la UBA el 7 de marzo de 2017 y una de sus primeras intervenciones fue la intervención del baño sin distinción de género (http://www.fadu.uba.ar/categoria/238-unidad-de-gnero).

      8 Onaire es un colectivo gráfico argentino formado por cinco diseñadores: Mariana Campo Lagorio, Gabriel M. Lopatín, Gabriel Mahia, Sebastián Puy y Natalia Volpe. Trabaja con temas relacionados con la historia, la realidad social y cultural, realizando –a través del método “guiso gráfico”– piezas de diferentes formatos: murales, objetos y afiches, que en muchas oportunidades son impresos en serigrafía. Desarrollan proyectos para instituciones públicas y culturales, sobre la diversidad de género, los derechos de la mujer, la democracia, entre otros; participan de exposiciones, brindan talleres y conferencias para dar a conocer su método de trabajo en distintos lugares del mundo.

      9 Recuperado de: http://www.onaire.com.ar

      10 Escrito con corrector blanco sobre una puerta puede leerse: “Este es el único baño que uso. Estoy descubriendo si soy no binarie o FTM y éste es el único baño con el que estoy cómode. Grax FADU”. Para un análisis de esta apropiación ver: Blanco y Spataro (2019).

      casaBrandon y el amor ahí, entreverado

      Lisa Kerner

      La experiencia de casaBrandon no nace de manera aislada. Hay que tener en cuenta que casaBrandon surge tanto de la necesidad como del deseo, y de la misma manera sucedió con las fiestas Brandon, cuyo origen se remonta al año 2000. El germen de ese proyecto fue la disconformidad y las ganas de proponer un espacio LGBTIQ alternativo, estética e ideológicamente pensado. También el amor andaba ahí entreverado, empujando todo.

      Espacios como La Age of Communications con Juan Calcarami al frente, Ave Porco y Morocco –por nombrar algunos que nos reunían sin estar dirigidos particularmente a nuestra comunidad pero que nos convocaron por el tipo de música, shows y selección del staff que trabajaba–, habían cerrado.

      Aparecen espacios como Sitges, Bach, América, Palacio Alsina y Unna que, a pesar de sus diferencias, coincidían en ciertas lógicas heteronormativas, patriarcales y violentas que a nosotras nos expulsaban: patovicas en la puerta, maltrato en las barras y las entradas a los baños, música latina con letras sexistas casi exclusivamente, predominancia de varones cis gays, celebración de cuerpos esculpidos en gimnasios. Además, las locas de plumas eran maltratadas y, salvo en Unna y Bach, teníamos una sensación de que las lesbianas estábamos ahí como de prestado porque esos lugares tampoco escapaban a estas lógicas. Todo esto se plasmaba en su comunicación: flyers con imágenes de cuerpos de varones cis blancos musculosos y aceitados en poses de adonis gays y no mucho más.

      Yo estaba con serias dificultades para insertarme en el mercado laboral. Luego de haberme recibido de productora de Medios Audiovisuales en la ORT y haber participado en diversos puestos en rodajes de cortos premiados, no conseguía trabajo en las pocas productoras de la época.

      Recién había comenzado a salir con Jor (Jorgelina De Simone) y caminando una noche por avenida Córdoba junto con nuestro amigo y cómplice Filipe Francisquini, repasábamos la lista de los lugares para salir, deprimides por las opciones. Entonces sentí que teníamos que tener una propuesta propia, a nuestra medida, pensando que si a nosotres nos faltaba un lugar, seguramente a muches les debería pasar lo mismo. Nosotres queríamos además, ir un poco más lejos: queríamos cambiar el mundo, por lo menos lo que nosotres entendíamos como nuestro mundo LGBTIQ.

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