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      Rectoría General Ricardo Villanueva Lomelí

      Vicerrectoría Ejecutiva Héctor Raúl Solís Gadea

      Secretaría General Guillermo Arturo Gómez Mata

      Coordinación del Corporativo de Empresas Universitarias Missael Robles Robles

      Dirección de la Editorial Sayri Karp Mitastein

       Primera edición electrónica, 2019

      Autor Fernando Leal Carretero

      Coordinación editorial Iliana Ávalos González

      Cuidado editorial Juan Felipe Cobián

      Diseño y diagramación Estudio Tangente, SC

      Leal Carretero, Fernando, autor

       De la felicidad y otras cuestiones públicas /

       Fernando Leal Carretero. -- 1a ed. – Guadalajara,

       Jalisco: Editorial Universidad de Guadalajara, 2019.

       (Tablero de disertaciones)

       Incluye referencias bibliográficas

      ISBN 978-607-547-638-4

      1. Felicidad-Filosofía 2. Ciencia política-Filosofía I. t. II. Serie

      171.4 .L43 CDD

       B187 .L43 LC

       D.R. © 2019, Universidad de Guadalajara

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      José Bonifacio Andrada 2679

       Colonia Lomas de Guevara

       44657 Guadalajara, Jalisco

       www.editorial.udg.mx 01 800 UDG LIBRO

       ISBN 978-607-547-638-4

      Noviembre de 2019

      Hecho en México

      Made in Mexico

      Se prohíbe la reproducción, el registro o la transmisión parcial o total de esta obra por cualquier sistema de recuperación de información, existente o por existir, sin el permiso previo por escrito del titular de los derechos correspondientes.

      Conversión gestionada por:

       Sextil Online, S.A. de C.V./ Ink it ® 2019. +52 (55) 52 54 38 52 [email protected] www.ink-it.ink

      Índice

       CUESTIÓN 2 ¿QUÉ SENTIDO TIENE OPINAR EN POLÍTICA?

       CUESTIÓN 3 ¿ES UNA SOLA COSA EL CAPITALISMO?

       CUESTIÓN 4 ¿ES LO MISMO LA ÉTICA QUE LA BONDAD NATURAL?

       CUESTIÓN 5 ¿DE DÓNDE SALIÓ EL POSMODERNISMO?

      Nunca he sido dado a externar opiniones sobre las cuestiones públicas; pero no siempre puede uno seguir sus inclinaciones, y en mi vida ha habido momentos en que personas cercanas, en algunos casos entrañables, me han torcido el brazo, como se dice, para que declare lo que pienso sobre un tema de interés general. Porque una cosa es pensar en algo y otra muy distinta es subirse a la tribuna y hacer pronunciamientos; pensar, lo que se llama pensar, en las cuestiones públicas, sí que lo he hecho y lo hago. Es literalmente imposible evitarlo; pero tan lejos están de ser lo mismo pensar y opinar que a veces se antojan cosas diametralmente opuestas.

      El caso es que, en un subconjunto de las ocasiones antedichas, algo menos de la mitad de ellas, me he sentado a tratar de poner por escrito los argumentos respectivos de forma tal que el resultado ha sido un texto que ha encontrado eco con el público y hasta me atrevería a decir que ha logrado una cierta popularidad. Por este suceso inesperado tengo la ilusión de que quizá no sea del todo absurdo rescatar estos escritos, algunos ya francamente viejos, del olvido característico de publicaciones inevitablemente obscuras y dispersas. Tal vez, como dijera el Gabo, les corresponde una segunda oportunidad sobre la tierra.

      Zapopan, abril de 2019

      Cada uno de los textos que siguen fue redactado en circunstancias particulares, y cada uno tendrá que defenderse solo. Lo que sí podría valer la pena es explicar un poco lo que quiero decir con eso de “cuestiones públicas”.

      La palabra “cuestiones” designa aquí, como es vieja usanza filosófica, una masa informe de inquietudes en torno a un tema. El primer trabajo del filósofo es destilar de esa masa algunas preguntas, de ser posible en forma de disyuntivas. El segundo trabajo es responder a ellas. El tercero, presentar argumentos a favor de la respuesta dada, y en contra de las alternativas.

      Tomemos, para empezar, las cuestiones segunda, tercera y cuarta de esta colección. De todas las cosas que nos inquietan respecto de la política (cuestión 2), el capitalismo (cuestión 3) y la ética (cuestión 4), he logrado entresacar sendas preguntas cerradas, donde las opciones de respuesta están limitadas ya desde la misma formulación de las preguntas. En contraste, las otras dos cuestiones públicas se presentan como preguntas abiertas, aunque espero mostrar que esta apariencia es engañosa: veremos que también en su caso hay una disyuntiva subyacente.

      La pregunta cerrada que está a discusión en la cuestión 2, a saber, si tiene sentido o no opinar en política, me surgió en el año 2011, en ocasión de un simposio sobre “política, violencia y democracia entre lo global y lo local”. Los lectores recordarán que estábamos en la fase final del periodo presidencial de Felipe Calderón, cuando todos los mexicanos no salíamos de nuestro azoro por el remolino de violencia en que la llamada “guerra contra las drogas” había sumergido al país, remolino y azoro de los que por lo demás no hemos conseguido salir hasta ahora. Si eso no es una cuestión pública, no sé cuál lo sería.

      Ahora bien, aparte de esta circunstancia particular compartida con mis conciudadanos, la mía personal era la de quien tenía algo más de diez años tratando de entender en serio, es decir a la luz de modelos teóricos y datos empíricos, cómo funciona la economía y advirtiendo, en el camino y para mi sorpresa, que la teoría económica básica permite iluminar prácticamente todo tema político y social. Así, poco a poco una pregunta me fue llevando a la otra, y por un tiempo pensé que lo

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