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Resignificar la educación. Jorge Daniel Vásquez Arreaga
Читать онлайн.Название Resignificar la educación
Год выпуска 0
isbn 9789588844138
Автор произведения Jorge Daniel Vásquez Arreaga
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Toda palabra para decir el sentido de la expresión resignificar la educación será siempre una aproximación, una palabra dicha y por decirse desde un lugar ético-epistemológico que se manifieste de manera explícita. Así, lo que se intenta en este trabajo es aproximarse a la problemática educativa desde un aparataje teórico que podría identificarse como forma de comprender las “rupturas y las nuevas sensibilidades en comunicación”. No hay posibilidad de volver sobre lo que significa educar si se desliga la educación de la diversidad de fenómenos relacionados con la comunicación, al menos si se trata de asumir como desafío los desplazamientos de los principios que validan en el ámbito epistemológico, cultural y propiamente pedagógico los procesos educativos.
Resignificar la educación es una apuesta que está relacionada precisamente con la comunicación como un fenómeno complejo que permite poner en diálogo los aportes de las nuevas ciencias de la vida con la teoría crítica y la crítica cultural, derivando en un enfoque conceptual que permita ver la comunicación y la educación en un sentido mucho más amplio que el de intercambio de informaciones. Esta reflexión, en lo que respecta a la comunicación, cuenta con un largo desarrollo en la filosofía, las ciencias sociales y la tecnociencia; sin embargo, nuestro aporte radica en poner “la comunicación” en el centro de una transición paradigmática. Se busca precisamente las maneras con las cuales el “pensamiento mecanicista” y sus extensiones en la configuración del mundo de las relaciones entre sistemas vivos y en los sistemas humanos puede ir desplazándose hacia una razón comunicativa que empate con visiones más complejas de la realidad. Por lo tanto, plantearse el problema de los principios paradigmáticos, en términos conceptuales y éticos, es un asunto vital para la comprensión de la ruptura a la que pretendemos contribuir. No se trata de hacer un diagnóstico (fatal o alegre) de nuestro tiempo, sino una crítica que lleve el problema de la comunicación más allá del discurso academicista circunscrito a los saberes legitimados. Diversas visiones tienen cabida y serán articuladas dentro de un campo que se inscribe en la trayectoria de variados esfuerzos teóricos que pretenden darle al conocimiento científico un lugar dentro de la resignificación del mundo.
En este sentido, la apuesta constituye una propuesta que se articula en tres niveles: epistemológico, cultural y político-pedagógico. Estos niveles se desarrollan en el plano netamente conceptual, en cuanto asumo que hacer teoría es una forma de acción cultural, política y pedagógica. La separación entre teoría y práctica se la dejamos a los que aún asumen que el dualismo es el trascendental filosófico desde el cual se comprenden todas los emprendimientos humanos. ¿Acaso es posible hablar de comunicación sin asumirse como sujeto de koiné? ¿Es posible pensar la comunicación abstrayéndonos de nuestro ser-en-diálogo? Dado que mi respuesta ante estas preguntas es negativa, la crítica en el plano conceptual necesariamente desencadena reflexiones que se extienden prolongadamente hasta el infinito o el ciberespacio. Por lo tanto, las tres secciones que articulan esta propuesta no se pueden entender como piezas superpuestas (al estilo de ladrillos que construyen una pared [metáfora que aludiría al mecanicismo]), sino como los hilos de un mismo tejido, lo cual, a su vez, significa que este libro no es un depositario de saber acumulado y que, por esta razón, la tarea de hilvanar los tres hilos no es una operación acabada, sino que implica la voluntad de quien se acerca al texto con la pretensión de encontrar una experiencia compartida.
Se puede reconocer que en cada sección se modifican los interlocutores. En la primera sección están más presentes los que podríamos denominar como teóricos y divulgadores del nuevo paradigma científico; en un segundo momento los que podríamos nombrar como críticos del presente; y en la tercera sección los que podría identificar como filósofos de la sociedad alternativa. Los interlocutores son, en alguna medida, diferentes en cada sección (aunque hay autores que nos acompañan en todo el texto) se podría asumir que es un texto con tres partes donde “no se ve” la relación entre ellas. Ante esta inquietud la respuesta es ratificadora de la sospecha: la relación no “se ve”. La relación se crea precisamente en el cruce de miradas. Entonces, y para llevarlo a los extremos del atrevimiento: lo que se lee no es un texto. Este es la expresión más o menos ordenada de traducción de algo que sabemos que es intraducible: el propio deseo. A partir de este propósito, este libro no es un texto sino que se sirve de un texto. Lo que dice está más allá del texto. Este texto es un aparato por medio del cual nos asemejamos a la experiencia de la incertidumbre (en una paráfrasis de lo comprobado por Heisenberg): si el texto ubica al sujeto no ubica su deseo y si ubica su deseo se le escapa el sujeto. La reflexión sobre un nuevo paradigma sería precisamente aquello que representa la imposibilidad de delimitar la experiencia en un texto.
Presento pues las partes. La primera titulada “Comunicación y rupturas paradigmáticas”, arranca del hecho de que desde un nuevo paradigma científico la división cartesiana entre sujeto y objeto (como algo dado) funciona como elemento perturbador. Con el propósito de inscribirme en el desarrollo de la reflexión sobre la comunicación he destinado los primeros esfuerzos a hacer hincapié en cómo en la epistemología de la comunicación se había sostenido esta fragmentación del paradigma mecanicista. El empuje para esta tarea se encuentra en la vinculación que el deseo de “ruptura” permite trazar entre crítica y proposición. De este modo, asumo como punto de partida que la crítica en el plano epistemológico también tiene una intención propositiva que va de lo propiamente epistemológico a lo social, lo político y lo cultural.
La segunda parte, denominada “Crítica de la cultura contemporánea”, se trata de una invitación a relacionar lo epistémico con las sensibilidades en comunicación. De este modo, se aborda un conjunto de problemas en torno a la sociedad contemporánea y su fragmentariedad. Como se ve, la salida para las trampas que la modernidad ha tejido en su discurso se extiende al punto de una saturación de sus valores e ideales. Sigo la denominación de este momento como una “posmodernidad” que no constituye un momento de “superación” de la modernidad, sino la hiperrealización de sus ideales. En otras palabras, el desarrollo de la razón instrumental que fragmenta la experiencia compleja de la humanidad tiene como consecuencia una serie de transformaciones culturales que, en la época de la realidad virtual, de las nuevas tecnologías y de las tecnoculturas juveniles, se expresan como los elementos que entretejen un nuevo escenario cultural.
En esta segunda parte se trata de ubicar en un lugar de crítica algunos temas que hasta ahora han empezado a dejar de ser marginalizados por “el pensamiento fuerte” de la academia, como: la ciencia ficción, la expresiones juveniles, los juegos de video, entre otros. Considero que la poca centralidad adjudicada a estos temas en el análisis de los sistemas humanos responde a un “elitismo disciplinar” que ha afectado la reflexión sobre la comunicación en un sentido amplio. ¿Puede la metáfora del cyborg, los videojuegos, la televisión, las redes sociotécnicas (Facebook, etc.) decirnos algo sobre la transformación cultural de nuestras sociedades? Nuestra respuesta es afirmativa y para este propósito nos damos a la tarea de deconstruir un discurso utópico que encuentra en las nuevas tecnologías la apoteosis de la evolución humana. Desde un posicionamiento crítico, la reflexión sobre la comunicación no se puede hacer únicamente desde el punto de vista epistemológico, sino que necesita un anclaje material. En este libro, el anclaje se encuentra precisamente en el análisis de las posibilidades de transformación social que las nuevas tecnologías representan para la humanidad. Para esta tarea es necesario asumir que una descripción de las condiciones de socialización y de representación de la realidad que las nuevas tecnologías de la comunicación instauran nos permite visibilizar las vías desde las cuales la pregunta por lo humano se complejiza.
En la tercera parte, denominada “Pedagogías otras”, se hace la apuesta por tres formas contemporáneas de comprender la pedagogía: el desarrollo de la filosofía, la teoría social y política y las ciencias de la vida. No creo que exista “la pedagogía” como tal, sino que nos movemos en torno a una serie de saberes que se entrecruza a la hora de construirnos formas de comprender la realidad y los desafíos que esta presenta para la acción educativa. Esto significa que proponer un nuevo paradigma educativo no se restringe a cambiar de referentes teóricos en lo que respecta a los discursos pedagógicos. El esfuerzo tiene que buscar anclajes empíricos que devengan en nuevas formas de teorización