Скачать книгу

and Politics, Oxford, Oxford University Press, 2014; y Lisa Kember y Joanna Zylinska, Life after New Media: Mediation as a Vital Process, Cambridge, MIT Press, 2014.

      17 Años después, lxs usuarixs de Facebook recordarían este acontecimiento, expresando que sería grandioso volver a actuarlo ya que lxs estudiantes aún no habían logrado su objetivo. El recuerdo movió a lxs espectadorxs a revivir el ciclo de protestas de 2011 y lxs empujó a volver a la lucha.

      18 Verónica Gago, La razón neoliberal: economías barrocas y pragmática popular, Buenos Aires, Tinta Limón, 2014.

      19 Paolo Gerbaudo, Tweets and the Streets: Social Media and Contemporary Activism, Londres, Pluto; Nueva York, Palgrave Macmillan, 2012.

      20 Susan Leigh Foster propone usar el concepto de “coreografía” para resaltar la función simbólica y material del cuerpo como una herramienta activista. Basándose en el trabajo de Foster, Gerbaudo acuña la expresión “coreografías de asamblea” para caracterizar el modo en que lxs organizadorxs usan las redes sociales para preparar el terreno para las asambleas que son cruciales. Ver Susan Leigh Foster, “Choreographies of Protest”, ob. cit., y Paolo Gerbaudo, Tweets and the Streets, ob. cit.

      21 De hecho, el apoyo de Thatcher a las políticas de Pinochet fue fundamental para la continuidad del neoliberalismo en Chile. Thatcher mantuvo su alianza con el dictador incluso después de su imputación y arresto en Londres por violaciones a los derechos humanos. Agradezco a Brenda Werth por esta observación.

      22 David Harvey, A Brief History of Neoliberalism, Nueva York, Oxford University Press, 2005, p. 7 (hay traducción: La breve historia del neoliberalismo, trad. de Ana Varela Mateos, Madrid, Akal, 2007).

      23 Ibídem, p. 2. Sobre el neoliberalismo como racionalidad gubernamental y lógica generalizada, ver Pierre Dardot y Christian Laval, La nueva razón del mundo: ensayo sobre la sociedad neoliberal, trad. de Alfonso Diez, Barcelona, Gedisa, 2013.

      24 Adam Smith, The Wealth of Nations: Books I-IV, ed. de Andrew Skinner, Londres, Penguin Books, 1999 (hay traducción: Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones, ed. de Edwin Cannan, trad. de Gabriel Franco, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 1958).

      25 Lisa Duggan, The Twilight of Equality? Neoliberalism, Cultural Politics, and the Attack on Democracy, Boston, Beacon Press, 2003.

      26 Ibídem, p. xii.

      27 David Harvey, Brief History of Neoliberalism, ob. cit., p. 2.

      28 Arlene Dávila sostiene que fueron lxs latinoamericanxs quienes introdujeron el tema del neoliberalismo en la academia estadounidense. Concentrándose en la forma en que los regímenes neoliberales en Latinoamérica determinan el valor y la función de la cultura, Dávila advierte sobre el error de abordar el neoliberalismo como algo estable y no como un proceso profundamente contextual. Ver Arlene Dávila, “Locating Neoliberalism in Time, Space, and ‘Culture’”, American Quarterly 66.3 (2014): 549-555.

      29 Sobre el proyecto socialista cibernético de Salvador Allende consultar Eden Medina, Revolucionarios cibernéticos: tecnología y política en el Chile de Salvador Allende, Santiago de Chile, LOM, 2013.

      30 Ver Juan José Carrillo Nieto, “El neoliberalismo en Chile: entre la legalidad y la legitimidad. Entrevista a Tomás Moulián”, Perfiles Latinoamericanos 1.35 (2010): 145-155; y Naomi Klein, La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre, trad. de Isabel Fuentes García, Buenos Aires, Paidós, 2007.

      31 Verónica Gago, La razón neoliberal, ob. cit.

      32 En la práctica, durante las décadas de 1960 y 1970, los movimientos populares y estudiantiles que desafiaban el gobierno de partido único fueron perseguidos por programas de contrainsurgencia administrados por generales entrenados en la Escuela de las Américas. Durante la Guerra Sucia mexicana (1968-1982), más de 1200 personas fueron desaparecidas por la fuerza.

      33 Ver Chris Gilbreth y Gerardo Otero, “Democratization in Mexico: The Zapatista Uprising and Civil Society”, Latin American Perspectives 28.4 (2001): 7-29.

      34 Tanto en Chile como en Argentina, durante los gobiernos democráticos de la década de 1990 el neoliberalismo se intensificó. En Chile, el éxito relativo del programa económico de Pinochet creó un clima de apatía política a través de la idea de que la desactivación política había funcionado. Ver María José Contreras Lorenzini, “A Woman Artist in the Neoliberal Chilean Jungle”, en Elin Diamond, Denise Varney y Candice Amich (eds.), Performance, Feminism and Affect in Neoliberal Times, Londres, Palgrave Macmillan, 2017, pp. 239-251.

      35 Hannah Arendt, La condición humana, trad. de Ramón Gil, Barcelona, Paidós, 1993, p. 225.

      36 Lisa Duggan, The Twilight of Equality, ob. cit., p. xii.

      37 Como observa Judith Butler, la noción de Arendt del “espacio de aparición” se basa en la polis griega, que separa lo público de lo privado y privilegia el hablar en público como lo político sobre el cuerpo como sitio de no libertad basado en necesidades biológicas. Para discutir formas contemporáneas de opresión, Butler enfatiza la corporalidad como un terreno político. Y al escribir sobre el funcionamiento y los efectos performativos de las asambleas callejeras, Butler define lo asambleario como una forma de reestablecer el espacio de aparición para “aquellos asociados con una existencia corporal” (mujeres, niñxs, lxs explotadxs, y demás) para hacer manifiesta su “exposición diferencial a la muerte”. Judith Butler, Cuerpos aliados y lucha política: hacia una teoría performativa de la asamblea, trad. de María José Viejo, Barcelona, Paidós, 2017.

      38 Ídem.

      39 Sobre la raza y la raza como performance, ver E. Patrick Johnson, Appropriating Blackness: Performance and the Politics of Authenticity, Durham, Duke University Press, 2003.

      40 Sobre los orígenes vanguardistas de la historia del arte de la performance en Europa y Estados Unidos, ver RoseLee Goldberg, Performance Art: From Futurism to the Present, Nueva York, Thames & Hudson, 2001 (hay traducción: Performance art: desde el futurismo hasta el presente, trad. de Hugo Mariani, Barcelona, Destino, 1996).

      41 Paul Schimmel, “Leap into the Void: Performance and the Object”, en Out of Actions: Between Performance and the Object, 1949-1979, Londres, Thames & Hudson, 1998, p. 17.

      42 Ídem.

      43 Para un abordaje del “giro performativo” en el teatro, consultar Hans-Thies Lehmann, Teatro posdramático, y Erika Fischer-Lichte, Estética de lo performativo, Madrid, Abada Editores, 2011.

      44 Luis Camnitzer, Didáctica de la liberación: arte conceptualista latinoamericano, Murcia, CENDEAC, 2008.

      45 Lxs artistas usaban palabras como “sabotaje”, “apagón”, “denuncia”, “clandestinidad” y “protesta” para referirse a la circulación o al formato de sus obras. Ver Ana Longoni y Mariano Mestman, Del Di Tella a “Tucumán Arde”: vanguardia artística y política en el ‘68 argentino, Buenos Aires, El Cielo por Asalto, 2000.

      46 Para consultar estudios críticos sobre el arte de la performance en Latinoamérica, ver Coco Fusco (ed.), Corpus Delecti: Performance Art of the Americas, Nueva York, Routledge, 2000; Cecilia Fajardo-Hill y Andrea Giunta, Radical Women: Latin American Art, 1960-1985, Los Ángeles, Hammer Museum, University of California; Nueva York, Del Monico Books-Prestel, 2017; y Deborah Cullen (ed.), Arte ≠ Vida: Actions by Artists of the Americas, 1960-2000, Nueva York, El Museo del Barrio, 2008.

      47 Hannah Arendt en Dermot Moran y Timothy Mooney (eds.), The Phenomenology Reader, Nueva

Скачать книгу