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Activismos tecnopolíticos. Mariano López Seoane
Читать онлайн.Название Activismos tecnopolíticos
Год выпуска 0
isbn 9789877122176
Автор произведения Mariano López Seoane
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
1 Ver Fernando Calderón (coord.), “Understanding Social Conflict in Latin America”, United Nations Development Programme, Fundación UNIR, Bolivia, 2013; Christina Schatzman, “Political Challenge in Latin America: Rebellion and Collective Protest in an Era of Democratization”, Journal of Peace Research 42.3 (2005): 291-310; y Sonia Álvarez et al. (eds.), Beyond Civil Society: Activism, Participation and Protest in Latin America, Durham, Duke University Press, 2017.
2 Me enteré de esto cuando le pregunté a Teresa Sarrail, una profesora de teatro de la Universidad Nacional de las Artes, por la historia del edificio del Conservatorio Nacional de Teatro de la calle French durante mi visita a Buenos Aires en 2016.
3 En Argentina, la comunidad teatral ha jugado un rol crucial en la transición a la democracia. Por ejemplo, como menciona Brenda Werth, las dos primeras ediciones del festival de teatro Teatro Abierto (1981-1985) funcionaron como “un acto teatral colectivo de resistencia desafiando a la dictadura”. Debido al audaz posicionamiento del festival frente a la censura y al terrorismo de Estado, el Teatro Picadero, donde se realizaba Teatro Abierto, fue bombardeado en la mañana del 6 de agosto de 1981. Ver Brenda Werth, Theatre, Performance, and Memory Politics in Argentina, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2010.
4 Sobre la protesta como performance radical, ver Baz Kershaw, The Radical in Performance: Between Brecht and Baudrillard, Londres, Routledge, 1999.
5 Jodi Dean afirma que en un contexto de saturación mediática donde todos son prosumidores, es decir, a la vez consumidores y productores de contenido, los mensajes se vuelven meras ocasiones para procesos de circulación indefinida que crean lo que Dean llama “capitalismo comunicativo”. Ver Democracy and Other Neoliberal Fantasies: Communicative Capitalism and Left Politics, Durham, Duke University Press, 2009.
6 En su estudio de la tecnología en la performance, Chris Salter usa el término “entrelazamiento” (entanglement) para definir las formas en las que la tecnología no solo complementa, sino que transforma las prácticas artísticas desafiando los límites entre la acción humana y no humana. Ver Entangled: Technology and the Transformation of Performance, Cambridge, MIT Press, 2010. Mientras que Salter se refiere principalmente a la performance en espacios físicos, aquí utilizo el concepto de “entrelazamiento” para teorizar la interacción entre tácticas on y offline que generan constelaciones de performance de activismo transnacional.
7 Quienes se interesen por el concepto de “constelación” en los estudios culturales pueden consultar el trabajo de Norm Friesen, “Wandering Star: The Image of the Constellation in Benjamin, Giedion, and McLuhan”, julio de 2013, www.academia.edu. Para un enfoque orientado a la performance, ver Lynette Hunter, “Constellation: Engaging with Radical Devised Dance Theatre. Keith Henessy’s Sol Niger”, en John Rouse y Peter Lichtenfels (eds.), Performance, Politics, and Activism, Nueva York, Palgrave Macmillan, 2013, pp. 132-153.
8 Sobre la noción de “circulación afectiva”, consultar el artículo de Sara Ahmed, “Affective Economies”, Social Text 22.2 (2004): 117-139.
9 Ver Baz Kershaw, The Radical in Performance, ob. cit., y Susan Leigh Foster, “Choreographies of Protest”, Theatre Journal 55.3 (2003): 395-412.
10 Françoise Lionnet y Shu-mei Shih explican que, mientras que lo global es “un conjunto de criterios homogéneos y dominantes, lo transnacional designa espacios y prácticas en los que actúan agentes que cruzan fronteras, sean dominantes o marginales”. Estas teóricas ubican al transnacionalismo como una consecuencia de la última ola de globalización. Ellas sostienen que el transnacionalismo y la globalización corresponden a la fase de capitalismo avanzado definida por las prácticas de inversión financiera, acumulación flexible y circuitos de trabajo posfordistas, y que mientras el transnacionalismo es “parte y parcela de la globalización […] puede ser menos programado y más desperdigado”. Ver Françoise Lionnet y Shu-mei Shih (eds.), Minor Transnationalism, Durham, Duke University Press, 2005, p. 5.
11 En esta oración juego con la definición frecuentemente citada de Peggy Phelan que define la performance como una forma de arte que “llega a ser lo que es mediante la desaparición”. Esto quiere decir que lo efímero es fundacional dentro de la política de la performance como una forma artística no reproductiva. Ver Unmarked: The Politics of Performance, Londres, Routledge, 1993, p. 146 (hay traducción: “Ontología del performance: representación sin reproducción”, en Diana Taylor y Marcela A. Fuentes (eds.), Estudios avanzados de performance, Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 2011).
12 Aquí entro en el debate entre quienes definen la performance como un acto o acontecimiento efímero, no reproducible (Peggy Phelan), y quienes afirman que la performance es un sistema de memoria y un modo de preservar la cultura (Richard Schechner, Joseph Roach, Diana Taylor). A su vez, José Esteban Muñoz y Fred Moten aúnan estas dos posiciones afirmando que el carácter efímero de la performance es en realidad una precondición para su reproductibilidad, y que lo que podemos llamar el “estado titilante de la performance” es de suma importancia para sujetxs minoritarixs, para quienes la hipervisibilidad es una forma de control social y deshumanización. Ver José Esteban Muñoz, “Ephemera as Evidence: Introductory Notes to Queer Acts”, Women and Performance 8.2 (1996): 5-17; y Fred Moten, In the Break: The Aesthetics of the Black Radical Tradition, Minneapolis, University of Minnesota Press, 2003.
13 Jonathan Matthew Smucker define la política prefigurativa (prefigurative politics) como una filosofía que “busca demostrar el ‘mundo mejor’ que imagina para el futuro en las acciones que realiza hoy”. Smucker contrapone la política prefigurativa a la “política del poder” (power politics), dirigida a influir en el cambio a largo plazo. Por otra parte, Benjamin Arditi sostiene que la política prefigurativa, que él define como “performativos políticos”, ya es transformadora del mundo (y de la política) tal como la conocemos. Ver Smucker, Hegemony How-To: A Roadmap for Radicals, Baltimore, AK Press, 2017, p. 103; y Arditi, “Las insurgencias no tienen un plan – ellas son el plan: performativos políticos y mediadores evanescentes”, e-misférica 10.2, hemisphericinstitute.org.
14 L.A. Kauffman afirma que el movimiento antinuclear de los setenta es un punto de quiebre en la historia de la movilización social en Estados Unidos porque creó “un nuevo modelo para las acciones de gran escala” que encarnó “una nueva forma de vivir y actuar”. Kauffman sostiene que este modelo se generalizó en un momento en el que el cambio se volvió particularmente difícil de visualizar. De este modo, nos enseña que la política prefigurativa es siempre contextual y debe ser evaluada tomando en consideración las condiciones, herramientas y sistemas disponibles para trabajar en pos del cambio social. Ver Direct Action: Protest and the Reinvention of American Radicalism, Londres, Verso Books, 2017. Para una discusión sobre el cambio social centrada en la performance, ver Stephani Etheridge Woodson y Tamara Underiner (eds.), Theatre, Performance and Change, Cham, Palgrave Macmillan, 2018.
15 #YoSoy132 fue una movilización social generada por un grupo de 131 estudiantes que confrontaron al presidente mexicano Enrique Peña Nieto durante su visita a la Universidad Iberoamericana el 11 de mayo de 2012. Luego de que Peña Nieto acusara a lxs manifestantes de “infiltrados”, lxs estudiantes subieron un video a YouTube en el que mostraban sus carnets universitarios. Lxs simpatizantes usaron el hashtag #YoSoy132 para respaldar a lxs estudiantes. Esto inició un movimiento cívico que denunció la manipulación de los medios masivos y la influencia