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la evidencia que tengo parece apuntar al hecho de que mis padres son realmente mis padres y, por lo tanto, yo vivo y actúo siempre con la confianza de que así es.

      Ese es el tipo de confianza que la historia puede proveer, y ese es el tipo de confianza que espero podamos alcanzar al pensar juntos a lo largo de las páginas de este libro; una confianza histórica que nos permita, incluso que nos obligue a decir, “Sí, yo creo que la resurrección de Jesús sucedió. No tengo una mejor explicación sobre los hechos. Y ahora actúo en base a esa confianza”.

      En tercer lugar, por favor ten en mente que este no es y no tiene la intención de ser un libro académico. No considera cada variación posible de cada argumento, y no provee todos los ejemplos o cláusulas posibles. Espero que no lo compares con los muchos libros extraordinarios que algunos cristianos han escrito sobre todos estos temas a través de los años. Si pones este libro junto a esos otros, encontrarás que no es tan completo como esos, ni tan grueso. Su objetivo es simplemente presentar un vistazo a los argumentos y consideraciones que me han convencido a mí—y a muchos otros más a través de los años—de las verdades bíblicas.

      Una cosa más. Por el mismo hecho que este libro se mantiene a un nivel sencillo, te darás cuenta que se concentra en el Nuevo Testamento, y aún más específicamente, en los cuatro Evangelios. Esto significa que no trataré con cada detalle textual, de transmisión o relativo al canon, que surge cuando se estudia el Antiguo Testamento o incluso, cuando se estudian todos los libros del Nuevo. Pero entonces, tu podrías preguntarte, ¿acaso este libro no trata sobre toda la Biblia? La respuesta es que sí, pero no olvides que el explorar las evidencias del Nuevo Testamento, especialmente de los evangelios, usando las 5 preguntas anteriormente mencionadas, nos da una muy buena idea de los problemas y evidencias históricas concernientes a los demás libros. Y, algo todavía más importante, recuerda que a lo que queremos llegar es una certeza histórica de que Jesús se levantó de entre los muertos. Si podemos llegar a dicha certeza, entonces también tendremos una muy buena razón para confiar también en la confiabilidad del Antiguo Testamento. Entonces, ¿Cómo llegamos a la certeza histórica de que Jesús resucitó? Por medio de la determinación de si los evangelios, en particular, son testigos confiables de la historia. Esa es nuestra meta.

      Así que repito, mientras otros libros de forma muy adecuada, discuten todos los pequeños detalles que surgen al considerar la confiabilidad de la Biblia, este libro presenta un resumen del argumento que me ha convencido a mí y a muchos otros de la verdad de la Biblia, un argumento cuya piedra angular es la resurrección de Jesús. Si dicho argumento te es de ayuda y, hasta cierto punto, convincente para ti, me alegro. Y si no es así, te animo a que continúes leyendo esos otros grandes y mejores libros.

       Un primer paso

      Si estás leyendo este libro y no eres cristiano, primero que todo, gracias por escogerlo y haber leído hasta acá. Por lo menos espero que encuentres aquí algo que te rete a pensar sobre los cristianos, sobre el cristianismo, sobre la Biblia y, en última instancia, sobre Jesús, en formas que tal vez sean diferentes a cómo has razonado hasta ahora. Espero que llegues a darte cuenta que nosotros los cristianos no creemos lo que creemos sin razón alguna. Por supuesto que pudieras marcharte sin creer el argumento que plantea este libro, pero espero que al menos seas capaz de decir que tal vez haya más en la fe cristiana de lo que pensabas cuando comenzaste a leer. Por otro lado, tal vez incluso seas capaz de decir más que eso. Tal vez llegues a la conclusión de que realmente puedes confiar en la Biblia y confiar en lo que ella dice. Si es así, entonces estarás comenzando una experiencia verdaderamente grandiosa, porque serás capaz de comenzar a pensar con seguridad en aquello de lo que la Biblia habla en primer lugar— Jesús el Cristo, y quien Él decía ser.

      Si ya eres cristiano, entonces espero que este libro también sea de ayuda para ti. Espero te ayude a comprender mejor por qué confías en la Biblia, y después te ayude a capacitarte para hablar sobre esa confianza y defenderla de las objeciones de las personas que no confían en ella. La verdad es que, al final de cuentas, a pesar de que el mundo nos acusa con frecuencia, el cristianismo no requiere que las personas hagan un “salto de fe” irracional que los lleve a creer cosas ridículas y sin evidencia. Por el contrario, nuestro “salto de fe” real consiste en depender de Jesús para salvarnos de nuestros pecados, precisamente porque Él es eminente y completamente confiable.

      ¿Y cómo sabemos eso?

      Bueno, porque la Biblia lo dice así.

      ¿Acaso no es cierto?

      Hace algunos años, tuve el privilegio de visitar la ciudad de Shanghái, China. Antes de mi viaje, algunos amigos que vivían allá me advirtieron que debía tener cuidado de creer que las descripciones en inglés debajo de los símbolos chinos en muchos de los anuncios de la ciudad fueran acertadas. Eso es debido a que, a lo largo de los años, los traductores chinos se hicieron famosos por traducir mal los anuncios al inglés; muchas veces con resultados engañosos y algunas veces hasta divertidos.

      Busqué algunos ejemplos en Internet antes de irme, y es verdad: algunas de las traducciones con las que algunas personas se han enfrentado son bastante graciosas. Por ejemplo, este anuncio colgado en la puerta de un restaurante: El bar está ahora abierto porque no está cerrado. O el menú que ofrece una Deliciosa abuela picante como entrada para el almuerzo. O el anuncio en un área verde pública que toca cada fibra de tu corazón: Debajo de tus pies se encuentra un pasto hermoso pero lastimero. Honestamente, ¿quién sabe cuál era la idea original detrás de todo eso?

      Después de haber visto todo eso, por supuesto que esperaba ver algunos ejemplos de traducciones malas y cómicas en mi viaje. Tristemente, llegue a Shanghái justo después de que los juegos olímpicos de verano habían terminado, y resulta que los chinos habían lanzado un proyecto masivo para corregir las malas traducciones por todo el país antes de que los juegos comenzaran. ¡Así que ni siquiera una vez pude probar deliciosa abuela picante para el almuerzo, o ver el triste rostro de algún pasto hermoso pero lastimero antes de pisarlo!

      Pero, piensa por un momento en lo siguiente. ¿Por qué China se aseguró que las traducciones a un idioma extranjero fueran correctas? La respuesta es simple—el mundo tiene sus ojos puestos en la nación durante los juegos olímpicos, querían comunicarse con precisión. Eso es en última instancia lo que está en juego en una traducción, ya sea de un anuncio, un menú o la Biblia. ¿Podemos estar seguros de que lo que estamos leyendo en nuestro propio idioma es un reflejo preciso de lo que el autor quería decir en su propio idioma?2

       ¿Es posible hacer traducciones?

      La tarea de determinar si la Biblia es en realidad una fuente histórica confiable sería mucho más fácil si nuestro idioma nativo fuera el hebreo antiguo, arameo antiguo y griego antiguo. Para la mayoría de nosotros, sin embargo, no lo es. Y eso quiere decir no solo que debemos preguntarnos si los autores de la Biblia eran dignos de confianza, y si los copistas transmitieron sus escritos con precisión, sino que también debemos preguntarnos si las Biblias que tenemos en español son una traducción precisa de esas copias.

      Es probable que la primera pregunta que necesitamos confrontar es si el proceso de traducción es siquiera posible. ¿Podemos realmente tomar un idioma que se ve así:

      Μὴ θησαυρίζετε ὑμῖν θησαυροὺς ἐπὶ τῆς γῆς, ὅπου σὴς καὶ βρῶσις ἀφανίζει καὶ ὅπου κλέπται διορύσσουσιν καὶ κλέπτουσιν· θησαυρίζετε δὲ ὑμῖν θησαυροὺς ἐν οὐρανῷ, ὅπου οὔτε σὴς οὔτε βρῶσις ἀφανίζει καὶ ὅπου κλέπται οὐ διορύσσουσιν οὐδὲ κλέπτουσιν· ὅπου γάρ ἐστιν ὁ θησαυρός σου, ἐκεῖ ἔσται καὶ ἡ καρδία

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