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fue la aristocracia colonial, que se hallaba en franca decadencia. La política de secuestros, entre 1821 y 1824, ahondó la crisis del agro y del sector terrateniente noble, así como parte del sector mercantil29. Alrededor de 43 haciendas en los valles de la costa central pasaron al control del Estado, el cual adjudicó algunas de ellas a líderes militares patriotas, y cerca de 47 comerciantes de supuesta filiación realista se vieron obligados a emigrar30. Se modificó bruscamente el carácter social de la propiedad de la tierra en la costa central. Los dueños que se marcharon definitivamente perdieron en forma irremediable sus propiedades. Sin embargo, hacia 1825 se abrió una brecha legal por la cual algunos de ellos se convirtieron en acreedores del Estado por concepto de propiedades secuestradas. Al encontrarse los gobernantes de esos años con que nadie quería invertir en la tierra, la legislación de los secuestros retrocedió abruptamente, primero, al ser abolidos los juzgados privativos en 1823 y luego, al decretarse, el 2 de marzo de 1825, que la mayoría de las propiedades de los emigrados quedaban libres de secuestro y que los parientes de los secuestrados debían renunciar a solamente la quinta parte de sus propiedades en favor del Estado. La propiedad de la tierra constituía un peso demasiado grande para el Estado republicano que buscaba deshacerse de las tierras de conventos supresos, Temporalidades, Inquisición y otras heredadas del Estado colonial. No se vio mejor forma de hacerlo que adjudicando tierras a caudillos militares y, ante la incapacidad de estos en materia de negocios, devolviendo parte de las propiedades expropiadas. Así, muchos de los verdaderos perjudicados por la destrucción y el cambio de propiedad que acompañaron a las campañas militares de la Independencia se verían marginados al no contar con los necesarios recursos para defender sus casos ante el Estado. Este es un proceso que va de la mano con los tempranos intentos por consolidar la deuda interna, entre 1826 y 1827, al otorgar tierras a cambio de depreciadas cédulas de reforma y otros valores de la deuda interna31.

      Un caso de secuestro notable es el de Fernando Carrillo de Albornoz, conde de Montemar, quien demoró muchos años en adquirir nuevamente sus tierras que ya habían sido adjudicadas a otros privilegiados acreedores del Estado. Asimismo, doña Ignacia Novoa pierde sus haciendas Montalván y Cuiva, en Cañete, a manos del prócer chileno Bernardo O’Higgins. Doña Petronila Zavala, expropietaria de la hacienda San Regís, en Chincha, y los marqueses de Valle Umbroso, Montesclaros y otros consignados en la tabla 1, perderían sus haciendas a manos de los generales Sucre, Echenique, Balta, Reyes y otros. Algunos de estos miembros de la aristocracia colonial quedarían permanentemente marginados del proceso de cancelación de la deuda interna. Otros, sin embargo, como lo demuestra la tabla 1, lograron recuperar parte de sus propiedades hacia 1839. Además, algunos pocos buscarán fortalecer su vulnerable posición mediante estratégicos arreglos crediticios con poderosos comerciantes, lo cual garantizará reconocimientos de deuda interna que serán compartidos con sus acreedores mercantiles.

Razón de las haciendas secuestradas, 1821-1823*Dueños de haciendas en 1839**
HaciendaPartidoDueñosNac.1HaciendaDistritoDueños
AndahuasiSayánAnselmo SalinasE
BozaChancayMarqués de la BozaLBozaChancay-AucallamaGerónimo Boza
BuenavistaLurínJosefa Jacot
CaquiChancayFrancisco AliagaCaquiChancay-AucallamaSeñores Cueva
CarrisalPiscoVicente Algorta
CaucatoPiscoFernando del Masco
ConchaSurcoAntonio Tarranco
Chacra AltaBellavistaAntonio SolórzanoE
ChancailloChancayManuel ElgueraEChancaillo yViña RamírezChancayManuel Elguera y familia
ChacacaHuauraLuis BasonoE
ChuquitantaCarabaylloMarqués del Valle UmbrosoChuquitanta yVillaseñor AltoCarabaylloBocanegraGrimanesa de la Puente2
Chunchanga–––Román Idiáquez
El ConventoSupeManuel GarcíaE
GalaLuriganchoBruno Vitoseco
HuandoChancayRosendo GaoEHuandoHuaralDr. Pedro Reyes
LanchasPiscoVicente Algorta
La HuacaChancayJuan PasquelE
Las SalinasChancayJosé LaosLLas Salinas yHuascataChancayLateJosé Laos
MotocachiSantaMatías AntigaE
PalpaChancayJosé BasurcoLPalpaAucallamaConv. Sto. Domingo
ParamongaPativilcaAnselmo SalinasE
Pando–––Josefa Ramírez de Arellano
PasamayoChancayAntonio SolórzanoE
Santa ClaraLateFrancisco GoytizoloSanta ClaraLateFco.

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