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pág. 163) para los futbolistas -que todavía hoy se recomienda en la bibliografía del fútbol- ya no sirve para el rendimiento del fútbol actual (tabla 15). Si se observa la capacidad de rendimiento de los estudiantes antes del inicio de su estudio (ilustra- ‘ ción 61) y sabiendo que en B aviera los estudiantes tienen que efectuar una prueba de fin de semestre con un resultado de 3.000 metros en el test de Cooper puede verse que la valoración de la resistencia dada por Kunze (ver tabla 15) y Cooper (ver tabla 14) sirve para aquellas personas no entrenadas pero no para los jugadores no profesionales entrenados y mucho menos para futbolistas profesionales.

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Distancia recorridaCategoría de rendimiento
Hasta 2.000Débil
Hasta 2.400Normal
Hasta 2.800Buena
Hasta 3.200Muy buena
Por encima de 3.200Excelente
Categoría de rendimientoDistancia recorrida
HombresMujeres
Muy buenaMás de 3.200Más de 2.800
Buena2.801-3.2002.401-2.800
Mediana2.401-2.8002.001-2.400
Mala2.000-2.4001.600-2.000
Muy malaMenos de 2.000Menos de 1.600
Distancia recorridaCategoría de rendimiento
Más de 3.650Muy por encima del promedio
3.260-3.350Por encima del promedio
3.160-3.259Promedio
3.060-3.159Por debajo del promedio
Menos de 3.060Muy por debajo del promedio
Distancia recorridaCategorías de rendimiento
Hasta 2.800Débil
2.800-3.000Regular
3.000-3,200Suficiente
3.200-3.300Buena
3.300-3.400Muy buena
Más de 3.400Excelente

      En las pruebas de admisión efectuadas en B aviera durante todo el año para poder estudiar una carrera deportiva se dan las mejores condiciones de motivación de los deportistas -se trata de conseguir nota suficiente para pasar la prueba (con un rendimiento inferior a 2.679 m no se aprueba)-; se efectúa con estudiantes de diferentes categorías y que provienen de diferentes tipos de deporte (por ejemplo, también hay deportistas que no pertenecen a ninguna asociación) y esas pruebas dan una buena visión general de la capacidad de rendimiento de resistencia de los jóvenes deportistas (edad promedio unos 20 años). La ilustración 61 muestra las distancias recorridas con motivo de la prueba de admisión del año 1989. De esta forma puede verse ya lo problemático de la valoración del test de Cooper sólo por razones de motivación: las personas entrenadas especialmente en resistencia que todavía no son estudiantes dan unos resultados en rendimiento que pueden compararse a los futbolistas profesionales (poco motivados): Ge- risch/ Tritschoks (1985, pág. 46) vieron que aquellos estudiantes a los que se efectuaba un test de Cooper daban prácticamente los mismos resultados que los jugadores de la liga profesional con un promedio de 3.019 ± 124 metros.

      De la comparación del test de Cooper efectuado entre estudiantes y en futbolistas de alto rendimiento pueden sacarse diferentes conclusiones: o bien la capacidad de resistencia de los futbolistas de alta categoría está insuficientemente desarrollada -en este caso debería efectuarse un entrenamiento con más elementos de resistencia- o la motivación que tienen frente al entrenamiento no es suficiente y el entrenador debería tenerlo muy en cuenta.

      Para los deportes tipo juego, Hagedom et al. (1985, pág. 61) hacen una propuesta de valoración para el test de Cooper que presentamos en la tabla 16. Geese (1990, pág. 26) en la tabla 17 valora las longitudes recorridas por jugadores masculinos de primera categoría.

      Si se resumen los resultados obtenidos hasta ahora junto con las tablas de valoración, deberán considerarse apropiadas las bases de valoración propuestas en la tabla 18, teniendo en cuenta un desarrollo óptimo de la resistencia en los jugadores no profesionales de clase superior y de los futbolistas profesionales.

      En el área no profesional más alta y en el fútbol profesional debería obtenerse como resultado una capacidad de resistencia de 3.200-3.400 m (según la posición de juego) en el test de Cooper efectuado hacia el final del período preparatorio. Un aumento de la resistencia no tendría ningún sentido para el fútbol ya que podría ir en contra del desarrollo de otras características determinantes del futbolista, especialmente la fuerza-potencia.

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      Para poder valorar la capacidad de resistencia de los futbolistas sénior de 30 a 50 años podrán utilizarse los valores de comparación de la tabla 19.

       Problema de la valoración de la resistencia mediante el test de Cooper

      Los resultados del test de Cooper no pueden sobrevalorarse en cuanto a su efectividad, ya que la interpretación del rendimiento en la carrera puede verse influenciada por diferentes factores. Tal como muestran diferentes investigaciones, el test de Cooper no es totalmente independiente de la motivación individual o de la capacidad de esfuerzo (Ver Gerisch/Tritschoks, 1985, págs. 44-47; Schürch, 1987, pág.4 9; Apor, 1988, pág. 101; Geese, 1990, pág. 27; Gerisch, 1990, págs. 62-63). Si se tiene en cuenta sólo la distancia recorrida -que es lo normal en la práctica del deporte- pueden darse equivocaciones de observación en la capacidad de resistencia, lo que puede llevar a errores en la estructuración del entrenamiento, ya que un jugador muy motivado agota todas sus fuerzas para recorrer una distancia mayor que un jugador no suficientemente motivado. En una serie de investigaciones los valores resultantes del test hecho a jugadores profesionales se diferencian por este motivo de los valores de jugadores no profesionales (incluso de la clase inferior).

      La tabla 20 muestra los resultados del test de Cooper hecho a un equipo profesional y a un equipo de la liga regional. Los valores de rendimiento dados por futbolistas profesionales y no profesionales muestran unos valores promedio prácticamente

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