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para averiguar la capacidad de rendimiento aeróbico (resistencia básica) específico para el fútbol

       1. Test de carrera «sencillo»

      El test más practicado para averiguar la capacidad de rendimiento aeróbico son las carreras de 12 minutos (test Cooper) así como las carreras de 100, 3.000 y 5.000 metros. Adicionalmente también se efectúan carreras de 8 y 15 minutos (ver Cooper, 1970; Kunze, 1977, pág. 163; Pahlke/Peters, 1979, pág. 355; Dordel/Bemoteit, 1981; Bauer/Ueberle, 1984; Binz, 1984, pág. 34; Geerisch/Tritschoks, 1985, pág. 46; Hagedom et al., 1985, pág. 61; Fohren- bach et al., 1986, pág. 113; Grosser/Brüggemann/Zintl, 1986, pág. 129; Grosser/Staristhka, 1986, pág. 97; Apor, 1988, pág. 49; Geese, 1980, pág. 27; Gerisch, 1990, pág. 62). En todos estos tests es problemática la cuestión de la validez, es decir, si el test mide realmente lo que se supone que tiene que medir. Después de haber efectuado todas estas carreras a la velocidad máxima durante un tiempo determinado o durante una distancia determinada no se medirá la resistencia aeróbica sino una mezcla de la resistencia aeróbi- ca-anaeróbica: cuanto más corta sea la distancia -esto sirve especialmente para la carrera de 1.000 metros pero también es válido para la de 5.000 metros y el test Cooper- más alto será el procentaje de intervención de los procesos con energía anaeróbica lactácida. Por lo tanto, los tests de este tipo sólo serán relativamente válidos para determinar la capacidad de rendimiento aeróbica, ya que miden más cosas de las que se proponía A pesar de estas limitaciones, son instrumentos muy útiles para averiguar la capacidad de rendimiento.

      a) Test de Cooper (carrera de 12 minutos)

      El test de Cooper es el test más utilizado para averiguar la capacidad de rendimiento aeróbico. Por este motivo hablaremos extensamente sobre él. El test de Cooper se realizará normalmente en una pista de 400 metros. En caso de no disponer de una pista de 400 metros puede efectuarse en el mismo campo de fútbol (ilustración 59).

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      Según la longitud recorrida en 12 minutos pueden sacarse conclusiones sobre la capacidad de resistencia del jugador. Las tablas de valoración para los diferentes niveles de edad y clases de rendimiento facilitan al entrenador conocer la capacidad de resistencia de sus jugadores en comparación con la de otros jugadores o grupos de prueba.

      De todas formas debe advertirse que la comparación interindividual sólo será relativamente indicativa, ya que depende de la tipología del corredor (tipo resistente, tipo esprínter) y de la posición de juego -un jugador de medio campo necesita una capacidad de resistencia superior que un jugador de defensa- con lo cual pueden esperarse diferentes capacidades de resistencia.

      Es interesante la comparación con jugadores de la misma clase deportiva o de la misma posición de juego. Tampoco puede faltar una orientación de objetivos en el sentido del control del entrenamiento (ver pág. 110). Para cada jugador deberán averiguarse valores positivos que representen sus valores óptimos.

       Tablas de valoración para el test de Cooper

      Veamos el desarrollo de la capacidad de resistencia aeróbica en base a los resultados del test de Cooper según las edades.

      El desarrollo de la capacidad de resistencia de los niños que practican un deporte de rendimiento -determinado por el test de Cooper- durante la infancia y la juventud hasta la edad madura no se efectúa de forma lineal sino que tiene la subida más aguda en los años que van entre 11 y 15 (ilustración 60). Rosser/Stariscke (1986, pág. 98) registraron en el test de Cooper los valores medios citados en la tabla 10 para niños y adolescentes en el ámbito del deporte escolar.

      La tabla 11 posibilita una valoración de la capacidad de resistencia de jóvenes del sexo masculino y femenino. En la tabla 12 se encontrarán los valores de niños y de jóvenes futbolistas según Obermann/Walz, 1979, pág. 92.

      Bauer/Ueberle (1984) dan como resultado promedio para jóvenes D longitudes de 2.070 metros, para jóvenes B de 2.590 metros y para jóvenes A de 2.690 metros. Erkenbacher (1990, pág. 23) determinó en un equipo juvenil (4 entrenamientos semanales, jugadores con ambiciones profesionales) con el test Cooper antes del inicio del periodo de preparación un promedio de rendimiento de carrera de 3.084 metros (el mejor fue de 3.530 metros). Su objetivo son los 3.200 metros.

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      Si se compara el desarrollo del rendimiento en el test de Cooper con el desarrollo del consumo máximo de oxígeno en chicos o jóvenes en los períodos de 11/12 hasta 18 años, puede determinarse que ambos parámetros de rendimiento -al contrario que en otras investigaciones (ver página 162)- están en correlación estrecha el uno con el otro. Apor (1988, pág. 97) demostró que los valores máximos de consumo de oxígeno en los chicos y jóvenes apenas variaba, mientras que los valores del test de Cooper mejoran notablemente (tabla 13). Para poder determinar el desarrollo de la capacidad de resistencia, el test de Cooper puede utilizarse como un medio adecuado para la determinación del consumo máximo de oxígeno.

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      Para hombres adultos, Cooper (1970) da las siguientes valoraciones de rendimiento (tabla 14). Al contrario de lo que sucede con los niños y los jóvenes, en adultos los valores máximos del consumo de oxígeno (en relación al peso corporal) están relacionados con el rendimiento en la carrera de distancia: cuanto mayor sea el consumo máximo de oxígeno mayor será la capacidad de resistencia aeróbica o la longitud recorrida en el test de Cooper.

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