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Un olfato para todo. Frank Rosell
Читать онлайн.Название Un olfato para todo
Год выпуска 0
isbn 9788499107752
Автор произведения Frank Rosell
Жанр Сделай Сам
Серия Perros
Издательство Bookwire
Tor Iljar de Dogpoint entrena a perros utilizando el olor de referencia de castores en una plataforma de entrenamiento. Cuando el perro indica la caja correcta, Iljar confirma con un pulsador que ha escogido la opción correcta y premia al perro con una golosina. Fotografía: Frank Rosell.
Las dos perras de Tor Iljar, de Dogpoint, han sido entrenadas para detectar por el olor muchas cosas diferentes en una plataforma de entrenamiento:
•Té o café.
•Chinches de la cama.
•Hormigas madereras y hormigas negras de jardín.
•Ratas y ratones (vivos y muertos).
•Fluidos de cadáveres humanos.
•Hollín y humo procedentes de un incendio.
•Secreciones de las glándulas anales y castóreas de los castores.
•Medicina homeopática.
•Estanozolol, presente en esteroides anabólicos.
•Narcóticos (hachís, cocaína, heroína, [ácido] LSD y metadona).
•Explosivos (TNT).
•Pólvora (material explosivo).
•Plomo (componente de armas y materiales explosivos).
•Fugas de agua y gas.
Desafíos y oportunidades futuras
Desde 1971, he llevado a cabo una serie de distintos estudios sobre castores para la Universidad de Telemark en los ríos Straumen (municipio de Nome), Gvarv y Saua (municipio de Sauherad) en Telemark, Noruega. Los estudios de los castores en estos tres ríos están incluidos en mi investigación a largo plazo. En mayo de 2014, habíamos capturado 393 castores diferentes usando salabar-dos,52 y la mayoría fueron capturados varias veces. Hemos conseguido un total de 1.143 capturas y capturas repetidas. Nuestra actual base de datos contiene información de un período de casi 18 años. Cada año hemos observado y capturado ejemplares de unas 25 colonias de castores diferentes. Los animales fueron marcados, con etiquetas en la oreja y microchips en el cuello, pesados y medidos. La determinación del sexo se realizó estableciendo el color de la secreción de la glándula anal.53 Además, recogimos muestras de pelo para llevar a cabo análisis genéticos y secreciones castóreas (secreción de los sacos del castor; un concentrado de orina que contiene muchos componentes ligeros y volátiles, es decir, moléculas que se emiten con facilidad y generan un olor) y secreciones de las glándulas anales (muchos componentes pesados con un peso molecular de más de 300) para llevar a cabo análisis químicos y para su uso en experimentos olfativos. Se han reunido excrementos, sobre los que se realizaron análisis químicos y análisis de dieta y parásitos. Se han trazado límites territoriales mediante la investigación de las marcas de olor en los márgenes de los ríos54 y/o utilizando el seguimiento por radio55 y transmisores GPS.56 Asimismo, hemos explicado a grandes rasgos el comportamiento del castor con la ayuda de acelerómetros triaxiales.57 Los datos de capturas y observacio-nales se resumen como datos sobre la composición de la colonia, eventos de dispersión, mortalidad y éxito reproductivo. Todos estos olores de referencia, además de nuestros conocimientos sobre la identidad de los animales y el hábitat de la colonia, han abierto las puertas a muchos estudios apasionantes y extraordinarios sobre el olfato del perro. Numerosos científicos investigadores han entrenado perros para que identifiquen excrementos de especies diferentes, pero ninguno ha realizado estudios sobre otras secreciones animales, como orina y secreción de las glándulas anales.
Investigación con perros rastreadores de castores propios y de otras personas
En 2001, durante la elaboración de mi tesis doctoral, Lars Joran Sundsdal (mi estudiante de máster en esa época) y yo descubrimos que, sobre todo, es castóreo lo que se deposita en los montículos de olor durante el invierno.58 Se sabe poco sobre la secreción de las glándulas anales del castor, pero sí sabemos que se deposita en las marcas de olor del castor durante la primavera y el verano.59 El castóreo no contiene información detallada sobre el individuo y simplemente transmite: «Vivo aquí; este es mi territorio». La secreción de las glándulas anales contiene información sobre el sexo, pero no sabemos si este también es el caso del castóreo. Cuando realizamos análisis químicos del castóreo en un cromatógrafo de gases usando un espectrómetro de masa (un instrumento para análisis químicos), no descubrimos ninguna diferencia entre los sexos.60 Esto despertó mi interés por investigar si los perros serían capaces de distinguir entre sexos usando su olfato y también si lograrían diferenciar el castóreo de la secreción de las glándulas anales. En la primavera de 2013, el profesor adjunto Andreas Zedrosser, las alumnas de doctorado Hannah B. Cross y Helga Veronica Tinnesand y yo encargamos al entrenador de perros Tor Iljar, de la empresa Dogpoint, la responsabilidad de entrenar a ocho perros para que distinguieran entre castóreo y secreción de las glándulas anales. También se les entrenó para que diferenciaran entre el castóreo de machos y hembras y las secreciones de las glándulas anales de machos y hembras. Iljar se hizo cargo de las labradoras retriever Demi y Andrea. La adiestradora de perros Marit Sorum trabajó con las jack russell terriers Petra y Ronja, Mia Palmgren con la caniche Zappa y Nina Hansen con la papillon Mie, y los border collies Vims y Liz también participaron en el proyecto. Los perros tenían de dos a siete años de edad. Al principio, es importante que el propietario del perro esté presente, porque esto hará que esté más motivado.61 Además, les resulta más fácil interpretar los estados de ánimo positivos de sus propietarios que los de extraños.62
Hay muchas variaciones entre perros y entrenadores de perros, por lo que es difícil seguir una única regla establecida para el entrenamiento.63 Se han escrito incontables libros sobre cómo entrenar a un perro y se han ideado muchos métodos en consecuencia. Cuando se resumieron los cinco libros más vendidos sobre entrenamiento de perros, entre ellos, el libro del famoso entrenador de perros César Millán,64 el contenido resultó ser sumamente divergen-te. En 2012, la estudiante de doctorado en psicología Clare M. Browne de la Universidad de Waikato, en Nueva Zelanda, y sus compañeros llegaron a la con-clusión de que los libros no incluían forzosamente la información necesaria para permitir que los dueños de perros aprendieran a entrenar.65 Esto confirma la vieja broma de que si hay cuatro entrenadores de perros en una habitación, habrá cinco opiniones diferentes. Lamentablemente, los científicos han mostrado muy poco interés en el estudio y comparación de los diferentes métodos de entrenamiento.66
En nuestro estudio, la primera fase de entrenamiento consistió en colocar a los perros en una plataforma de entrenamiento que contenía siete orificios con un bote en cada uno. Cuatro de los orificios estuvieron durante todo el tiempo en el interior de las dos paredes de plexiglás de la plataforma de entrenamiento y tres de los orificios estuvieron fuera. Estos orificios que contenían los botes podían colocarse en diferentes posiciones usando una palanca, de forma que todos los botes podían situarse dentro del plexiglás. La palanca se sujetó al orificio para el bote número cuatro. Iljar utilizó té para el olor que los perros tenían que buscar. Se sumergió una bola de algodón en té y se colocó en el bote con la palanca que tenía el pulsador. La palanca está siempre detrás de la muestra de olor correcta durante la sesión de entrenamiento. En las primeras sesiones de entrenamiento, las muestras de olor se colocaban en botes de acero inoxidable para reducir la cantidad de transmisión de olor que no podía controlarse entre los botes. Cuando el adiestrador de perros ordenaba: «Encuentra el olor», los perros empezaban a olisquear los orificios que contenían los botes y cuando encontraban el olor correcto, los adiestradores de perros lo confirmaban con el pulsador (de esta forma, los perros asociarían una indicación correcta del objetivo con este sonido) antes de recompensarlos con una golosina. De este modo, un resultado positivo, una indicación