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La racionalidad ampliada: nuevos horizontes de la fenomenología y la hermenéutica. Группа авторов
Читать онлайн.Название La racionalidad ampliada: nuevos horizontes de la fenomenología y la hermenéutica
Год выпуска 0
isbn 9786123175955
Автор произведения Группа авторов
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
En 1962, Kuhn, y más tarde Capra y Luisi —entre muchos otros, siguiendo las premoniciones tempranas de Husserl, que pasaron desapercibidas— observan que el paradigma epistemológico y ontológico cartesiano, y el paradigma matemático, determinista, mecanicista, objetivista y tecnicista de Newton manifiestan signos de crisis desde el siglo XIX. La historia de la ciencia muestra que las primeras crisis se manifiestan en todas las ciencias de la vida tales como la biología, la psicología, la lingüística, la historia, el arte, la economía, la sociología, así como también en la filosofía. Pero también aparecen en la química y la termodinámica, disciplinas cuyos descubrimientos —como ciencias naturales— no debían contradecir el paradigma newtoniano “mecanicista, fisicalista, objetivista”, así como “lineal”. Finalmente, estas diversas anomalías y las crisis resultantes alcanzan a la misma física, dando lugar a un «giro perceptivo de la física a las ciencias de la vida»30.
Concretamente, varios de estos hallazgos producen anomalías que debilitan la aplicación universal del concepto newtoniano de un «tiempo reversible», concepto que está a la base del determinismo y predictibilidad de las leyes de la naturaleza alegados por Newton. Estos hallazgos se encuentran, por ejemplo, en las teorías de la evolución desde Lamarck hasta Darwin, en la investigación biológica y genética, en la termodinámica (con la reformulación del significado de la segunda ley o entropía), en el estudio de fenómenos y fuerzas electromagnéticas, y en las ciencias sociales y la economía. En la década de 1920, la teoría cuántica desbarata la noción newtoniana de un mundo físico compuesto por unidades materiales pequeñas e independientes. El mundo subatómico emerge como una red compleja de interconexiones, cuyos “elementos” son igualmente nuevas interconexiones de subsecuentes subsistemas. La “nueva física” combina en una “teoría cuántica completa” los hallazgos de Einstein sobre la relatividad especial y general. El bioquímico y físico Ilya Prigogine31 llegó a decir, en términos severamente reveladores, que «luego de 1960 (…) se demostró que eran incorrectas» las leyes del movimiento de la mecánica de Newton en su aplicación universal32. Por ejemplo, sus investigaciones y aportes relativos a la segunda ley de la termodinámica —la “ley de entropía”— mostraron que la irreversibilidad del tiempo no es una “ilusión” subjetiva —como Einstein todavía solía pensar— y que la entropía es operativa por todo el universo: no solo produciendo desorden, sino nuevos “órdenes” impredecibles, lo que es más notable en los fenómenos macroscópicos más simples —químicos y atmosféricos. Prigogine añadió luego que, si “por cada mil millones de fotones térmicos en desorden se supone que una partícula elemental es capaz de transmitir estructuras ordenadas”, entonces en el universo físico inorgánico —no solo en el biológico— ocurren “novedades”, hay “nuevas organizaciones espacio-temporales” e “historia”; es decir, el tiempo tiene “un papel creativo”. En esta situación, «las ecuaciones devienen no lineales», pues contemplan más de una solución33.
Entre otros científicos que cuestionan el paradigma moderno, Evelyn F. Keller —historiadora de la ciencia, física, bióloga molecular y matemática de MIT— sugiere desde 1994 la necesidad de revocar la aproximación objetivista de la ciencia porque el paradigma fisicalista newtoniano y su hijuela —la imagen “objetivada” de la subjetividad— es una imagen que a su vez está precisamente constituida por “sujetos”, por lo cual el papel de la subjetividad debe ser replanteado34.
§ 4. Una revolución silenciosa: la “visión sistémica de la vida”
La lenta emergencia del paradigma sistémico ha durado gran parte del siglo XX, coexistiendo por lo menos hasta las décadas del setenta y ochenta con elementos del paradigma mecanicista anterior. Se va dando, por ende, una llamada “revolución silenciosa: de autómatas a organismos”. Según Capra y Luisi, sus inicios se ubican hacia fines del siglo XIX, en los frentes de la psicología de la Gestalt (desde Ehrenfels), la biología, la emergente ciencia ecológica y la física cuántica. Deseo añadir que solo a partir de la segunda mitad del siglo XX se conoce que Husserl llega independientemente a la idea de “momentos figurales” (semejantes a las Gestaltqualitäten de Ehrenfels) en su Filosofía de la aritmética de 1891, idea precursora de su concepto de horizonte, actualidad-inactualidad, etc. Husserl atribuyó la coincidencia y simultaneidad de sus descubrimientos a que ambos —Ehrenfels y él— habrían estado parcialmente influenciados por el libro de Ernst Mach, Contribución al análisis de las sensaciones de 188635. Asimismo, los aportes de la fenomenología genética de Husserl y sus reflexiones sobre los problemas generativos se han conocido hace relativamente muy poco tiempo; sin embargo, ellos también empatan perfectamente con la “revolución silenciosa” que se observa desde inicios del siglo XX.
En biología, las partes empiezan a abordarse desde el todo, en lugar de que el todo se explique desde las partes. Esto último ocurre aún durante gran parte del siglo XX, llamado el “siglo del gen”, pues la biología sigue explicando los genes y enzimas (constituyentes de las células) en secuencia linear causal desde sus partes —sus componentes moleculares36. Incluso Schrödinger sigue explicando el todo desde las partes, en 1944, cuando sugiere que la estabilidad de la vida funciona como un «reloj bien construido»37. No obstante, en las ciencias de la vida paulatinamente se abordan los sistemas como “todos” más amplios que contienen, a su vez, subsistemas: los ecosistemas abarcan sistemas sociales; estos se componen de organismos que contienen órganos; a su turno, los órganos se componen de tejidos, células, moléculas bióticas, pre-bióticas; se sigue profundizando hasta la “sopa molecular”, los mundos atómico y subatómico, etc. —en suma, se procede “del todo a las partes”. Cada nivel sistémico viviente se caracteriza por dos tendencias opuestas: una “integrativa” hacia sistemas más complejos y una “autoasertiva” y “autoorganizativa”, dirigida hacia la preservación de la autonomía individual38. Cada nivel ulterior y más amplio de complejidad organizada se describe con las nociones de propiedades emergentes y de interconectividad de las partes desde el todo. En ecología, se empiezan a entender los sistemas vivos en interacción con su Umwelt (medio ambiente o mundo circundante) —como redes dentro de redes en la trama de la vida39.
Decíamos que la “nueva física” dio sus primeros pasos firmes desde la década del veinte del siglo pasado, fundamentalmente, desde que el equipo internacional liderado por Niels Bohr —y compuesto por Planck, Einstein, Heisenberg, Broglie, Schrödinger, Pauli y Dirac— formula su “teoría cuántica”. Varias décadas después, la “nueva física” se integra a la “visión sistémica de la vida”, consolidándola, cuando sus investigaciones forman parte constitutiva de la comprensión de las moléculas y células de los organismos vivientes40. Resumiendo muy apretadamente algunos de los conceptos novedosos de este paradigma físico emergente, tenemos, en primer lugar, el “principio de incertidumbre”, que expresa en forma matemática los “límites de las capacidades intuitivas” y de la imaginación humana para comprender el mundo subatómico41. Las propiedades “intrínsecas” de las partículas elementales dependen del “contexto experimental” y de la “mente del observador”. En palabras de Werner Heisenberg, «[e]l mundo aparece como un tejido complicado de eventos, donde diferentes tipos de conexiones se alternan o superponen o combinan, y así determinan la textura del todo»42; y añade que “el todo determina la parte”43. Se vislumbra una nueva noción de “causalidad”. No se detecta determinismo lineal alguno a nivel cuántico. El papel del observador (del “sujeto”) no se limita a “medir fenómenos”, sino que también interviene en su producción: «Lo que observamos