ТОП просматриваемых книг сайта:
La racionalidad ampliada: nuevos horizontes de la fenomenología y la hermenéutica. Группа авторов
Читать онлайн.Название La racionalidad ampliada: nuevos horizontes de la fenomenología y la hermenéutica
Год выпуска 0
isbn 9786123175955
Автор произведения Группа авторов
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
4. La idea de la filosofía de Husserl también recusa el imperio universal del paradigma “objetivista” y determinista newtoniano. Se rehúsa a identificar dicho paradigma —y sus herramientas matemáticas lineales— con el concepto de “ciencia rigurosa” y de aplicarlo a su fenomenología trascendental. La matemática conocida como teoría de sistemas complejos o “dinámica no lineal”, inspirada por redes (circuitos y racimos) neuronales y estructuras fluidas muy complejas de sistemas vivientes, se desarrolla luego de la muerte de Husserl —un desarrollo que sin duda le habría interesado, como posible herramienta auxiliar de la descripción de la vida del sujeto.
5. Como corolario de lo anterior, el método fenomenológico se funda en la convicción de que las demandas epistémicas basadas en daciones intuitivas y sujetas a descripciones morfológicas, si bien constituyen la fuente primigenia de toda evidencia apodíctica, no excluyen «la posibilidad que lo que aparece evidente puede volverse dudoso, de que el ser se revele como mera apariencia»126 —pues «frente a las síntesis continuas de la concordancia hay que hacer justicia a las síntesis del conflicto, de la reinterpretación»127. La experiencia se caracteriza por la «falta de límites en [su] marcha progresiva»128, esto es, por su estructura asintótica, pues «el camino del conocimiento fáctico, como el del idealmente posible, atraviesa por errores» y «solo logra mantenerse por medio de ‘correcciones’ (...), revaloraciones, desvaloraciones de lo antes aprehendido»129. Esta concepción coincide con los “límites de las capacidades intuitivas” humanas a las que se refiere Heisenberg en el terreno cuántico y con la caracterización que hace Prigogine del punto de inflexión en el que se encuentra actualmente la historia de la ciencia:
Lo que ahora está emergiendo es una descripción “intermedia” que yace en algún lugar entre dos imágenes alienantes de un mundo determinista y un mundo arbitrario de puro azar. Las leyes físicas conducen a una nueva forma de inteligibilidad tal como se expresa por representaciones probabilísticas irreductibles. Asociadas con la inestabilidad (…) las nuevas leyes de la naturaleza tratan con la posibilidad de los eventos, pero no reducen dichos eventos a consecuencias deductibles, predecibles130.
Husserl considera, así como lo hacen los científicos naturales contemporáneos en su práctica efectiva, que dicha finitud y contingencia intuitiva se compensa relativamente con la construcción simbólica de herramientas formales. Estas, empero, no deben olvidar en ningún momento su origen y «fundamento de sentido en el mundo de la vida»131.
6. El carácter universal de la correlación intencional coincide también con la frase de Heisenberg que volvemos citar aquí: «Lo que observamos no es la naturaleza misma, sino la naturaleza expuesta a nuestro método de cuestionar»132. La fenomenología trascendental aborda la propia vida autoconsciente y racional como un proceso temporal continuo perteneciente a un ser viviente encarnado (embodied), en correlación intencional apriórica (“cognitiva”) —pasiva, enactiva, e intersubjetiva— con el mundo circundante, natural y social. Como todo organismo vivo, desde la primera célula hasta las comunidades sociales y culturales, en círculos concéntricos de creciente magnitud y complejidad, las descripciones fenomenológicas parten también del análisis en el marco de la “reducción fenomenológica” para descubrir en el campo trascendental experiencias intersubjetivas compartidas, desde las cuales se constituyen no solo las ciencias objetivas y las disciplinas de la cultura, sino que se autoconstituyen los egos personales y las «personalidades de orden superior»133. En dicha correlación, la subjetividad encarnada intencional y temporal no solamente se autotransforma —autoorganizándose y constituyéndose (autopoiesis)—, sino que transforma permanentemente su entorno (cognición). En el caso del ser humano, dicha transformación no es solo física ni está limitada al entorno natural de otras especies, sino que se da a través de la configuración significativa, cultural y universal del mundo circundante.
7. La fenomenología trascendental comprende el desarrollo y el enriquecimiento de la experiencia subjetiva personal, intersubjetiva e intergenerativa como un proceso de adquisiciones individuales y colectivas que continuamente se “sedimentan” y conservan en la “pasividad secundaria” del flujo inconsciente de la vida y en las obras de la cultura. Estas adquisiciones —como en el “patrón de causalidad circular” o “retroalimentación” descrito por las teorías sistémicas dinámicas o las matemáticas no-lineales— se transmiten a través de las generaciones, se reactivan y nuevamente transforman en procesos históricos abiertos e impredecibles134, y constituyen “motivaciones irracionales” (inconscientes, inactuales) de tomas de posición racionales (conscientes, actuales).
Otras múltiples relaciones son posibles, que podrán señalarse con el tiempo. No obstante, considero que todavía persisten algunas limitaciones derivadas de la primacía de perspectivas “objetivistas” heredadas del paradigma moderno en la nueva “visión sistémica de la vida”:
a. Uno de ellos es su rechazo al reconocimiento de un cierto carácter teleológico de la naturaleza. Opino que hay modos distintos de entender “lo teleológico” más allá de las versiones que Capra, Luisi, Prigogine y varios científicos cognitivos recusan, que parecen responder a un principio regulativo extranatural (la Zweckmäßigkeit de la naturaleza según Kant, o el principio leibniziano de Dios como el “buen relojero” del “mejor de los mundos posibles”). Mas no toda teleología (finalismo) ha de entenderse como un proceso racionalmente lineal, determinista y guiado por un propósito trascendente al universo —como las versiones que históricamente han prevalecido desde la Modernidad: el finalismo aristotélico-leibniziano o el regulativo kantiano. En la versión dialéctico-especulativa hegeliana, si bien Dios parece inmanente al proceso y la teleología no es meramente regulativa sino constitutiva, su problema es doble: su estatuto es meramente conceptual y especulativo, vale decir, estrictamente racional teorético, y se resuelve y despliega en la mente divina (que la mente humana refleja y reproduce). La estructura teleológica puesta al descubierto por la fenomenología trascendental es inmanente y detectable en la estructura y función misma de la intencionalidad —dirigida, orientada hacia una meta de plenificación—. En ese sentido, es más cercana a la causa final aristotélica, indistinguible de la causa formal inmanente a la naturaleza o φύσις. Pero, en el caso de la intencionalidad, se trata de una estructura que abarca procesos cuyos desenlaces no son del todo previsibles. En añadidura, dichos procesos se caracterizan por ser intenciones y tendencias dirigidas hacia su plenificación en horizontes infinitos de aproximaciones. A todo nivel, la experiencia humana (cognitiva, emotiva, desiderativa) no “logra de facto” plenificarse del todo y cerrarse, «viéndose obligada a modificar permanentemente sus verdades»135. Se caracteriza así por una “infinitud ilimitada” y una “imperfección” no solo debida a sus componentes de «pre-menciones y co-menciones no plenificadas»136. También se debe a que consiste en un “mentar más allá de sí mismo (über sich hinaus meinen)” o en un “plus de la mención” (Mehrmeinung)137 que, en tanto proceso contingente dirigido a una meta, puede tener un desenlace distinto al anticipado138. Asimismo, en el universo en general (y no solo en los procesos de la vida) puede detectarse una teleología inmanente en la línea interpretativa de la segunda ley de la termodinámica