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Psicología y liberalismo. Víctor Miguel Pérez Velasco
Читать онлайн.Название Psicología y liberalismo
Год выпуска 0
isbn 9788418360268
Автор произведения Víctor Miguel Pérez Velasco
Жанр Документальная литература
Серия Diálogos
Издательство Bookwire
1. A la presión de lo políticamente correcto, que enfatiza y prioriza lo social y lo colectivo frente a lo individual.
2. A la fuerza de la izquierda política y mediática y sus afines, más próximos a lo público y estatal que a lo singular o lo privado.
3. A la falta de energía de liberales y conservadores en la defensa de los valores individuales que, en buena medida, les son comunes.
Desde nuestra perspectiva, consideramos que la defensa de las libertades individuales, lo singular y su expansión social, el individualismo, es clave para una vida equilibrada, feliz y psicológicamente sana. De aquí nuestro empeño.
EL INDIVIDUALISMO PSICOLÓGICO INTRÍNSECO Y EXTRÍNSECO
Como se ha demostrado en las páginas anteriores, el liberalismo es, sin duda, la filosofía política que mayor énfasis ha puesto, desde sus orígenes, en el individuo y sus libertades, de ahí que deba reconocerse su indiscutible aportación al individualismo. Si este legado se combina con la psicología, puede encontrarse un punto de fusión que mejore nuestra visión del individualismo psicológico, cuya acepción quedó definida en el punto anterior, de cuya fusión se deduce un constructo para este tipo de individualismo. Esta evidente conexión, en muchas ocasiones intuida e incluso esbozada por otros autores, puede abrir una nueva ventana a su visualización del individualismo combinando certeramente los elementos citados. La clave sería localizar un punto de encuentro que permita conectar estos elementos, liberalismo y psicología, desde una perspectiva lógica y empírica. Puesto que la perspectiva liberal ya ha sido desarrollada en lo esencial, es imprescindible traer a colación al filósofo Isaiah Berlin. A mediados del siglo pasado, desarrolló de forma precisa, aunque no exenta de controversia, los términos de libertad positiva (LP) y libertad negativa (LN), que han gozado de gran aceptación entre filósofos, sociólogos y políticos y que ahora pueden enriquecerse con las aportaciones psicológicas. Ambos términos no son antagónicos sino que establecen una relación de complementariedad entre sí.
Para él, libertad negativa (LN) es la «libertad de», libertad respecto de algo, en tanto que la libertad positiva (LP) puede identificarse con la «libertad para», libertad orientada al autodesarrollo personal. Berlin define la LP como la capacidad o facultad de cualquier individuo para ser dueño de su vida, controlar su destino y actuar desde su libre albedrío. Esto le permitirá elegir sus propias acciones, diseñar un futuro que le ayude a alcanzar su autorrealización personal. La LP es la potencia individual para ser algo. Pero, según Bobbio (1994), si nos retrotraemos a principios del siglo XIX, según el francés Benjamin Constant, la LN sería la «libertad de los modernos» y la LP sería «la libertad de los antiguos», porque ya era propia del mundo clásico o de la polis. (https://blog.realinstitutoelcano.org/las-dos-libertades-de-benjamin-constant/)
La LN (o derecho negativo) es aquella situación social que se define por la ausencia de coacción externa hacia el individuo cuando este desea realizar una determinada acción. La LN dimana de la esencia del propio individuo (son derechos negativos el derecho a la vida, la libertad y la propiedad). En tanto que es un derecho, obliga a los demás a no quitarla y, al Estado, a protegerla. Las normas jurídicas, al conceder libertades negativas, crean una barrera protectora alrededor del individuo, esfera que el Estado o los individuos no pueden violar. Su «negatividad» deviene de la carencia o ausencia de algo que debiera ser superado, es decir, de todos los límites e impedimentos exteriores que deben ser removidos por la sociedad. Los expertos en el tema de la libertad consideran la LN como el rasgo más importante y valioso de toda sociedad. Identifican la libertad humana con la LN.
La LP se centraría en la defensa de la autonomía y el autodesarrollo personal. Representa la capacidad de cualquier individuo de ser dueño de su voluntad, de controlar y determinar sus propias acciones, su destino y, por tanto, cercana a la psicología. Esta libertad se asocia directamente con el concepto de autorrealización y con sinónimos como autodeterminación o autonomía. Su «positividad» procede de la implicación de la voluntad humana como impulso que lleva a la realización de las aspiraciones humanas como meta.
Desde un punto de vista puramente funcional, son deseables sistemas de convivencia social que combinen máximos de libertades positivas, que permitan el autodesarrollo personal, con máximos de libertades negativas que faciliten el desarrollo social y político del individuo. Ambas libertades no solo no son antagónicas sino que son complementarias. Mediante la LP, el sujeto se dota de la autonomía imprescindible para diseñar y desarrollar su propio plan de perfeccionamiento social o personal. Con la LN, el sujeto puede desenvolverse en su entorno social, con la garantía de que sus libertades civiles serán respetadas y no interferirán en normas restrictivas, a veces enmascaradas en derechos impropios. Ambas libertades deben ser sinérgicas y tener como prioridad y punto de referencia los derechos y libertades individuales, sin menoscabo del respeto hacia otros derechos.
Desde una perspectiva psicológica, se pueden encontrar paralelismos entre el ejercicio de ambas libertades y su locus de control, es decir, qué capacidad tiene el sujeto para ejercer un control sobre dichas libertades. En psicología existe el término lugar o locus de control, que Rotter (1966) se dedicó de forma especial a desarrollar. Según este autor, el locus de control se referiría a un rasgo de personalidad que permite al individuo percibir dónde se localizan las causas o los agentes que explican su vida cotidiana. Estos lugares donde se originan los acontecimientos que rigen su vida pueden ser dos, internos o externos.
• Locus de control interno: se refiere a la percepción que tiene el individuo de que los acontecimientos que rigen su vida son causados por su propia conducta. La persona en este caso tiene la sensación de que ella controla su vida. Como consecuencia, tiene una visión positiva del esfuerzo, de sus habilidades, de sus motivaciones, y desarrolla una conducta responsable. La persona es dueña de su destino y controla sus motivadores.
• Locus de control externo: el individuo asume que los acontecimientos que rodean su vida son fruto del azar, la suerte o las acciones de otros que se escapan de su control. La persona en este caso no tiene la sensación de controlar su vida. Rechaza ser la clave de su propio destino y atribuye sus méritos o deméritos a agentes externos. La persona es dependiente de los estímulos y motivadores externos.
Todo parece indicar que la LN se correspondería con un locus de control externo, es decir, ajeno al sujeto, ya que el Estado o la sociedad se encarga de controlar el ejercicio de estas libertades. En este conjunto de libertades, el individuo es prisionero de la tolerancia o intolerancia social, dicho de otro modo, los estímulos y motivadores que activan al sujeto son extrínsecos a él, y él es objeto, no sujeto, de su propia motivación. En sentido contrario, la LP se ejercería desde el locus de control interno, es decir, desde el control del propio sujeto que actúa como fuente de motivación y refuerzo autónomo e independiente. Predominan en este supuesto los motivadores, premios o castigos internos autoaplicados por el sujeto, al margen de la aceptación o rechazo social. En este segundo supuesto, el individuo es el sujeto de su propia motivación. Aquí predominan los refuerzos y motivaciones, internas o intrínsecas, que, traducidos al lenguaje de Edward L. Deci (1975 y 1985) se corresponderían con la motivación intrínseca, si bien en su conducta intrínsecamente motivada pueden intervenir valores, ideas, creencias e intereses de origen externo.
Es interesante remarcar que este posible paralelismo es tentativo, ya que en tiempo real cada individuo y su subjetividad, en lucha por sus metas y objetivos, tendrá la opción de atribuir indistintamente a ambas libertades tanto refuerzos extrínsecos como motivadores intrínsecos, sin que pueda prejuzgarse un determinismo causal forzoso entre tipo de libertad y tipo de motivación. No obstante, la relación planteada entre libertades y motivaciones tiene una importante coherencia interna, y posiblemente se cumpla de forma dominante para una mayoría