Скачать книгу

del Dr. Zylberberg

      1. Limitarás el poder del gobierno a lo estrictamente necesario para mantener una fuerza al servicio de la justicia, el orden y la garantía de los derechos individuales.

      2. No gravarás a tu prójimo con impuestos complejos, atentatorios contra la propiedad, ni vejarás sus otros derechos por causa de estos. Fiscalizarás a los funcionarios públicos y no te inmiscuirás en la vida privada de los demás.

      3. No permitirás que el gobierno acuñe moneda, imprima billetes ni administre bancos comerciales o de emisión. Si así no procedieres, la inflación será tu castigo.

      4. No usarás la violencia, ni te ampararás en ley alguna para forzar la voluntad de tu prójimo. No ejercerás el comercio con bienes públicos, ni formarás parte de asociaciones compulsivas.

      5. Impedirás por todos los medios a tu alcance que los gobiernos restrinjan la expresión del pensamiento, controlen los precios de las cosas y de los servicios, fijen salarios, otorguen subsidios y establezcan recargos. La escasez, la corrupción y el éxodo serán la consecuencia que padecerás si así no lo hicieres.

      6. Abominarás toda exclusividad otorgada por ley que impida la competencia, la inversión de capitales o el libre acceso al mercado.

      7. No discriminarás a tu prójimo en razón de su nacionalidad, raza o religión. Respetaras sus derechos, capitales, propiedades y beneficios. Si a ello no te avinieres, el atraso, la miseria y el aislamiento crecerán a tu alrededor.

      8. No planificarás el destino de las vidas ajenas. Propiciarás únicamente leyes a largo plazo, ciertas, que no tengan en vista personas o hechos determinados.

      9. No avasallarás a los gobiernos locales, sean estos provincias o municipios, con leyes centralistas que cercenan los poderes no expresamente delegados por aquellos.

      10. Rechazarás toda vinculación con cualquier partido político que propicie atentados a la propiedad y a la libre contratación; la estatización de las empresas privadas; la educación de los hijos en manos del gobierno o la asociación en organismos supranacionales con países marxistas. Si así no lo obrares, tu destino será el cautiverio comunista.»

      5. El Manifiesto Liberal de Oxford. Una magnífica conexión entre individualismo y manifiestos liberales nos conduce directamente a la declaración que redactó la Conferencia Internacional Liberal y Progresista celebrada en el Wadham College de Oxford, el 14 de abril de 1947 y que ha sido revisada en posteriores ocasiones, la última, el 18 de octubre de 2009. En ella se condensan los principios nucleares asumibles por la mayoría de las diferentes tendencias liberales, y resulta especialmente útil a nuestros propósitos por su conexión con el individualismo psicológico. Nos limitaremos a reproducir exclusivamente el capítulo I de dicha declaración por tener la fuerza y claridad más adecuadas para nuestro fin:

       Manifiesto Liberal de Oxford, 2009 (capítulo I)

      «Nosotros, los liberales reunidos en Oxford, en tiempos de oportunidades sin precedentes, pero amenazados por un revivir del nacionalismo, del fanatismo religioso y de las amenazas ambientales; convencidos de que esta condición del mundo se debe en gran parte al abandono de los principios liberales. Afirmamos nuestra posición en la presente Declaración:

      1. El hombre es en primer lugar y ante todo un ser dotado con el poder del pensamiento independiente y la acción y con la capacidad de distinguir el bien de lo incorrecto.

      2. El interés por cada persona individual y el deber hacia nuestros semejantes son la verdadera piedra angular de la sociedad.

      3. El Estado es solo el instrumento de la comunidad, no debe asumir ningún poder que entre en conflicto con los derechos fundamentales de los ciudadanos y con las condiciones esenciales para un mundo responsable y la vida creativa, a saber:

      • Libertad personal, garantizada por un poder judicial independiente.

      • Libertad de culto y libertad de conciencia.

      • Libertad de expresión y libertad de prensa.

      • Libertad de asociarse o no asociarse.

      • Libre elección de la ocupación.

      • Oportunidad de una educación completa y variada de acuerdo con la capacidad y la independencia de su origen o de medios.

      • Derecho a la propiedad privada y derecho a desarrollar una empresa individual.

      • Libre elección del consumidor y la oportunidad de aprovechar plenamente las ventajas de la productividad del suelo y la industria por el hombre.

      • Seguridad ante los riesgos de enfermedad, desempleo, discapacidad y vejez.

      • Igualdad de derechos entre hombres y mujeres.

      4. Estos derechos y condiciones solo pueden ser aseguradas por la verdadera democracia. La verdadera democracia es inseparable de la libertad política y se basa en la conciencia, consentimiento libre y consciente de la mayoría, expresada a través de una votación libre y secreta, con el debido respeto de las libertades y las opiniones de las minorías».

      Con estas referencias doctrinales perfectamente conectables a las necesidades de las sociedades de nuestro entorno y de nuestros tiempos, se puede colegir la existencia de un cuerpo doctrinal liberal lo suficientemente amplio y diverso como para disponer de la materia prima suficiente para abordar el individualismo psicológico. Esta información diversa y explícita es fruto de las aportaciones de filósofos, sociólogos y economistas, que resulta de extraordinaria utilidad para abordar qué es el individualismo en nuestros días, desde una perspectiva liberal.

      3. El individualismo psicológico

      EL INDIVIDUALISMO PSICOLÓGICO: HACIA UN NUEVO CONSTRUCTO

      Una de las conclusiones que se extraen del apartado anterior sería que el factor común subyacente e integrador de los distintos liberalismos comentados es el individualismo, siempre presente y prevalente en cualquiera de estas corrientes. Este rasgo es determinante, ya que, aunque existen muchos liberalismos, afortunadamente, de todas las versiones que se han revisado en ninguna de ellas se encuentra una enmienda, cuestionamiento o rechazo de las libertades individuales o a la singularidad del ser humano y su naturaleza. Todo lo contrario. Se puede inferir que, directa o indirectamente, se produce la confirmación del individuo como un referente clave de esta filosofía social y política, incluso en el liberalismo social. Pero el individuo, su identidad relacionada tanto con el sujeto en sí como referida a un grupo o colectivo, así como su singularidad, son rasgos centrales que aborda la psicología social y otras ramas afines. Esta convergencia entre el liberalismo en cualquiera de sus versiones y la psicología en sus diferentes ramas de estudio refuerza dar el siguiente paso, afrontar la conexión entre individualismo tal como se enuncia en la filosofía política al individualismo psicológico. Este es el núcleo central de esta reflexión.

      Si tomamos la definición del término individualismo del diccionario de la RAE, no es ajeno a esta conexión, aunque aparentemente exagere su carácter confrontador con la sociedad y el Estado, que debería debería reivindicarse sin tibieza: «Tendencia filosófica que defiende la autonomía y supremacía de los derechos del individuo frente a los de la sociedad y el Estado».

      Una de las más sencillas y contundentes definiciones de individualismo en esta perspectiva liberal la podemos encontrar en Ayn Rand (2006:185), cuando nos recuerda que «el individualismo considera al hombre, a todos los hombres, como una entidad independiente, soberana, que posee un derecho inalienable a su propia vida, derecho que dimana de su naturaleza como ser racional». También incide en que «una sociedad civilizada, o cualquier forma de asociación, cooperación o coexistencia pacífica entre los hombres, puede lograrse únicamente sobre la base del reconocimiento de los derechos de cada individuo, y en cada grupo, como tal». Afirma la preeminencia de los valores de los individuos frente a los valores de grupos o colectivos, cuyos derechos son en función de ser miembros individuales y no pueden desplazar los derechos de otros individuos. Defender el individualismo es un acto

Скачать книгу