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Así veo yo el tenis. Arturo Núñez del Prado D.
Читать онлайн.Название Así veo yo el tenis
Год выпуска 0
isbn 9789569946813
Автор произведения Arturo Núñez del Prado D.
Жанр Сделай Сам
Издательство Bookwire
Hoy, creo que se tiene una sola pasión verdadera en la vida y hay que seguirla, casi como un deber. Si no, se vive a medias. Si se la deja de lado, se puede vivir de forma sensata y segura, pero medio muerto en vida.
Soy un convencido que si alguien siente auténtica pasión por el tenis, encontrará su lugar en ese medio. Si no es como jugador, será como profesor, árbitro u organizando torneos, por ejemplo. Posibilidades hay muchas.
No importa si no se trata de un superdotado. Muchos cantantes, futbolistas y hasta tenistas destacados no son tan extraordinarios, pero es la pasión con la que hacen las cosas la que marca la diferencia.
Si un jugador no se lanza a la aventura de dedicarse al tenis y vivir su sueño, nunca sabrá qué habría ocurrido. Todo puede salir muy mal, ¡pero también existe la probabilidad que todo salga muy bien! Solo que nuestro cerebro no está entrenado para pensar así. Siempre estamos preparados para lo peor, no para lo mejor.
Lo mismo ocurre con los proyectos. He visto morir muchos antes de concretarse, solo al ponerles números. Ideas como una tienda de artículos deportivos, o una escuela de tenis, han sido aniquiladas sin piedad por la calculadora. Las cifras son muy importantes, estoy consciente de eso, pero no lo son todo. Hay muchos elementos que se les escapan a las sumas y las restas.
Muchas posibilidades surgen durante el hacer, por lo tanto, si no se pone manos a la obra, y se concreta la idea, nunca aparecerán. Y el proyecto quedará en eso, solo en un papel, fusilado por los fríos números.
Genuina pasión es lo que veo en personas como Carlos Pardo, que se embarcó en la aventura que significó traer a Javier Frana al país. Lo logró, con mucho éxito.
Pasión a raudales es lo que veo en los hermanos Miranda, que cada fin de semana organizan importantes torneos para niños y adultos en diferentes clubes, convocando gran cantidad de jugadores. Le ponen tantas ganas a lo que hacen, que su actitud conmueve y contagia.
Pasión también es la que les sobra a Edgardo Chávez y Patricio Escalona, dándole vida a Gala del Tenis Chileno cada año. Pareciera que las dificultades que encuentran, se convierten en el alimento de su irrenunciable entusiasmo por sacar la tarea adelante.
Seguramente, muchos les dijeron a Pardo, Chávez, Escalona y a los Miranda, que no se podía. Que era muy difícil, que sus planes eran demasiado ambiciosos.
Apuesto que fue así.
Pero seguir una pasión es, casi siempre, sinónimo de éxito.
Y si no se obtiene el tipo de éxito que se imaginó, no hay que olvidar que el éxito también consiste en seguir el camino que se eligió. Y ese camino, por lo general, conduce a la felicidad.
Para muchos, seguir una pasión es cosa de locos o inmaduros.
Puede ser. No lo sé. Creo que no, aunque no intento convencer a nadie.
De lo que sí estoy seguro es que se puede cambiar de país, de casa, de auto, de cara, pero no se puede cambiar de pasión.
La escucha: elemento clave en la comunicación entrenador - jugador
(31-12-18)
Un profesor de tenis debe transmitir sus conocimientos con claridad; emplear un volumen y tono de voz adecuados; hacer uso de un vocabulario acorde a su público (niños o adultos), y motivar a sus alumnos con las palabras justas, entre otros aspectos vinculados a la comunicación.
Esta materia resulta tan relevante en todos los ámbitos profesionales, que desde hace tiempo se dictan cursos de expresión oral, herramientas para dirigirse al público con seguridad y manejo de la voz.
Sin embargo, casi no existen cursos, ni talleres, para aprender a escuchar.
Si solo se cuenta con conocimientos para emitir información, pero no para recibirla, es lo mismo que si solo se domina el servicio, pero no la devolución. ¿Se puede jugar un partido de tenis así? ¡Imposible!
Por lo tanto, para un profesor de tenis es fundamental saber escuchar, ya que podrá extraer valiosas conclusiones acerca de, por ejemplo, qué espera el alumno de él; qué tipo de trato le agrada; cómo le gustan los entrenamientos; qué siente bajo presión o cuando pierde, y qué desea mejorar.
Ahora bien, ¿en qué consiste escuchar?
“Es la capacidad de captar, atender e interpretar la totalidad del mensaje del interlocutor, a través de lo verbal, el tono de voz y el lenguaje corporal. Es deducir, comprender y dar sentido a lo que se oye”.
Aunque resulte obvio, para escuchar bien lo primero es no hablar. Una escucha efectiva parte por mantenerse atento a lo que el otro dice, sin interrumpirlo. Pero eso no es sinónimo de pasividad, ya que “la escucha es la capacidad de prestar atención plena a lo que se está oyendo. Por lo tanto, es acción”.
No solo se debe estar concentrado en lo que se dice, sino también en cómo se lo dice. Los silencios, las palabras escogidas y la velocidad a la que se pronuncian, son elementos clave para descifrar con exactitud el mensaje recibido. Primero se debe oír, para luego interpretar la información.
Pero hay más: observar con atención también constituye un tipo de escucha, ya que el cuerpo del interlocutor habla. La posición corporal adoptada durante su relato, revela mucho acerca de cómo se siente. El uso de brazos y manos, junto a la expresión facial, entregan importantes datos sobre el tema.
Y es que, aunque suene paradójico, si lo que se dice es relevante, lo que no se dice también lo es.
Me refiero a que, en ocasiones, el mensaje enviado no es concordante con la actitud corporal del interlocutor, lo que obliga a leer entre líneas.
“Tenemos dos orejas y una boca, para escuchar el doble de lo que hablamos”, reza un viejo adagio.
El ego propicia, en general, que nos guste más escucharnos que escuchar, ser más protagonistas que actores secundarios y que, muchas veces, las sabias palabras del dicho se nos olviden.
Su majestad, el doble
(16-01-19)
La semana pasada asistí a un torneo exclusivamente de dobles.
Es tan poco usual hoy una competencia bajo esta modalidad, que se me había olvidado lo lindo que resulta un doble bien jugado.
Y es que el doble no consiste, como algunos creen, en que cada integrante de la pareja juegue un single en la mitad de la cancha que le corresponde.
¡No, señor! La pareja debe moverse en forma coordinada para cubrir bien la cancha, atacar y defender. Y eso requiere de múltiples recursos técnicos, tácticos y físicos, además de tiempo para que ambos jugadores se conozcan y afiaten.
Si no es por excepciones como la del torneo que menciono, se puede afirmar que el doble ha sido relegado al olvido, en la mayoría de los campeonatos locales.
Esto es lamentable, porque esta modalidad es clave en el desarrollo del jugador, ya que al practicarlo su técnica se enriquece. Entre muchos aspectos, ayuda a dominar la volea, algo muy necesario cuando todavía existen demasiados tenistas que se acercan únicamente a la red para darle la mano al rival, una vez finalizado el partido.
El doble dota al jugador de una amplia gama de recursos, como saber bajar la pelota y tirar buenos globos cuando el rival entra a la malla, porque voleadores sólidos se dan un verdadero festín ante oponentes que solo pegan “palos”. Más vale el control sin potencia que la potencia sin control, aunque muchos juveniles que veo por ahí todavía no lo entienden.
Pero el doble aporta también beneficios menos evidentes. Para mí, su importancia sobrepasa con largueza los límites de la cancha, ya que nos recuerda