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los que pusieron el grito al cielo cuándo decidiste dejarlo todo y radicarte en España, para entrenar en la Academia de Rafael Nadal. Son también los que fruncieron el ceño ante tus reiterados cambios de entrenador, cuando parecía que no encontrabas el rumbo.

      Son casi los mismos que afirmaban que a tu carácter le faltaba aplomo, para jugar los puntos decisivos, o para las series de Copa Davis.

      Decían que tu cuarto de hora ya había pasado, y que todo lo que prometías se había quedado solo en eso, en una promesa, en nada más que palabras.

      ¡No les creíste, e hiciste muy bien!

      Seguiste en lo tuyo, en silencio, confiando en tus medios, de acuerdo a tus tiempos, enfocado en tu objetivo.

      Fuiste fiel a ti mismo y eso vale mucho. Hoy, más que nunca.

      Tomaste el que te pareció el mejor camino para ti, y el tiempo te dio la razón.

      Sigue así. Esa es la clave.

      Escuchándote a ti mismo nunca te perderás, porque ahí está la verdad.

      ¿Qué te puedo decir yo, Christian?

      Siempre he pensado, que la preparación de tu revés es demasiado corta.

      Pero tampoco me creas a mí. Por favor, no me creas.

      El efecto Frana

      (19-11-18)

      No queda nada para que Javier Frana, actual comentarista de ESPN y ex jugador profesional, aterrice en Santiago para dictar un esperado curso de capacitación.

      Su sapiencia se traduce en acertados comentarios. El argentino no se remite a hablar sobre lo evidente. Por el contrario, muchas veces hace visible lo invisible para la mayoría, con pedagogía y un vocabulario simple, que lo hace comprensible para el público general.

      Los beneficios de la visita de Frana serán bastantes, unos obvios y otros, no tanto.

      De partida, esta capacitación contribuirá a elevar los conocimientos de los entrenadores chilenos. Ninguno de los asistentes a ambas jornadas, debiera salir igual que como llegó. Muy por el contrario, lo más probable es que se lleve valiosas herramientas para potenciar su labor.

      Pero también hay externalidades positivas.

      Este evento debiera convocar mucha gente. De ser así, serán más y con mayor frecuencia los especialistas connotados que vengan al país, como ya lo hicieron hace algún tiempo Paul Dorochenko e Iván Molina, por citar algunos.

      Me gustaría que esta iniciativa fuera exitosa, porque permitiría algo que rara vez se da en nuestro tenis: el encuentro de un gran número de entrenadores.

      Una instancia como esta puede propiciar mayor diálogo, debate, colaboración, e intercambio de experiencias y conocimientos entre los profesores.

      Están los que se certifican a través de la PTR, y quienes siguen los cursos ITF; los que trabajan con niños y los dedicados al alto rendimiento, como también los que solo imparten clases particulares.

      Muchos se capacitan continuamente. Otros, lo hicieron hace mucho y hoy se valen de su experiencia. Algunos trabajan como independientes, y otros son empleados de alguna institución.

      No son pocos los que llegaron a la docencia porque fueron jugadores, y otros por sus estudios de Educación Física.

      Unos trabajan en Santiago y el resto, en regiones. Algunos disponen de todos los recursos para desempeñarse, mientras que otros cuentan solo con lo justo.

      Están los que llevan años en esto, junto con los que recién comienzan.

      Como se aprecia, el universo de los profesores de tenis, en Chile, es muy variado.

      Nadie es más que nadie, todos son importantes y constituyen un real aporte desde donde les toca estar. Cada entrenador tiene su método, y una valiosa experiencia que transmitir.

      Siempre me ha llamado la atención un detalle: pocos profesores, demasiado pocos, se dan el tiempo para mirar, alguna vez, un rato, la clase de un colega.

      Nunca he encontrado una explicación para eso, pero estoy seguro que se pierde una muy buena oportunidad de aprendizaje.

      La capacitación de Javier Frana ofrece justamente eso: la posibilidad de adquirir nuevos conocimientos y convertirse en un mejor profesional.

      De esta instancia espero mucho, pero también de nosotros mismos, los profesores que, junto al ex tenista argentino, le daremos vida a este gran encuentro.

      ¿Ahora sí, Malla?

      (03-12-18)

      Si algo he aprendido tras años de tenis, es que no hay zurdo malo.

      Y, obviamente, Bastián Malla no escapa en ningún caso, a esa regla casi infalible.

      Pero no basta con eso. No alcanza solo con jugar bien, para convertirse en una figura de renombre.

      La historia está llena de promisorios juveniles, que se quedaron solo en eso: proyectos. Incluso, muchos que han sido número uno del mundo en categoría junior. Es cosa de revisar las frías estadísticas.

      El antofagastino prometía, y mucho, pero se fue quedando. Tuvo chispazos que encendieron la ilusión, pero -por diversas razones- su ascenso en el ranking ATP no fue consistente.

      Lo bueno es que hace poco, nuevos aires refrescaron su carrera, convirtiéndolo en animador de los torneos Futuros disputados en el país.

      Resulta curioso que el renacer del chileno, se produzca justo cuando tiene excusas a mano para justificar un bajo rendimiento: según confesión propia, se encuentra inmerso en serias dificultades económicas para financiarse.

      Atrás quedaron los tiempos en que se paseaba en un descapotable, y disponía de todo lo necesario para el desarrollo de un deportista de elite.

      Hoy, que el dinero escasea, juega mejor que nunca; lucha como ninguno; disfruta el tenis al máximo, y sus declaraciones reflejan una mayor madurez.

      ¿Cómo se explica algo así?

      Para entenderlo, se debe aplicar un viejo axioma: menos es más.

      Eso quiere decir, en este caso, que muchas veces con menos ayuda, o medios, se obtienen mejores resultados.

      Y eso ocurre porque la persona se ve obligada, ante la adversidad, a utilizar todos sus recursos internos y, además, a descubrir y emplear otros que ignoraba que poseía.

      No es seguro que el zurdo disponga, el próximo año, de óptimas condiciones económicas para el desarrollo de su carrera.

      Por suerte, él mismo se ha encargado de demostrar que existen otros aspectos mucho más relevantes, a la hora de tener algún grado de éxito en el tenis, y todos empiezan con la letra C: confianza, calma, concentración y combatividad.

      El autor de un libro que leí hace mucho, sostenía que esos atributos conformaban los cuatro cuartos de un campeón. Cualidades que se pueden englobar en un solo concepto: actitud.

      Y una correcta actitud es la que ha exhibido el jugador nacional, el último tiempo.

      ¿Ahora sí, Malla, logrará hacer realidad todo lo que todavía promete?

      Solo depende de él. Tenis, le sobra.

      La pasión por el tenis

      (17-12-18)

      “El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de Dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín. No puede cambiar de pasión”.

      Esta frase, de la película “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella, me partió como un rayo, tiempo atrás.

      La frase apunta a una de esas pocas verdades irrebatibles que existen,

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