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Consagración personal a San José. Santiago Arellano Librada
Читать онлайн.Название Consagración personal a San José
Год выпуска 0
isbn 9788418467431
Автор произведения Santiago Arellano Librada
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Lo despreció porque era joven y guapo. Se ve que para la guerra era importante ser feo, así asustabas al enemigo, pues no, David era hermoso. También sabemos que tenía fuerza física, ya que llegó a medirla con un león en el desierto. Esta nobleza, esta fortaleza y esta belleza seguramente las heredaría San José. Se dice: de tal palo tal astilla. El que estaba destinado a ser esposo virginal de la que el Cantar de los cantares, llama la más hermosa de las mujeres (cant 1,8). El que custodiaría como padre virginal al «más hermoso de los hijos de los hombres», tenía que mostrar ese aspecto noble que además traslucía la bondad y la verdad de su corazón.
El padre Tomás Morales, fundador de los Cruzados de Santa María, afirma:
Aquí está san José: anchas espaldas para el trabajo, no pierde ni un segundo, está siempre adorando, está siempre trabajando, está siempre solícito, cuidando de la Virgen y, sobre todo, del Jesús niño. No tiene un instante libre, no piensa más que en amar, adorar y en trabajar para ellos. Aquí está san José. Es el ministro de relaciones exteriores de la Sagrada Familia. Él es el que se tiene que preocupar de todo en Nazaret, en los cuatro o cinco días de camino hacia Belén, en la gruta de Belén, en Egipto después, en Nazaret y siempre relacionándose con todos16.
El Padre Ángel Peña en su libro San José el más santo de los santos, recoge que, desde los primeros siglos, varios Santos Padres tuvieron que hablar de un San José joven, y no anciano y viudo.
San Jerónimo defiende su virginidad en su escrito contra Helvidio, dice él:
Yo reivindico para mí [no solo que María fue Virgen] sino aún más, a saber, que también el mismo José fue virgen por María, para que del consorcio virginal naciese el Hijo virgen. En el santo varón no hubo fornicación y no se ha escrito que haya tenido otra mujer. De María fue custodio […]; de donde se sigue haber permanecido virgen con María, quien mereció ser llamado padre del Señor.17
San Pedro Damián (1007-1072) escribió:
No parece que fuese suficiente que sólo la Madre fuese virgen; […] que también aquel que hizo las veces de padre ha sido virgen. Nuestro Redentor ama tanto la integridad del pudor florido, que no sólo nació de seno virginal, sino también quiso ser tocado por un padre virgen18.
Santo Tomás de Aquino dice: «Se debe creer que José permaneció virgen, porque no está escrito que haya tenido otra mujer y la infidelidad no la podemos atribuir a tan santo personaje»19.
Muchos santos de peso, como San Francisco de Sales, creen que José había hecho voto de virginidad antes de casarse con María. Lo que no se puede dudar es que, a partir de su matrimonio con María, cumplió santamente la voluntad de Dios de ser el custodio virgen, de la Virgen María. San José es maestro de castidad.
Cuentan los monjes de la Abadía de San José de Clairval:
Una joven había hecho el voto de castidad. Habiendo tenido la desgracia de ser infiel a este compromiso, no tuvo la valentía de confesarse de su pecado. Desde entonces, con la profanación de los sacramentos, comenzó para ella una vida de remordimientos y tormentos. Se le ocurrió acudir a San José; durante nueve días, recitó devotamente el himno y la oración del Santo. Terminada la novena, la falsa vergüenza desapareció, y arrepentida pidió a su sacerdote el Padre Barry rogándole que publicara este favor de San José, ya que lejos de costarle, la confesión fue para ella una verdadera felicidad. Concluye esta chica diciendo: «Convencida por esta experiencia del poder y de la bondad de San José, llevo siempre su imagen sobre mi pecho con la resolución de no separarme de ella ni de día ni de noche. A partir de ese momento, he podido vencer las tentaciones impuras, y he recibido tantas gracias que no sé cómo agradecerlas»20.
Meditemos hoy en esta nobleza de este hijo de David y en la belleza de la pureza de San José. Pidamos en un momento de oración y con el rezo del Santo Rosario, que se nos conceda la virtud de la castidad además de la gracia especial que pedimos durante este mes de San José.
San José esposo de la Virgen María, padre y custodio de la Sagrada Familia, celestial patriarca del pueblo de Dios, ruega por nosotros.
Que Dios te bendiga querido lector y hasta mañana si Dios quiere.
16. Tomás Morales, Homilía, (2 de enero de 1985).
17. San Jerónimo, Adversus Helvidium 19: PL 23, 213.
18. San Pedro Damián, Epístola 6 ad Nicolaum II: PL 145, 384.
19. Santo Tomás de Aquino, S. Th. III, q. 28, a. 3.
20. Abadía San José de Clairval, Id a José, (Francia: Traditions Monastiques, 2004), 91.
Día 5
San José carpintero y la importancia del trabajo
Muy querido lector:
Dentro de 26 días nos consagraremos a San José. Qué alegría saber que al unirnos a él, nos unimos de un modo especial también a la Santísima Virgen María, su esposa y junto con ellos podemos ser más perfectamente consagrados a Jesucristo.
Vamos a meditar hoy el Evangelio según San Mateo, en su capítulo 13, versículos 54 y siguientes:
En aquel tiempo viniendo Jesús a su patria, les enseñaba en su sinagoga, de tal manera que decían maravillados: «¿De dónde le viene a éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María…?» […] Y se escandalizaban a causa de Él. Mas Jesús les dijo: «Un profeta sólo en su patria y en su casa carece de prestigio». Y no hizo allí muchos milagros, a causa de su falta de fe. (Mt 13, 54-58).
A Jesús no le debió gustar nada que despreciasen a su padre, por ser un humilde carpintero. No hizo milagros por su falta de fe. Cuanto le gusta a Dios servirse de la sencillez y cuanta grandeza pone y ve Dios detrás de esta aparente pequeñez.
El Papa Francisco el 1 de mayo de 2013, decía:
En el evangelio de san Mateo, en uno de los momentos que Jesús regresa a su pueblo, a Nazaret, y habla en la sinagoga, se pone de relieve el estupor de sus conciudadanos por su sabiduría, y la pregunta que se plantean: «¿No es el hijo del carpintero?» (13, 55). Jesús entra en nuestra historia, viene en medio de nosotros, naciendo de María por obra de Dios, pero con la presencia de san José, el padre legal que lo protege y le enseña también su trabajo. Jesús nace y vive en una familia, en la Sagrada Familia, aprendiendo de san José el oficio de carpintero, en el taller de Nazaret, compartiendo con él el trabajo, la fatiga, la satisfacción y también las dificultades de cada día21.
Dice el Padre Henri Caffarel:
¿Qué significa carpintero? No es un campesino ni un comerciante, sino el hombre de quien echa mano todo el mundo: el carpintero y carretero al mismo tiempo fabrica yugos, forja y trabaja construyendo y manteniendo viviendas. Atiende igual al labrador que quiere que se ocupe al instante del yugo roto o del arado torcido que a la mujer que va a comprarle un baúl o un cajón, al panadero que quiere una artesa nueva o al albañil que necesita jambas y dinteles para sus puertas. Fijémonos en lo que todos estos trabajos en madera y en hierro han supuesto para José: gracias a su oficio, conoce el valor de las cosas y del timpo, el precio del esfuerzo del hombre, la resistencia de los materiales, la dignidad del trabajo bien hecho y adquiere por todo ello una dignidad y una sabiduría