Скачать книгу

palabrotas al árbitro.

      —Es que Luka tiene un carácter…. —suspiraba su entrenador en el equipo cadete.

      En aquellos primeros meses, Luka hizo muchas más cosas. Fue al cine, probó por primera vez el jamón, descubrió algunos grupos musicales nuevos, aprendió verbos y adjetivos. Aprendió el pretérito imperfecto. Aprendió otras cosas imperfectas. Y habló muchas veces por teléfono con sus padres.

      Aprendió también a responsabilizarse de las emociones de los demás: cada vez que hablaba con Mirjam por teléfono ponía en práctica ese aprendizaje.

      —¿Cómo estás, cariño? —le preguntaba ella todos los días.

      Y él, que no quería engañar a su madre pero tampoco quería preocuparla, sonreía con la voz y le decía que estaba aprendiendo mucho. Y era verdad, pero no era toda la verdad. Luka no le habló de las noches en vela recordándola a ella y a Saša, y de las lágrimas que había derramado, porque eso le haría daño a su madre, y también a él. De modo que prefería hablarle de las palabras que iba aprendiendo, de los lugares que iba conociendo, de los amigos que iba haciendo. Y de baloncesto. Aunque a Mirjam eso le interesaba un poco menos que las rutinas y la salud de su hijo, ella lo escuchaba hablar con deleite del juego. De los partidos ganados y de los perdidos, de los entrenamientos y de los progresos en su técnica.

      Cada vez que Mirjam o Saša viajaban a Madrid para ver a su hijo, sus profesores les felicitaban por los enormes progresos en su adaptación. A los pocos meses, el idioma había dejado de ser un problema, y sus nuevos compañeros ya habían caído en el embrujo del juego de aquel chico tímido que hablaba poco pero sonreía mucho. La Ciudad Real Madrid estaba llena de jóvenes talentos, de piedras preciosas que se pulían con esmero y cuidado, pero de entre todas esas joyas, Luka era sin duda la que más brillaba.

      Un día, Alberto se acercó a ver un entrenamiento de Luka y habló con José Luis, el entrenador encargado de su formación. Durante esta conversación, Alberto hizo una pregunta que, en aquel momento, todavía era imposible responder:

      —¿Será capaz de hacer historia en uno de los equipos con más historia del mundo?

      —Apuesto a que sí —respondió José Luis.

      —Ya veremos —dijo Alberto.

      En su primera temporada completa con el Real Madrid, Luka ganó todos los torneos que disputó y fue nombrado el mejor jugador en todos ellos, así que lo subieron de categoría. Tal y como había ocurrido con Brezovec unos años atrás, se decidió que solo Luka se pusiera sus límites, si es que alguna vez los encontraba.

      Pero Luka no parecía tener límites. Con trece años superaba con facilidad a chavales de quince, con catorce masacraba a chicos de diecisiete o dieciocho. Luka devoraba todos los récords de precocidad como un lobo hambriento en un gallinero.

      Y, mientras tanto, seguía aprendiendo: aprendió el subjuntivo, que sirve para explicar deseos, y aprendió a hablar de sus deseos en español. Aprendió a cocinar algunos platos. Leyó libros y vio películas y series de televisión. Luka era el chico más normal del mundo. Solo que tenía un talento para el baloncesto fuera de este mundo.

      Y así, llegó finalmente la llamada del primer equipo. Muchos de sus compañeros en la residencia nunca recibieron esa llamada. Luka la recibió con solo dieciséis años y dos meses. De nuevo dieciséis.

      Se había convertido en el jugador más joven en debutar con el primer equipo.

      La respuesta a la pregunta de Alberto había llegado mucho antes de lo esperado. Luka había hecho historia.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4AAQSkZJRgABAQABLAEsAAD/4QD4RXhpZgAATU0AKgAAAAgABwESAAMAAAABAAEAAAEaAAUA AAABAAAAYgEbAAUAAAABAAAAagEoAAMAAAABAAIAAAExAAIAAAAgAAAAcgEyAAIAAAAUAAAAkodp AAQAAAABAAAApgAAAAAAAAEsAAAAAQAAASwAAAABQWRvYmUgUGhvdG9zaG9wIENTNiAoTWFjaW50 b3NoKQAyMDIwOjEwOjIzIDEzOjIzOjA5AAAEkAQAAgAAABQAAADcoAEAAwAAAAEAAQAAoAIABAAA AAEAAAg3oAMABAAAAAEAAAu4AAAAADIwMjA6MTA6MjIgMTI6MTM6MDcA/+ERJmh0dHA6Ly9ucy5h ZG9iZS5jb20veGFwLzEuMC8APD94cGFja2V0IGJlZ2luPSLvu78iIGlkPSJXNU0wTXBDZWhpSHpy ZVN6TlRjemtjOWQiPz4gPHg6eG1wbWV0YSB4bWxuczp4PSJhZG9iZTpuczptZXRhLyIgeDp4bXB0 az0iWE1QIENvcmUgNS40LjAiPiA8cmRmOlJERiB4bWxuczpyZGY9Imh0dHA6Ly93d3cudzMub3Jn LzE5OTkvMDIvMjItcmRmLXN5bnRheC1ucyMiPiA8cmRmOkRlc2NyaXB0aW9uIHJkZjphYm91dD0i IiB4bWxuczp4bXA9Imh0dHA6Ly9ucy5hZG9iZS5jb20veGFwLzEuMC8iIHhtbG5zOnhtcE1NPSJo dHRwOi8vbnMuYWRvYmUuY29tL3hhcC8xLjAvbW0vIiB4bWxuczpzdFJlZj0iaHR0cDovL25zLmFk b2JlLmNvbS94YXAvMS4wL3NUeXBlL1Jlc291cmNlUmVmIyIgeG1sbnM6c3RFdnQ9Imh0dHA6Ly9u cy5hZG9iZS5jb20veGFwLzEuMC9zVHlwZS9SZXNvdXJjZUV2ZW50IyIgeG1sbnM6ZGM9Imh0dHA6 Ly9wdXJsLm9yZy9kYy9lbGVtZW50cy8xLjEvIiB4bWxuczpwaG90b3Nob3A9Imh0dHA6Ly9ucy5h ZG9iZS5jb20vcGhvdG9zaG9wLzEuMC8iIHhtbG5zOnBkZj0iaHR0cDovL25zLmFkb2JlLmNvbS9w ZGYvMS4zLyIgeG1wOk1vZGlmeURhdGU9IjIwMjAtMTAtMjNUMTM6MjM6MDkrMDI6MDAiIHhtcDpD cmVhdGVEYXRlPSIyMDIwLTEwLTIyVDEyOjEzOjA3KzAyOjAwIiB4bXA6TWV0YWRhdGFEYXRlPSIy MDIwLTEwLTIzVDEzOjIzOjA5KzAyOjAwIiB4bXA6Q3JlYXRvclRvb2w9IkFkb2JlIFBob3Rvc2hv cCBDUzYgKE1hY2ludG9zaCkiIHhtcE1NOklu

Скачать книгу