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que las narrativas, iluminadas por los presupuestos semióticos y estructuralistas, han dado lugar a la denominada “revolución metodológica” que consiste en contar con un método propio de análisis (Propp, Greimas, Todorov y Barthes). El último de los volúmenes se orienta al tema de la identidad narrativa, lo que significa dar respuesta a las preguntas, ¿Quién ha hecho esta acción? y ¿Quién es su agente, su actor? Al respecto, Ricreur señala que responder a estos interrogantes es, según Arendt, contar la historia de una vida.

      En tal sentido, algunos de los presupuestos epistemológicos del pensamiento de Ricreur acerca de la narrativa presentes en el discurso pedagógico y educativo son:

       El relato narrativo es una forma de discurso organizado en torno a una trama argumental, secuencial y temporal (Bolívar, 2001: 25; Meza, 2007, p. 48).

       En la medida en que la existencia humana es temporal, sólo se puede articular en un discurso que es de por sí narrativo (Bolívar, 2001, p. 25).

       El tiempo se hace tiempo humano en la medida en que se articula en un modo narrativo, es decir hablar de uno mismo y de su vida significa referirse al tiempo lo que permite imponer una cierta coherencia al conjunto de experiencias (Bolívar, 2001, p. 26).

       Al igual que un texto, la acción humana es una obra abierta en espera de nuevas interpretaciones que decidan su significación (Meza, 2007, p. 59).

      3. ¿A QUÉ SE DENOMINA INVESTIGACIÓN BIOGRÁFICO- .NARRATIVA EN PEDAGOGÍA Y EDUCACIÓN?

      Si bien se reconocen los aportes de la tradición hermenéutica para otorgar sentido y significado a la narrativa en pedagogía y educación, su principal contribución se encuentra en la configuración de lo que se ha denominado, con mayúsculas, INVESTIGACION BIOGRAFICO-NARRATIVA. Esta investigación se asume como un campo de conocimiento y objeto de estudio propio de la investigación cualitativa que comparte con ésta sus formas y métodos de indagación, lo que lleva a situarla como “nuevo” enfoque de investigación con el mismo estatus de la etnografía y la investigación-acción.

      En el campo de la pedagogía y la educación se asume la investigación biográfico-narrativa como perspectiva o enfoque de corte cualitativo con estatuto epistemológico propio —anteriormente analizado— de tal manera que no se debe limitar a ser asumida como herramienta de recolección y sistematización de información. Para evitar caer en este reduccionismo, los investigadores desarrollan, entre otros, los siguientes argumentos:

      Primer argumento: más allá de la recolección de datos

      Se considera que la investigación biográfico-narrativa es un tipo de exploración cuyos fundamentos hermenéuticos permiten centrar el interés en el estudio del significado que los actores les otorgan a sus experiencias. Así, los fenómenos sociales, objeto de indagación, serán entendidos como “textos” cuyo valor y significado están dados por la autointerpretación que de éstas tienen los actores mediante dimensiones temporales.

      En tal sentido, la narrativa es una autocomprensión de los individuos, de tal manera que narrar es la experiencia misma. Esto significa que el lenguaje narrativo no es una descripción o representación de la realidad, sino el modo como los humanos le otorgan sentido a su vida y para ello utilizan la temporalidad, la trama y los personajes a fin de estructurar el sentido de la experiencia y la acción.

      En otras palabras, la narrativa es la configuración y reconfiguración de una experiencia de vida y, por tanto, el investigador no interviene en la construcción de ésta porque lo que se busca con la investigación narrativa es la “isotopía del discurso” o “fusión de horizontes” que no es otra cosa, siguiendo a Ricreur, que el encuentro del mundo del lector, en este caso el investigador, con el mundo del texto, es decir, con la trama narrativa.

      La narrativa, entonces, constituye la clave para la construcción de significado de la experiencia y de los acontecimientos vividos, lo que exige superar la tradición de entenderla como estrategia de recolección y sistematización de la información. En otras palabras, se busca no confundir entre la narrativa misma como instrumento de recolección con la investigación biográfico-narrativa en la que se licita, construye y reconstruye la experiencia de vida narrativa.

      La narrativa como instrumento de recolección, aunque reconoce el valor de la experiencia humana, la sitúa de una manera distinta de la investigación biográfico-narrativa porque su lógica investigativa parte de definir, inicialmente, unas categorías teóricas de análisis con las cuales el investigador orienta la estrategia de recolección. Posteriormente, se determinan categorías, subcategorías e indicadores que emergen de las mismas narrativas. Y a partir de estas categorías se identifican rasgos comunes o generalizables a unas comunidades específicas.

      Una vez establecidos estos rasgos comunes se procede, acompañado nuevamente de la teoría, a realizar una triangulación en la que el investigador otorga sentido a los datos trascendiendo el primer nivel empírico de la narrativa hacia un segundo nivel interpretativo en el que el papel del investigador consiste en reestructurar la trama narrativa otorgándole nuevas significaciones desde sus propios lentes de interpretación.

      A manera de ilustración se plantean cuatro (4) momentos para la recolección, organización y sistematización de la información de las narrativas con su correspondiente interpretación y comprensión{6}:

      Momento 1. Registro de codificación. El problema y los objetivos de investigación orientan la elección y la realización de la estrategia narrativa. Una vez recolectada la información, se procede a trascribirla y asignar los códigos de identificación: número de narrativa, edad, género, rango sociocultural, entre otros.

      Momento 2. Nivel textual de preconcepción de la trama narrativa. En este caso, se cuenta con tres tipos de referencias, a saber: de hechos, temporales y espaciales. El tipo de interpretación es descriptiva porque se analiza “lo que se dice con el lenguaje”. Los hechos o acontecimientos de cada párrafo elegido serán entendidos como preconcepciones de la trama narrativa entendidas como un primer acercamiento al sentido y al significado dado por el sujeto a sus experiencias o acontecimientos vividos y estructurados de forma narrativa. En estas preconcepciones de la trama narrativa encontramos agentes y circunstancias históricas, temporales y espaciales. En otras palabras, estas tramas responden a los interrogantes, entre otros: ¿Qué? ¿Quién? ¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿En dónde?

      Momento 3. Nivel contextual de la trama narrativa. La sistematización, organización e interpretación se centran en la fuerza narrativa del sujeto de la enunciación. La fuerza narrativa otorga significado a las acciones a partir del uso de signos, reglas y normas inmanentes en la cultura. Esta fuerza narrativa hace posible valorar(se), apreciar(se) y juzgar(se). En otras palabras, comprender e interpretar nuestra inserción en redes narrativas. En este nivel encontramos la configuración de la trama narrativa centrada en la fuerza narrativa dada por el sujeto de la enunciación a sus acciones. Esta fuerza narrativa se entiende como el uso comunicativo o expresivo empleado por el sujeto de la enunciación para referirse a lo que con “el lenguaje hace” y a “lo que hace con lo que dice”. En otras palabras, con el lenguaje hacemos y decimos cosas, lo que implica una correspondencia entre lenguaje y mundo; correspondencia que incluye al ‘otro’, el cual hace parte de mi acción social, y de ‘mi mundo subjetivo’, que deviene de mi inserción en las redes narrativas.

      Momento 4. Nivel metatextual: reconfiguración de la trama narrativa. El metatexto consiste en la “nueva lectura” de la trama narrativa resultado a partir de: (a) la interpretación de cada uno de los dos anteriores momentos (preconfiguración y configuración de la narración); (b) el diálogo con otras voces que puedan provenir de otros actores, sujetos y textos de la enunciación, como de horizontes de referencia teórica.

      Segundo argumento: la investigación narrativa; construir y reconstruir la experiencia de vida narrativa

      El grupo de Barcelona, liderado por el investigador Bolívar, señala varias características con el objeto de dar las razones mediante las cuales su enfoque “investigación biográfico-narrativa” constituye una perspectiva o modelo específico de la investigación educativa.

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