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a variados ámbitos de la salud intelectual y espiritual de la persona.

      A la Dra. Marie-France Begué y al Dr. Tomás Domingo Moratalla, quienes desde su profundo conocimiento de la obra de Ricoeur me aportaron valiosas sugerencias, datos y correcciones, alentándome para que este trabajo adquiera precisión y rigurosidad.

      A la Dra. Cahterine Goldstein, secretaria personal de Paul Ricoeur y directora del Fonds Ricoeur durante años, quien accedió a facilitarme artículos, imágenes y los avales necesarios para darle a este trabajo los detalles finales.

      A mis colegas militantes de la bioética social en Córdoba y en particular al Dr. Diego Fonti, quien orientó, corrigió y enriqueció mis intuiciones para que adquieran forma académica y no pierdan el eco de las resistencias populares por una vida sana, digna y libre.

      A mis amigos intelectuales —orgánicos— y militantes (que no nombro para no caer en injustos olvidos), con quienes sometemos cotidianamente nuestra producción teórica y pedagógica al test de la tesis XI (de Marx sobre Feuerbach).

      A mi madre y a mi hermana, quienes me ayudaron a hundir raíces profundas en la vida con fe y esperanza.

      Y a quienes incondicionalmente me esperaron en cada viaje, me alentaron en cada aprendizaje, me toleraron en mis equívocos, y me ayudan siempre a darle sentido trascendente a la tensión vital de una carne que espera resurrección: Marcela, Daniela, Marcos y Sofía.

      “Una filosofía que margina la Naturaleza,

      se encierra en lo incorporal

      y da, por esta razón,

      una imagen fantástica del hombre,

      del espíritu y de la historia”

      (Merleau-Ponty, 1968: 170)

      “una filosofía del No, nunca será sino lo inverso de una filosofía (...) Quien permanezca en la negación, permanece en la adolescencia de la libertad (...) Negativa, la libertad alcanzada por reducción de la idea de naturaleza, es además, irreal”

      (Paul Ricœur, 1962: 129-130)

      Yo en cuanto carne, antes de la constitución del alter ego, es lo que la estrategia de la constitución intersubjetiva de la naturaleza común exige pensar.

      (Paul Ricœur, 1996: 359)

      Abreviaturas de las obras y colecciones de artículos de Paul Ricœur

En francésEn español
CSémantique de l’actionEl discurso de la acción
CILe conflit des interprétations. Essais d’herméneutiqueEl conflicto de las interpretaciones. Ensayos de hermenéutica
CCLa critique et la convictionCrítica y convicción
DALe discours de l’actionEl discurso de la acción
DTADu texte a l’action. Essais d’hermeneutique, IIDel texto a la acción
EPhA l’école de la phénomenologie
FDe l’interprétation. Essai sur FreudFreud: una interpretación de la cultura
FCPhilosophie de la volonté II. Finitude et culpabilitéFinitud y culpabilidad
HVHistoire et véritéHistoria y verdad
JLe juste (1, 2)Lo justo; Lo justo II
LLectures (1, 2, 3)
MHOLa mémoire, l’histoire, l’oubliLa memoria, la historia y el olvido
MJGabriel Marcel et Karl Jaspers. Philisophie du Mystère et Philosophie du Paradoxe
MVLa métaphore viveLa metáfora viva
NLNature et LibertéNaturaleza y Libertad
NRLa nature et la règle: ce qui nous fait penserLa naturaleza y la norma: lo que nos hace pensar
PhLa philosophie
PRParcours de la reconnaissanceCaminos del reconocimiento
RFRéflexion faiteAutobiografía intelectual
SASoi-même comme un autreSí mismo como otro
TRTemps et récit (1, 2, 3)Tiempo y narración
VIPhilosophie de la volonté I. Le volontaire et l’involontaireLo voluntario y lo involuntario

      1- En las citas seguiremos las siglas del título original en francés. Pero el año consignado indicará si nos referimos al original francés o a la traducción al español.

      Es para mí un placer y un honor acompañar la publicación y difusión de este libro. El agradecimiento y reconocimiento mueven estas palabras. No es función de un prólogo —creo— resumir el libro, ni tan siquiera interpretarlo; tampoco es expresar la opinión del primer lector o uno de los primeros lectores. Como tampoco lo es ofrecer unas claves de lectura que sin ellas el lector se pueda encontrar perdido. El texto que tienen entre manos vale por sí mismo y “se defiende” solo. Por mi parte quisiera solamente, ya lo he indicado, acompañar al libro, y decirle al lector que está, según me parece, en buena compañía, y permitiéndome esta complicidad y amistad textual me permito ofrecer alguna pista de lectura, alguna perspectiva, sin otra intención que seguir pensando, porque eso sí, este libro da mucho que pensar, y por tratarse del autor que nos concita —Paul Ricœur—, y el tema —bioética—, mucho que vivir. Pensar y vivir, razón y corazón, el pensamiento y la vida, no dejan de animar aquello a lo que el libro apunta y a lo que el libro conmueve, nos conmueve.

      En primer lugar, me gustaría señalar algo obvio, pero que a veces se olvida decirlo y sobre todo, hacerlo. En este trabajo Juan Carlos Stauber lee a Ricœur, y se lee bien, es decir, se lee en profundidad, con rigor y paciencia, escuchando al texto; más allá de las interpretaciones, o más allá del propio autor, son los textos los protagonistas. Se nos ofrece, diría, una magnífica lectura, una magnífica invitación a seguir leyendo a Ricœur y a nosotros mismos. No son los textos excusas para traer a propósito de ellos un interés venido no se sabe de dónde, sino que son los propios textos los que “dan de sí”. Una prueba de ello es el análisis matemático (estadístico) de las apariciones de algunos conceptos clave; sin duda, se nos dirá, no es lo más importante, pero no es baladí, y es una buena prueba de la actitud del autor. Y ello no es óbice para hacer ver cómo los textos de Ricœur tienen que decirnos muchas cosas sobre las cuestiones más actuales, más nuestras, más del autor, o, viceversa, como las cuestiones actuales despliegan en los textos de Ricœur sentidos inéditos. Nos encontramos una actitud de respeto, también de creatividad y de prudencia. Esta prudencia de la interpretación, que no está reñida con el “riesgo”, se dejan entrever en que Juan Carlos Stauber no se lanza a hacer una lectura de “todo” Ricœur, lo que sería ambicioso y casi imposible, sino que se centra, comedidamente, en dos textos básicos, sobre los que gira su interpretación: Lo voluntario y lo involuntario y Sí mismo como otro. Y desde ellos, desde la filosofía de la voluntad de Ricœur, nos propone articular, de alguna manera, elementos esenciales para una bioética en el pensador francés. Ni más, ni menos. Por otra parte, no dejamos de encontrar referencias a otros textos, leídos por Ricœur o no, que resultan especialmente sugerentes y apropiados como es el caso, a modo de ejemplo, de M. Henry, muy apreciado personalmente por Ricœur, aunque con una filosofía muy distinta. Nos encontramos, pues, con un texto riguroso y acotado, por un lado, y, por otro, abierto a otros textos y a otras aplicaciones.

      En segundo lugar me gustaría destacar de una manera altamente positiva la estructura del libro. Parece sugerirnos el autor, aunque no nos lo diga explícitamente, la cartografía de una bioética en Ricœur. Es cierto, y no he dejado de señalarlo personalmente en mis escritos, que la bioética de Ricœur no puede desentenderse de otros aspectos que no sean los estrictamente referidos a la toma de decisiones (deliberación) como el mismo Ricœur ha desarrollado o yo mismo insistido. Entender la bioética de Ricœur (su ética) pasa por vincularla, por referirla, a una serie de niveles o de sustratos que le dan consistencia, envergadura y alcance. Precisamente esos niveles, esos momentos, son los que aparecen en la estructura misma de esta obra. Brevemente: se abre el

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