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más masa magra. Esto proporcionará una mayor fuerza propulsora, lo que debería compensar cualquier ligera reducción en la flotabilidad.

      Nadar rápido, de por sí, mejorará la flotabilidad hasta cierto punto, pero al parecer no anula completamente la ventaja de la flotabilidad natural. La velocidad tiende a mejorar la flotabilidad a causa de la fuerza ejercida hacia arriba por el agua que los nadadores empujan hacia abajo al pasar por ella. No obstante, los nadadores que carecen de flotabilidad pueden tener que dar un batido más vigoroso para mantener las piernas arriba. Ser consciente de la importancia de mantener la parte superior del cuerpo más baja en el agua y horizontal a la superficie durante cada estilo competitivo también ayudará a mantener las piernas elevadas.

      El arrastre por empuje

      El arrastre por empuje es un término utilizado para identificar una forma especial de arrastre por la ola. Decidí llamar la atención sobre él porque tiene quizás el efecto retardador más importante de todas las formas de resistencia del agua. En este caso, los nadadores aplican el principio de Newton de acción y reacción de manera que va en contra de sus intereses, ya que empujan el agua hacia delante, hacia arriba, hacia abajo o hacia los lados con el tronco y los miembros. La fuerza contraria producida cuando los nadadores empujan el agua en direcciones que no van hacia atrás tenderá a empujar el cuerpo en la direc-ción opuesta, a no ser que se vea contrarrestada por otras fuerzas. Una de las maneras más comunes de que los nadadores produzcan el arrastre por empuje es empujando los brazos y las piernas hacia delante contra el agua de forma vigorosa. Por ejemplo, los nadadores de braza empujarán algo de agua hacia delante con las manos y los brazos al extenderlos durante el recobro. La fuerza contraria hacia atrás producida anulará algo la fuerza propulsora del batido de forma que el cuerpo no acelerará hacia delante tan rápidamente como hubiera podido. Es por esto que es tan importante que los nadadores de todos los estilos deslicen las manos y los brazos hacia delante de forma suave e hidrodinámica.

      Los nadadores de estilo libre y mariposa que arrastran los brazos hacia delante por la superficie del agua durante los movimientos del recobro también reducirán su velocidad de avance por el mecanismo del arrastre por empuje. Peor aún es el efecto sobre la velocidad de avance cuando los nadadores de mariposa, estilo libre y espalda chocan los brazos contra el agua y los empujan hacia delante de manera muy poca hidrodinámica. La fotografía mostrada en la figura 2.8 ilustra una de las maneras de que los movimientos de recobro aumenten el arrastre resistivo. La nadadora de mariposa está cometiendo el error demasiado común de empujar sus brazos hacia delante y hacia dentro al meter las manos en el agua. Los nadadores que arrastran sus brazos por el agua de esta manera reducirán su velocidad en un 30% dentro de un 1/16 s. Esta reducción de la velocidad de avance, cuando se multiplica por varias brazadas a lo largo de una prueba, puede tener un efecto devastador sobre el rendimiento.

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      Figura 2.8. Una nadadora de mariposa creando arrastre por empuje durante la entrada de los brazos.

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      Figura 2.9. El efecto de un batido demasiado profundo

      Realmente el ejemplo más extremo del efecto retardador que puede ejercer el arrastre por empuje en la velocidad de avance ocurre durante el recobro de las piernas en braza. La fuerza contraria que producen los bracistas cuando empujan sus piernas hacia abajo y hacia delante contra el agua puede de hecho reducir su velocidad de avance hasta frenarla del todo momentáneamente. Los nadadores de estilo libre, mariposa y espalda que realizan un batido incorrecto también pueden crear arrastre resistivo, además de minimizar la fuerza propulsora. Cualquier movimiento de pedaleo que causa que los muslos empujen hacia delante contra el agua reducirá la velocidad de avance.

      Realizar un batido demasiado profundo también puede causar arrastre por empuje en el estilo libre y en mariposa. Cuando los nadadores realizan un batido más profundo de lo necesario para ganar propulsión, no sólo aumentan el espacio que ocupan en el agua, sino que también empujan algo de agua hacia delante con las piernas. El dibujo en la figura 2.9 ilustra el efecto retardador de realizar un batido demasiado profundo. Las trayectorias del pie en el batido muestran que los nadadores que lo realizan con demasiada profundidad realmente empujan los pies hacia delante en el agua durante la última parte del movimiento descendente del batido. Esto, por supuesto, creará una fuerza contraria que reduce la velocidad de avance.

      Cuando los nadadores empujan hacia abajo o hacia arriba contra el agua con los miembros, la fuerza contraria tenderá a empujar el cuerpo hacia arriba o hacia abajo en la dirección opuesta y a reducir su velocidad de avance. Como se explicó en el capítulo 1, sin embargo, los movimientos ascendentes y descendentes de los miembros son esenciales para la propulsión y la continuidad de la brazada. Estos movimientos verticales no deben ser excesivos, ni deben ejecutarse con gran fuerza a no ser que los miembros estén desplazándose hacia atrás durante una fase propulsora del ciclo de brazada. Para decirlo de una forma más específica, los nadadores de estilo libre y de espalda deben desplazar los brazos hacia abajo a la posición del agarre lo más suavemente posible. Deben permitir que las yemas de los dedos vayan delante para mejorar la forma hidrodinámica de las manos.

      Los nadadores de estilo libre y mariposa no deben empujar hacia arriba contra el agua con los brazos durante los últimos centímetros hasta que salen del agua. La fase propulsora de las brazadas en estos dos estilos de nado se completa varios centímetros por debajo de la superficie cuando los brazos dejan de desplazarse hacia atrás y empiezan el recobro hacia delante. De hecho, empujar hacia arriba contra el agua antes de que las manos lleguen a la superficie impulsa el agua hacia arriba y hacia delante. Describiré el efecto negativo de esta técnica demasiado común, y sin embargo incorrecta, con mayor detalle en el próximo capítulo.

      Los movimientos laterales de las piernas y los brazos también son una parte íntegra de los cuatro estilos competitivos. Los movimientos laterales de las piernas probablemente tienen un efecto estabilizador sobre el torso de los nadadores de estilo libre y espalda. Además de la propulsión que proporcionan, las piernas probablemente actúan como contrapeso a los movimientos verticales y laterales de los brazos de manera que el tronco y las caderas no son empujados demasiado hacia arriba, hacia abajo o hacia el lado.

      Los movimientos laterales durante las fases propulsoras de la brazada son necesarios. Los nadadores los utilizan para colocar los brazos para la aplicación más efectiva de la fuerza propulsora. Sin embargo, no deben hacer un esfuerzo consciente para empujar el agua hacia dentro o hacia fuera, ya que los movimientos laterales excesivamente largos o poderosos harán perder la alineación lateral del cuerpo de los nadadores en estilo libre y espalda y aumentarán el arrastre resistivo.

      Los nadadores de estilo libre y espalda deben tener cuidado cuando deslizan las manos hacia abajo y hacia fuera durante el primer tercio de la brazada subacuática. Estas no son fases propulsoras de la brazada, y si empujan las manos y los brazos hacia fuera con demasiada fuerza, la fuerza contraria les hará perder la alineación del cuerpo en la dirección opuesta y aumentará el arrastre resistivo. Por lo tanto, deben reducir sus movimientos laterales al mínimo, y hacerlos suavemente con las yemas de los dedos delante para adoptar una forma más hidrodinámica hasta que los brazos lleguen a la posición del agarre. Entonces, y sólo entonces, deben aplicar una gran cantidad de fuerza hacia atrás.

      Para los nadadores de mariposa y braza, los mayores movimientos laterales de los brazos tienen lugar durante la primera parte de la brazada subacuática. Deslizan las manos y los brazos hacia fuera para colocarlos de forma que puedan empujar el agua hacia atrás. Las fuerzas contrarias producidas por los movimientos simultáneos de los brazos hacia fuera se anularán de manera que los nadadores de dichos estilos no perderán la alineación lateral del cuerpo. Los nadadores de mariposa y braza tienden a utilizar demasiado pocos, no demasiados, movimientos laterales de los brazos durante la fase propulsora de su brazada. Generalmente necesitan desplazar los brazos más hacia fuera, más allá de la anchura de los hombros, con este fin. Sin embargo, estos movimientos laterales antes del agarre deben hacerse suavemente

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