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presentado una prueba convincente que sugiere que el afeitado efectivamente reduce el arrastre por fricción. Estudiaron a un grupo de nadadores que realizaron pruebas submáximas a un ritmo determinado y a velocidades idénticas. Se estableció la velocidad de la misma forma, tanto antes como después del afeitado, utilizando una máquina de ritmos. Después del afeitado, los nadadores completaron sus pruebas a un ritmo determinado con valores de lactato en sangre considerablemente más bajos y mayores longitudes de brazada. Los valores medios de lactato en sangre para el grupo disminuyeron de 8,48 mmol/l antes del afeitado a 6,47 mmol/l después del afeitado para las pruebas del mismo tiempo y ritmo. La longitud media de brazada aumentó de 2,07 m/ciclo de brazada antes del afeitado a 2,31 m/ciclo de brazada después. El grupo de control no mejoró en ningún parámetro. Nueve días separaban los períodos de prueba antes y después del afeitado, de manera que el nivel de acondicionamiento de los nadadores probablemente no había cambiado.

      Era posible asignar los resultados presentados por estos investigadores al hecho de que los nadadores pudieron sentir mejor el agua. Por consiguiente, Sharp y Costill hicieron que los sujetos participasen en otra prueba, esta vez diseñada para mostrar que las mejoras en las pruebas a un ritmo determinado se debían a la reducción del arrastre por fricción. Tanto el grupo experimental como el de control realizaron series idénticas antes y después del afeitado. Sin embargo, en este caso, nadaban atados y se comparó el coste energético de ambas condiciones. La razón de nadar atado era para eliminar el arrastre por fricción. Los nadadores no podían arrastrar el agua con ellos si no se estaban desplazando por ella. Por lo tanto, si los nadadores mejoraban su rendimiento en la prueba en la que estaban atados después del afeitado, se debería probablemente a una mejor sensación cinestésica. Y si su rendimiento en la prueba en que estaban atados no mejoraba después del afeitado, sería una buena indicación de que las mejoras que habían conseguido en las pruebas anteriores se debían probablemente a un menor arrastre por fricción. Se evaluó el coste energético de las dos condiciones midiendo y comparando el consumo de oxígeno durante varias etapas incrementales del trabajo.

      Los nadadores no reducían el coste energético durante las pruebas de natación cuando estaban atados después del afeitado. Al parecer, el afeitado no mejoró su capacidad de sentir el agua. De otra forma, los nadadores hubieran realizado brazadas más eficaces y el coste energético hubiera sido más bajo en la natación atada después de eliminar el vello. Por lo tanto, los autores concluyeron que una reducción del arrastre por fricción, como resultado del afeitado, parecía ser la causa lógica de las menores concentraciones de lactato en sangre y los incrementos de la longitud media por brazada.

      Existen otros métodos, además de afeitarse, que pueden utilizar los nadadores para reducir el arrastre por fricción. Llevar bañadores hechos de telas de baja fricción es uno de ellos. Parece que se están desarrollando nuevas telas de baja fricción cada pocos meses. Se pretende que algunas telas causan menos arrastre por fricción que la piel humana. Queda por confirmar si estas pretensiones son verdaderas, porque los métodos actuales para medir el arrastre por fricción de las telas carecen de la validez suficiente para proporcionar un resultado fidedigno. Varios estudios han demostrado que el arrastre pasivo se reduce cuando se remolca a los nadadores por el agua vestidos en los nuevos bañadores parciales y completos. Sin embargo, estas comparaciones se hicieron comparándolos con el arrastre pasivo de nadadores sin afeitar. Que yo sepa, en la actualidad, no existen datos publicados que muestren que el arrastre pasivo es menor cuando se comparan los valores de nadadores afeitados con y sin los bañadores completos.

      Tengan una baja fricción o no, los bañadores que se ajustan bien deben reducir el arrastre por fricción por el agua a causa de su efecto sobre el contorno del cuerpo. Desde un punto de vista positivo, dichos bañadores pueden hacer que el cuerpo sea más hidrodinámico reduciendo los michelines del pecho y de las caderas. Desde un punto de vista negativo, el grosor adicional de la tela podría aumentar la circunferencia de las partes del cuerpo y, así, incrementar el arrastre por forma. Quizá, cuando se haya perfeccionado la metodología para medir el arrastre activo, podremos decir de forma concluyente si ciertas telas y estilos de bañador reducen el arrastre por fricción más que la piel afeitada. Hasta entonces, los nadadores tendrán que decidir basándose en sus sensaciones y su rendimiento. Sin embargo, cualquier bañador que escojan debe ajustarse bien. No debería tener bolsillos o áreas sueltas que puedan atrapar el agua. Se deben reducir las costuras al mínimo y no deben ser más salientes que lo necesario para mantener el bañador intacto, y éste no debe restringir el movimiento de los miembros de ninguna forma.

      Llevar gorro es otra manera de reducir el arrastre por fricción. Como se mencionó anteriormente, los gorros pueden hacer que la cabeza sea más hidrodinámica y que presente una superficie más lisa al agua que una cabeza con pelo suelto. Al igual que los bañadores, los gorros deben estar confeccionados con telas que tengan un mínimo de fricción, deben carecer de costuras y ajustarse completamente con muy pocas arrugas que puedan atrapar el agua y causar turbulencia.

      Recientemente, se han introducido bañadores y gorros con superficies rugosas. La razón es que un pequeño grado de rugosidad uniforme en una superficie tiende a causar que la capa límite se separe un poco más tarde, lo que trae como resultado menos turbulencia alrededor del objeto. Una superficie rugosa causa la formación de vórtices de burbuja, áreas donde la capa límite se separa y luego se une otra vez por encima de la superficie del objeto. La formación de vórtices de burbuja tiene el efecto de retrasar la separación completa de la capa límite del objeto. El mejor ejemplo de la forma en que se puede utilizar una superficie rugosa para mantener una capa límite intacta durante más tiempo es la superficie con hoyuelos de una pelota de golf. La rugosidad de la superficie causa la formación de vórtices de burbuja y, al hacerlo, una separación más tardía de la capa límite alrededor de la pelota. Como la capa límite se separa más tarde, el área de remolinos detrás de la pelota será menor y se llenará más rápidamente. Esto, a su vez, reduce el efecto de succión trasera sobre la pelota de manera que irá más lejos en el aire. Puede ser posible que alguna rugosidad en la superficie de los bañadores y los gorros pudiese retrasar la separación completa de la capa límite y así reducir el arrastre por fricción. Sin embargo, no tenemos manera de asegurarnos porque los métodos para comprobar este efecto todavía no son lo suficientemente sofisticados como para llegar a una conclusión fidedigna.

      Reducir el arrastre resistivo

      estableciendo el ritmo apropiado

      El simple hecho de nadar más rápido aumentará el arrastre resistivo, incluso cuando los atletas están nadando de manera muy eficaz. Cuando los nadadores empujan su cuerpo hacia delante contra el agua con mayor velocidad, el agua empujará hacia atrás con una mayor fuerza resistiva. Por ejemplo, como se indicó anteriormente, cualquier pequeño aumento de la velocidad causará un incremento del arrastre resistivo en un factor de 4. Por lo tanto, los nadadores encuentran más arrastre resistivo cuando nadan más rápido.

      El efecto de la velocidad sobre el arrastre resistivo puede parecer académico, porque sería estúpido para un atleta nadar despacio y perder sus pruebas simplemente para reducir la resistencia del agua. Sin embargo, existe una aplicación de esta información que apoya la sabiduría de escoger un ritmo más lento al principio de las pruebas. Un atleta que nada la primera mitad de la carrera a una velocidad más lenta debe gastar menos esfuerzo para superar el arrastre resistivo. Por consiguiente, dicho nadador quizá puede ganar la carrera terminando más rápidamente, siempre, por supuesto, que se quede lo bastante cerca como para adelantar a sus competidores y que dichos competidores estén más fatigados por nadar más rápidamente al principio de la prueba. Esta observación es evidentemente muy teórica. Muchos factores, además de escoger bien el ritmo de la prueba, están implicados en ganar. No obstante, debe considerarse el ahorrar energías con una buena elección del ritmo a seguir a la hora de planificar la carrera.

      3

      Directrices para

      aumentar la

      propulsión y

      reducir la resistencia

      Este capítulo

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