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Secta. Stefan Malmström
Читать онлайн.Название Secta
Год выпуска 0
isbn 9788412272536
Автор произведения Stefan Malmström
Жанр Языкознание
Серия Off Versátil
Издательство Bookwire
—L. Ron Hubbard escribió cuarenta libros sobre cienciología. También nos dejó un volumen de diecisiete mil setecientas páginas sobre técnicas y procesos terapéuticos, y un volumen adicional de once mil ochocientas páginas sobre cómo dirigir una organización de cienciología. Impartió más de cinco mil conferencias y trabajó más horas que un reloj durante treinta años. ¿De verdad crees que una persona que solo quisiera hacerse rica invertiría tanto tiempo en un negocio? ¡Ni siquiera tuvo tiempo de disfrutar del dinero, por el amor de Dios! Habría sido mucho más fácil vender el producto de cualquier otro.
—Lo que tú digas —contestó Piddle—. Está claro que crees que es un genio, y ya veo que no eres el único que lo piensa. Pero yo solo quiero una prueba. Dame una evidencia de que puedes abandonar tu cuerpo y te seguiré en cuerpo y alma.
—Hay muchísimas evidencias —respondió Peter—. El Instituto de Investigación de Stanford, en California, ha analizado algunas habilidades de los TO que pueden abandonar su cuerpo. Un tipo, Ingo Swann, les demostró que era capaz de ver lo que ocurría en otros lugares, y dejó a los científicos completamente perplejos. Las evidencias se suceden experimento tras experimento. El gobierno de Estados Unidos está invirtiendo millones de dólares en investigación porque cree que los rusos nos llevan la delantera. Los thetanes operantes de Rusia han desarrollado métodos para modificar bombas atómicas y mísiles a una gran distancia.
—Quiero ver los informes de esos experimentos —dijo Piddle.
Peter volvió a reclinarse en el sofá y soltó una bocanada de humo como quien no quiere la cosa.
—Son estudios confidenciales —dijo mientras apagaba el cigarrillo—. ¿Y sabes qué? Incluso si esta misma noche pudiera mostrarte la información, estoy seguro de que no te rendirías, porque ya has tomado tu decisión. No crees en ello y solo aceptas lo que sostiene tu forma de ver las cosas. Es completamente natural. A esto se le llama «sesgo de confirmación». Nosotros, los cienciólogos, respetamos la libertad de opinión. Tú puedes pensar como quieras. A mí lo que me importa es que las cosas funcionen y que la gente se sienta bien, que todo el mundo pueda crecer y evolucionar hasta convertirse en una persona libre y librepensadora que alcance su máximo potencial.
Peter se quedó en silencio. Piddle lo miró. Una pequeña sonrisa jugueteaba en las comisuras de sus labios.
—Esta noche tu alma no va a ir a dar una vuelta, ¿verdad?
Peter negó con la cabeza.
—De acuerdo. Ya lo tengo claro. Gracias por el picoteo, estaba rico. Especialmente los quesitos de La vaca que ríe. —Se levantó, giró sobre sus talones y salió del piso dando un portazo.
—Piddle es el ejemplo perfecto del lavado de cerebro al que nos han sometido durante los últimos cincuenta años —dijo Peter—. Está completamente encerrado en su cuerpo, secuestrado por una mentalidad materialista. Me da pena. Es nuestro deber intentar que estas personas eleven su estado de conciencia. Tenemos que enseñarles a ver su propia grandeza para que quieran liberarse de la prisión en la que están cautivos. El futuro del planeta está en juego. No podemos ir por ahí jugando con nuestras habilidades. Tenemos obligaciones más importantes.
Peter y Mikael se pasaron el resto de la noche dando lecciones sobre las fuerzas malignas que se habían propuesto boicotear a la cienciología. Dijeron que esas fuerzas malignas llevaban siglos lavándole el cerebro a la humanidad para que la gente se considerara a sí misma un trozo de carne, en lugar de lo que eran en realidad: criaturas de un nivel más elevado. Peter sacó un libro que había sido publicado dos años antes, Operación control de mentes, que revelaba cómo el gobierno de Estados Unidos se había servido de la hipnosis y las drogas para transformar a personas normales en mercenarios y espías.
Hablaron de las culturas altamente desarrolladas que habían existido millones de años atrás. De Atlantis, von Däniken y Jonathan Livingstone Seagull, la gaviota que no quiso ser como las otras gaviotas, que rechazó la felicidad de limitarse a pescar y seguir a la bandada, que quería saber cuáles eran sus límites, cuán alto y cuán lejos podía volar. Al final de la noche, Jenny había olvidado por completo que Pidde había estado allí.
Se sentía como si estuviera drogada. Drogada de cienciología, de aquellas personas que querían hacer tanto bien y que estaban convencidas de que Jenny había empezado a utilizar sus habilidades ocultas. Todo aquello había tocado algo muy profundo dentro de ella, un hilo del que hasta ahora no había sido consciente, que había hibernado en su interior durante los diecisiete años que había durado su vida y que ahora empezaba a vibrar. Un anhelo que había notado en alguna ocasión, pero al que no había sido capaz de darle un nombre. Por primera vez en su vida, se sentía exultante, colmada de una energía poderosa que la hacía invencible.
Cuando Jenny y Stefan estaban a punto de irse, Peter salió al vestíbulo.
—¿Qué pensáis de lo que ha ocurrido antes con Piddle? —les preguntó.
Jenny no estaba segura de lo que debía decir. Stefan contestó:
—Bueno, Piddle es un comunista enajenado, así que no me ha sorprendido nada. Si te soy sincero, no entiendo por qué lo has invitado, pero creo que podrías haberle seguido la corriente. Ahora da la impresión de que algo ha quedado inconcluso, y eso me fastidia. Realmente me habría gustado verte ganar, aunque creo que entiendo tu postura.
Peter sonrió.
—He considerado seriamente aceptar su reto —dijo—. Pero por suerte me lo he pensado mejor. Usar mi habilidad de esta forma está estrictamente prohibido. Además, aunque lo hubiera hecho y hubiera probado que funciona, no creo que Piddle se hubiera rendido. Es un buen chico que quiere hacer lo correcto, pero el comunismo es una ideología engañosa que se abandera con la consideración por los demás para esconder lo que en realidad pretende: la esclavitud. Nosotros queremos emancipar a la humanidad, darle libertad espiritual y física, asegurarnos de que la gente tiene la oportunidad de explotar todo su potencial y de usar este potencial para hacer el bien.
Jenny