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competición en baloncesto, según aportan los estudios publicados hasta la fecha por los diferentes autores, aunque todos contemplan los 2 tiempos de 20 min.

       4. FRECUENCIA DE ACCIONES

      La frecuencia de acciones realizadas durante el juego es otro de los aspectos que más se han estudiado en los deportes de conjunto por diversos grupos de trabajo (Reilly et al., 1990; Colli y Faina, 1987). En baloncesto, los estudios aportados son numerosos y se han citado anteriormente.

      H. Moreno (1988), en un trabajo realizado durante la competición ACB con un grupo de jugadores, observó que se realizan un total de 88 acciones de ataque y otras tantas en defensa. Por su parte, Colli y Faina (1985) publicaron otro artículo con jugadores de la Liga italiana y obtuvieron 71 acciones de media por partido.

      En el mismo trabajo se comunicó el porcentaje realizado en cada una de las diferentes acciones técnicas así como la distribución de las mismas (7% de tiros, 22% de pases, 66% de botes).

      McInnes et al. (1995), estudiaron a un grupo de jugadores australianos, que durante los partidos ejecutaban un total de 1.000 acciones de cambio de movimiento, lo que justifica el carácter intermitente del juego.

      Hoffman y Maresh (2000) contabilizaron que en 48 min (4 x 12) de partido se hicieron 997 ± 183 cambios de dirección, es decir, aproximadamente 1 cada 2 s.

      Tabla 1.6. Porcentaje de acciones en baloncesto durante el partido (H. Moreno, 1988).

      Carreño et al., (1998), en su estudio realizado sobre dos ligas de baloncesto españolas (ACB y EBA), observaron que en la liga ACB se producen un mayor número de jugadas con más de una acción; sin embargo, en la liga EBA se dan más situaciones de jugadas de punto directo.

      Recientemente, Rojas et al. (2000) presentaron un trabajo con jugadores de la liga ACB. La conclusión principal que obtuvieron fue que la acción de salto era la que más influye en el resultado final del juego, en un 41% de los puntos totales.

      Hasta la fecha no se han publicado estudios científicos que cotejen estos datos con la nueva reglamentación FIBA, en la que los tiempos son de 10 min.

       5. DURACIÓN DE DESPLAZAMIENTOS

      La duración de los diferentes desplazamientos realizados durante la competición es otro de los parámetros estudiados en el control de lo que se denomina la carga externa de trabajo.

      En el estudio presentado por H. Moreno (1988), para poder evaluar el ritmo con el que se recorren las diversas distancias, se diferencian cuatro niveles de intensidad. Los datos obtenidos se exponen en la tabla 1.7.

       6. VELOCIDAD DE ACCIONES y DESPLAZAMIENTOS

      Según Verma et al. (1978), el baloncesto es un juego en el que el requerimiento de velocidad, de acciones de velocidad, velocidad de esprín y resistencia a la velocidad es evidente.

      Autores como Martín Acero (1998) definen la velocidad en deportes de equipo como la capacidad necesaria para que la acción se realice a la máxima intensidad (esprines, salidas, arrancadas, paradas), siendo la duración de las acciones muy corta, y sin la que la fatiga sea un aspecto determinante.

      Tabla 1.7. Distancias recorridas y tiempo empleado en baloncesto durante el partido (H. Moreno, 1988).

NIVELES DE RITMO% METROS RECORRIDOS% DEL TIEMPO EMPLEADO
114.3649.63
253.6439.53
327.369.75
44.641.09

      Tabla 1.8. Distancia recorrida en metros, en función de la velocidad de desplazamiento (Refoyo, 2001).

      Lorenzo (2000) introduce el concepto de eficacia en una disciplina en la que las resoluciones de las diferentes acciones del juego se producen a la máxima velocidad con un grado elevado de precisión y control del móvil.

      En un estudio de Riera (1986) se comprobó que durante el 50% del tiempo que duraba la competición la velocidad de desplazamiento era inferior a 1 m/s y el 39% del tiempo era entre 1 y 3 m/s. En general afirmó que el 90% del tiempo total de juego las acciones de los jugadores oscilaban entre 0 y 3 m/s.

      Sin embargo, Fox y Mathews (1976) encontraron que durante el 50% del tiempo el jugador se desplaza a una velocidad inferior (3m/s), el 15% entre 3 y 5 m/s y tan sólo durante un 1,25% del tiempo el jugador realiza acciones a 5 m/s.

      Por último, Grosgeorge y Buteau (1998) no encontraron nunca velocidades superiores a los 25 km/h con deportistas de la liga francesa.

      En función de los puestos, otros autores como Colli y Faina (1985), observaron que el base presenta el total de su recorrido durante el partido a tres ritmos diferentes: ritmo medio (1-3 m/s), ritmo rápido (3-5 m/s) y ritmo máximo (5 m/s) de forma equitativa.

      En cambio, Riera (1986) concluyó en su estudio que el base el 50% de su recorrido lo hace a un ritmo medio (1-3 m/s), un 11% a ritmo de recuperación (1 m/s), recorriendo el 39% restante del tiempo a una velocidad de (1-3 m/s).

      En 1996, Galiano trabajó con diferentes velocidades de desplazamiento en función de los puestos ocupados en la pista. Encontró diferencias significativas entre los distintos puestos y las diferentes velocidades. El autor justificó estas diferencias por la evolución de la tendencia del juego, puesto que las muestras fueron realizadas en diferentes años.

      Hoffman y Maresh (2000) determinaron que del tiempo total de juego el 34,6% es de movimientos de arrastre de los pies, el 31,2% de carrera, que va de leve a intensa, el 4,6% del juego saltando y el 29,6% andando. El estudio se realizó con jugadores de las ligas de España e Italia.

      En una investigación presentada por Sampedro y Cañizares (1993), los autores realizaron un análisis sobre las distancias recorridas por un base durante partidos de categoría nacional e internacional.

      Al finalizar el estudio observaron qué el 43% de las acciones eran defensivas y que el 66% de los desplazamientos (2.495 m), de un total de 3.755 m, se realizaron a una velocidad superior a 3 m/s.

      Analizando los datos publicados hasta la fecha, se observan diferencias significativas entre las diferentes acciones realizadas durante el juego, así como entre los diferentes puestos ocupados en la pista.

      En cualquier caso, faltan estudios que verifiquen si existen las mismas diferencias de velocidad cuando el juego se realiza con la nueva reglamentación de (4 tiempos de 10 min/FIBA) y cuando hay diferencias entre las defensas utilizadas a lo largo del partido.

      Tabla 1.9. Distancia recorrida (m) en función de la velocidad de desplazamiento y puestos. (Galiano, 1987).

       7. DISTANCIA RECORRIDA

      El baloncesto por tradición es uno de los deportes más estudiados desde el punto de vista cinemático. Durante los últimos años, algunos autores (Cohen, 1980; H. Moreno, 1988; Riera, 1986; Cañizares y Sampedro, 1993) han evaluado la distancia recorrida durante un partido de baloncesto, definiéndola en función de los puestos, utilizando diversas metodologías de recogida de datos (vídeo, planillas).

      La medición del volumen se puede realizar en función de distancias o tiempo. Según datos sin publicar de la FEB (Federación Española de Baloncesto), encontramos que las duraciones en competición suelen situarse entre 90 y 105 min, mientras que los metros recorridos están

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