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en el deportista adolescente.

       4. TIPOS DE TEST DE CAMPO EN BALONCESTO PARA VALORAR EL METABOLISMO AERÓBICO

      El test de campo, como anteriormente hemos mencionado, consiste en el registro de parámetros fisiológicos durante el esfuerzo, en este caso del O2 máx, en el terreno de juego, con el fin de obtener información sobre la capacidad aeróbica del jugador “in situ”. La medición del O2 máx se puede realizar mediante un analizador de gases portátil telemétrico en la propia cancha de juego o bien estimarse de forma indirecta, mediante test específicos desarrollados para tal fin (Test de Course-Navette, Test de 20 metre-Multistage shuttle run, Test de transición aeróbicaanaeróbica [Terrados et al., 1991] Test de Tivre-Basket® 1.0 y Test interválico para la valoración de la resistencia específica en baloncesto [Vaquera et al., 2006]).

       4.1. COURSE NAVETTE

      Para la valoración de la potencia aeróbica el test de campo que más se ajusta a las características de este deporte es el CN o las diversas adaptaciones que se han propuesto de este test a las características del baloncesto (desplazamientos sobre 28 m, desplazamientos con balón). Se trata de una prueba progresiva y máxima, de ida y vuelta (20 m), delimitados por dos líneas paralelas, a una velocidad creciente cada minuto, cuya validez y fiabilidad han sido ampliamente demostradas en la literatura.

      Este test permite valorar tanto la capacidad funcional aeróbica del deportista como la capacidad de recuperación (Álvarez Medina et al., 2001), siendo considerado como el test más específico para los deportes que requieren esfuerzos repetidos de corta duración, donde los esprines máximos se alternan durante un período de tiempo que abarca entre 70 y 120 min (Fitzsimons et al., 1993). De los resultados obtenidos con este test podemos calcular de forma indirecta la potencia aeróbica máxima a partir de la velocidad máxima (número de palieres alcanzados). Además la velocidad (velocidad aeróbica máxima) puede servirnos para programar el ritmo de carrera al que se debe trabajar la potencia aeróbica. De esta forma, manteniendo la misma duración de esfuerzo para todos, unos tendrán que recorrer más espacio que otros en el mismo tiempo (colocaremos unas señales indicando el lugar al que cada uno tiene que llegar). Sin embargo, muchas veces nos encontramos con problemas de este tipo: no disponemos de tiempo necesario para realizar los tests, no se dan las circunstancias adecuadas, los jugadores no están motivados, por lo que los resultados se desvirtúan y esto hace que debamos buscar indicadores en situaciones reales de juego que nos permitan, cuanto menos, ponernos en alerta ante posibles estados de fatiga y/o bajo rendimiento.

       4.2. TEST DE TRANSICIÓN AERÓBICAANAERÓBICA (Terrados, 1991)

      En una aproximación simple a los tests de campo realizados en otros deportes para valorar la transición aeróbica-anaeróbica, Terrados describió en 1991 un test de campo realizado en la misma pista de entrenamiento, balizada cada 10 m, alrededor del terreno de juego. Los jugadores, con pulsómetros registrando su FC, corren durante 3 min a una velocidad mantenida mediante un marcador de ritmos (balizador) acústico, con una pausa de 1 min en la que se extrae una muestra de sangre del lóbulo de la oreja o del pulpejo del dedo para analizar la LA. Se aumenta la velocidad 1.5 km/h en cada escalón hasta la extenuación o hasta no poder mantener el ritmo. Con este test, se pueden calcular de una manera bastante orientativa las intensidades de carrera en las que el jugador está en las diferentes zonas metabólicas (figuras 5.1 y 5.2).

       4.3. TEST DE TIVRE-BASKET 1.0 (Vaquera et al., 2006)

      Con el propósito de valorar la resistencia específica del jugador, el grupo de trabajo del INEF de León (Vaquera et al., 2006) han diseñado un sistema de control para valorar la resistencia específica en baloncesto en pista, el Test de Tivre-Basket 1.0®, que permite identificar el umbral anaeróbico en esfuerzos interválicos, además de la capacidad de recuperación en cada uno de los intervalos de esfuerzo. El Tivre-Basket 1.0® debe desarrollarse sobre la propia cancha y con la indumentaria y botas del jugador, y se ha de disponer de un pulsímetro para el registro de la FC durante el desarrollo del mismo. Con el fin de estandarizar los recorridos y pausas de recuperación, se realiza un test interválico progresivo y maximal que se desarrolla en una situación en la que los jugadores realizan recorridos con similares implicaciones físicas a las que se producen durante la competición (desplazamientos y carreras). El software Tivre-Basket 1.0® controla con precisión el ritmo de carrera. Emite estímulos sonoros (pitidos/beeps) que amplificados mediante altavoces permiten al jugador regular su velocidad de desplazamiento, ya que debe rebasar el cono en cada uno de los pitidos. El fundamento de dicho test se basa en la metodología de Probst (1989), que aplicó al fútbol (Villa et al., 2000) y que a su vez es la misma que la del validado Test de Conconi. Las ventajas de este test, a diferencia de los tradicionalmente utilizados para valorar la condición aeróbica general, es que en primer lugar es específico, desarrollado en el propio campo de baloncesto; en segundo lugar es fácilmente ejecutable, ya que sólo necesita 12 conos que se colocan la mayor parte de ellos sobre líneas naturales del campo, y en tercer lugar, lo pueden realizar hasta 12 jugadores a la vez, lo que economiza bastante el tiempo de realización.

      Figura 5.1. Valores de LA a diferentes velocidades de carrera en 4 jugadoras de baloncesto de alto nivel (Terrados, 1991).

      Figura 5.2. Valores de FC obtenidos en un test de campo en cancha de baloncesto para valorar la transición aeróbica-anaeróbica (Terrados, 1991).

      Los test de campo anteriormente citados son más específicos ya que permiten, además de desarrollarse in situ, evaluar la intensidad y duración propias de la actividad ante la limitación impuesta por la ergometría en laboratorio.

       5. FUTURAS LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN

      En un paso posterior, con el fin de evaluar con precisión el O2 máx de los deportistas en situación real, actualmente se realizan pruebas con tecnología avanzada, con analizadores telemétricos Cosmed ® (k4) (ver ejemplo en figura 5.3), lo que nos permite tener un perfil mucho más preciso del comportamiento fisiológico del O2 máx, y una vez más cuestionar el análisis teórico del modelo competitivo en baloncesto.

      Proponemos estandarizar una batería de test específicos en campo por puestos que permita una evaluación más objetiva de la intensidad obtenida en competición en función de las diferentes acciones realizadas en pista.

      Recientes investigaciones muestran valores de O2 máx superiores obtenidos hasta la fecha, obtenidos mediante test de campo durante la propia competición utilizando tecnología avanzada telemétrica en jugadores de baloncesto profesionales de elite, Campeones de la Euroliga (Terrados y Tramullas, comunicación personal), lo que nos hace reflexionar sobre la intervención del metabolismo aeróbico en la competición y deja abierta una nueva línea de investigación en este campo.

       6. SÍNTESIS DE IDEAS FUNDAMENTALES

      La evaluación del metabolismo aeróbico mediante la valoración del O2 máx es una práctica muy frecuente. A pesar de ello, la mayoría de los datos aportados por los diferentes autores

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