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[de la palabra]; la cosa significada que produce algún resultado; y el pensamiento del hablante. Y eso no tendría lugar como una regla, si no hubiese relación alguna. Por lo cual queda demostrado que hay una relación real. La relación de palabra y significado no es convencional, porque la restricción del poder expresivo [de una palabra específica respecto de un significado específico] carece de comienzo. Por lo cual [Bhartrhari] dice: está bien establecida. Lo cual significa que [la relación] es aceptada generalmente por sí misma, no es introducida por ninguna persona en particular.

      (3) Aquí, la propia forma es la primera cosa que ha de expresarse: por lo cual, la relación principal, [esto es] la restricción de la expresión, se establece con esa forma propia. Por lo tanto, aun cuando la secuencia de la lectura [en el karika] se produce de otra manera, la conciencia ha de dirigirse primero, de acuerdo con lo que es coherente en el contexto, a la propia forma; y luego [ha de manifestarse] la [cosa] a la que la propia forma se sobreimpone, que engendra una actividad con un propósito; con ellas dos, la cosa significada y la propia forma, la palabra contiene la relación del significado y el significante; pero existe [una relación de] causalidad con el pensamiento del hablante.

      En consecuencia, la unión significado-significante no es arbitraria, pero no parece establecida por los dioses ni por ningún Adán primordial que haya dado nombre a las cosas, sino que se produce a partir de un consenso social mínimo. Este acuerdo indica las cosas al asociarlas con sonidos para que nos entendamos el uno al otro, no para engañarnos mutuamente. Si después los poderosos alteran y violan el consenso inicial, esa es la segunda parte de la historia, la de la impostura y la ideología en sentido estrecho.

      Huri Islamoğlu me envió un e-mail para ponerse a mi disposición y contestarme la pregunta que le formulé al final de su intervención en el seminario del lunes pasado. Nos encontramos en el Club de los fellows. La entrevista disipó mis dudas positivistas y me esclareció sobre cuestiones que no había comprendido a partir de su exposición. Una buena síntesis de sus nuevos aportes se desprende, igual que en la ponencia de Supiot durante el coloquio de Longo, de una comparación entre las palabras de antes y las de ahora en las prácticas jurídicas vinculadas a los derechos de propiedad.

Vocabulario tradicional Vocabulario posterior a la ley deinversiones extranjeras en Irak (2006)
aldeano → propietario individual
posesión → propiedad natural
personas reales → personas naturales
compañías, empresas → personas naturales, inversores, prohibición legal
jurisprudencia → obstáculo, impedimento
tribunal, corte → comisión judicial

      La Comisión Judicial de la CPA tenía como objetivo resolver disputas de propiedad mediante la aplicación del principio de preeminencia del “propietario original”. Nada se había previsto, sin embargo, en qué siglo del pasado se detenía la búsqueda del propietario original, quien, en la Mesopotamia, según creo, pudo haber sido Abraham salido de la Ur de los Caldeos. Varios miembros de la CPA no se privaron de aconsejar en público la realización de una clean slate económica, esto es, una tabula rasa en buen latín. Sin embargo, Huri afirma que la ocupación de los Estados Unidos y sus aliados expresaron los cambios jurídicos en una terminología tomada, no de las legislaciones positivas europeas del siglo XIX, sino de la filosofía del liberalismo holando-inglés de finales del siglo XVII.

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      29 de octubre

      Almuerzo muy divertido. Hoda tiene un humor extraordinario. Sam Truett cuenta una historia sobre el handicap de un sobrino suyo y lo hace de manera emocionante. Es un niño que sólo puede comunicarse mediante la música y el baile, sus recursos verbales son pobres. Tal vez sea un genio musical. Mor Ndao cuenta que su abuelo, quien fue c(h)eddo de un rey de Senegal hasta que los franceses mataron al monarca, se refugió donde un marabú; este lo convirtió al islam y, desde entonces, la familia Ndao es musulmana muy devota. Mor es una apócope de Mohammed. Su hijo mayor lleva el nombre completo del Profeta, una hija se llama Fátima y el más pequeño es Abdullah. Dijo también que las habilidades culinarias de una mujer son básicas a la hora de concertar un matrimonio. Preguntó Hoda si es la madre del novio la encargada de probar la comida que prepara la novia in fieri. Mor respondió que el novio era quien probaba y aprobaba. Obvio, si fuese su madre la jueza de la cocina de la nuera en potencia, ningún casorio podría celebrarse y la humanidad correría peligro de extinción. Volviendo al c(h)eddo, se trataba de un guerrero que custodiaba a los reyes en el África Occidental y recibía la administración de un territorio a cambio de su servicio militar. Cargo y carga eran hereditarios, pero el islam abolió ese orden social. Una suerte de señor feudal. Desgraciadamente, Mor no es más un c(h)eddo.

      A las seis de la tarde, Jan Houben nos pasa una película documental, filmada por él mismo en 1996, sobre el ritual védico Pravargya que se remonta al segundo milenio a.C. El rito procede del R(i)gveda y enfatiza los papeles de los principales actores canónicos del sacrificio alrededor de Agni, numen del fuego: el Yajamaana (el oficiante), la Patni (su esposa), el Hotar, el Adhvarya y el Brahman, tres de los cuatro sacerdotes que suelen estar asociados a la práctica. En realidad, no sabemos con certeza el objeto de la ceremonia. Parecería estar abierto a varias posibilidades: un pedido genérico de prosperidad, un ruego por la lluvia, un pedido de felicidad para los contrayentes de un matrimonio, una solicitud de inspiración poética y musical. Lo cierto es que los recitantes de los himnos védicos ya no conocen el significado de lo que dicen; sin embargo, la transmisión oral se mantiene, inmutable aparentemente desde hace más de dos mil años. Jan ha trabajado con los textos de las primeras transcripciones conocidas de los Vedas y puede reconocer todavía el contenido de los recitados de un Pravargya. Ha descubierto así que el dios Indra es mencionado en el canto, una divinidad védica cuyo nombre hace siglos que fue sustituido por el de Shakra en el culto hinduista. Por otra parte, el Pravargya carece de toda solemnidad, no se lleva a cabo en ningún templo sino en un espacio siempre diferente, arreglado para las circunstancias. Tales son los detalles que llevan a Houben a creer que el rito registrado en la película procede de la época nómade de las tribus arias, al mismo tiempo que contribuyen a reforzar la idea de que el hinduismo se ha construido más bien sobre una ortopraxia (obediencia estricta a las fórmulas cultuales) y no sobre una ortodoxia. De cualquier modo, los celebrantes, organizadores y participantes activos de nuestro ritual son siempre brahmines. El supervisor del ejemplo rodado en Delhi era uno de los mayores especialistas en Yajurveda, Vishwanatha Srouti. La ceremonia que vemos en el film fue la última presidida por Srouti, fallecido en marzo de 1997. El Pravargya hubo de propagarse desde el noroeste hacia el noreste y el sur de la India; llegó tardíamente a Nepal, pero allí se conserva una forma antigua del sacrificio que implica la inmolación real de una serpiente, arrojada a la hoguera donde son destruidos todos los instrumentos del rito. La serpiente ha recibido, antes de morir en el fuego, el trato que se tributa a los dioses. Me suena que no hay demasiadas diferencias con el ritual hopi que describió Warburg en Nuevo México: en América, los hombres se comunican con la víbora, ser sagrado, depositario y transmisor de una sabiduría de la naturaleza, pero no la aniquilan, la dejan libre para que vuelva a las entrañas de la tierra, transmita a los muertos los mensajes de los vivos y, merced a su poder inmenso, desencadene la lluvia del cielo desde las profundidades.

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      30 de octubre

      Trabajo todo el día en el tema de la literatura macarrónica. A las cinco y media, voy hasta la Place du Commerce a comprar flores. Geetanjali Shree y Sudhir Chandra me invitaron a cenar en su casa. Llego a las siete en punto. En poco tiempo se nos une Fernando Rosa Ribeiro. Comemos unas legumbres cocidas con especias de todos colores y gustos. Podemos mezclarlas con arroz o con yogurt. Pruebo ambas alternativas, por supuesto. Sudhir sirve un vino buenísimo de las Côtes du Rhône.

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