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Responsabilidad de la persona y sostenibilidad de las organizaciones. Teresa de Dios Alija
Читать онлайн.Название Responsabilidad de la persona y sostenibilidad de las organizaciones
Год выпуска 0
isbn 9788418360299
Автор произведения Teresa de Dios Alija
Жанр Документальная литература
Серия Diálogos
Издательство Bookwire
Aun considerando que lograr un mundo mejor sea para muchos una utopía, tiene sentido seguir trabajando para lograrlo, cada uno en la medida de sus posibilidades. Una de las mejores opciones se nos presenta en la relación continuada con otras personas que comparten con nosotros realidades y contextos, ya sea en la universidad, en la empresa, en la comunidad local o en el mundo globalizado. Cada uno de nosotros se mueve en un entorno determinado, pero todos necesitamos la relación con los demás para desarrollarnos íntegramente como seres sociales y para desarrollar las potencialidades cognitivas, emocionales y espirituales que pueden hacer que este mundo sea más consecuente con la propia dignidad humana.
La estructura que seguiremos en este trabajo para analizar y mostrar las principales líneas de la historia del pensamiento partirá de la referencia a los antecedentes ético antropológicos de la responsabilidad en la ética griega, medieval y moderna. No hemos encontrado estudios específicos sobre este término en esta época, pero sí múltiples tratados sobre las virtudes, el deber, la justicia o la voluntad que aportan ideas fundamentales para la comprensión del significado actual de la responsabilidad y que presentamos en el primer capítulo.
Tras el estudio del ser humano a través de la padres de la filosofía y en gran medida como consecuencia de sus aportaciones, surge en el siglo XVI la corriente filosófica contemporánea, fuente también de importantes contribuciones al entendimiento de la conducta de las personas. Con objeto de facilitar un hilo conductor claro y una estructuración lógica que nos permita comprender la relación entre las distintas líneas de pensamiento y la coherencia entre las ideas de sus representantes, clasificamos en el segundo capítulo lo que consideramos las principales corrientes de la filosofía contemporánea: individualista liberal, dialéctico marxista, fenomenológica existencialista y humanista cristiana.
A continuación, buscamos las implicaciones del concepto de responsabilidad en la sociedad actual. Así, comenzamos el tercer capítulo con algunos apuntes sobre los antecedentes etimológicos del término responsabilidad. Luego nos remontamos, entre otros, a los estudios ontológicos de autores como Roman Ingarden, Hans Jonas o Enmanuel Lévinas.
En el cuarto capítulo, proponemos el análisis y reflexión sobre la identificación del sujeto responsable con base en las aproximaciones que realizan autores como Peter French,6 Thomas Donaldson,7 Michael Hoffman,8 Richard De George9 o Miguel Alzola,10 que consideran que el mejor modo de posicionarse ante la responsabilidad social es conceptualizándola como la responsabilidad moral atribuida a un sujeto colectivo —la empresa—, y no como la suma de responsabilidades individuales de los miembros de esta. La organización como entidad se contempla así como responsable de las acciones que lleva a cabo.
También nos aproximamos a otros analistas que defienden que no es posible adscribir responsabilidades morales a un sujeto que físicamente no existe; defienden que, al tratarse de un conjunto de personas, cada individuo integrante de una organización debe responder de lo que hace, entendiendo que la empresa en sí misma es tan solo un agente secundario.11 En los últimos años encontramos importantes defensores de este punto de vista: Milton Friedman, Roger Gibson,12 John Danley13 o Amartya Sen14. Además, debemos incluir en este enfoque a Hans Jonas y su defensa de la responsabilidad medioambiental basada en teorías éticas: «Obra de tal modo que los efectos de tu acción sean compatibles con la permanencia de una vida humana auténtica en la Tierra».15
Dentro de este marco teórico, queremos hacer especial mención a J. R. Desjardins, quien considera que la empresa moralmente responsable es aquella en la cual personas buenas están tomando las decisiones fundamentales, y no donde se mide la moralidad con respecto a algún principio externo.16
Enraizadas en estas dos posiciones, la empresa como agente moral, pleno o secundario, a lo largo de la historia podemos encontrar aportaciones de todo tipo que, sin duda, ofrecen cada vez más luz a la realidad de la responsabilidad social de las empresas desde el entendimiento del ser humano.
En los siguientes capítulos tratamos los enfoques de estudio más actuales respecto a la responsabilidad social corporativa (en adelante RSC). Así, en el quinto abordamos el punto de vista más económico de la RSC, anclado en una concepción de negocio enfocado al beneficio y a la ganancia económica para los accionistas (shareholders) y, en el mejor de los casos, para todos aquellos grupos de interés que se relacionan con la empresa de un modo u otro (stakeholder). Este enfoque nace de las aportaciones de pensadores de la talla de Adam Smith, John Maynard Keynes o Stuart Mill y se ha consolidado con las aportaciones de Milton Friedman, complementadas y en ocasiones refutadas por otros estudiosos que realizan sus múltiples aportaciones a partir de la segunda mitad del siglo pasado. Algunos interesantes estudios intentan justificar la relación directa entre la RSC y la rentabilidad, aunque los datos empíricos no han podido demostrarla con suficiente rigor hasta el momento.
Las propias limitaciones del enfoque económico nos permiten encontrar solvencia en un planteamiento más social de la RSC, que analizamos en el capítulo seis. Los representantes de este enfoque, en principio detractores de la posición de Friedman, sostienen que la empresa no puede concebirse exclusivamente como una entidad privada, sino como una institución social que necesita la relación con numerosos agentes que intervienen en su actividad y que pertenecen a la misma sociedad. Ratifican que, sin la generación de valor para todos los stakeholders, el futuro de la empresa no puede garantizarse.
Se trata de una posición más preocupada por el aspecto social que defiende que la empresa no solo es una entidad orientada a la consecución de beneficios económicos, sino que además debe interesarse por los individuos y por la sociedad. Desde este enfoque relacional, la empresa debe responsabilizarse de los efectos que provoca sobre el medioambiente y la población en general, y debe subsanarlos con sus beneficios económicos.
La doble vertiente de análisis de la RSC está asegurada. Por un lado, los que apuestan por un concepto de empresa que prácticamente solo tiene la responsabilidad de responder ante sus accionistas maximizando los beneficios (rol puramente económico). Por otro, una corriente de pensamiento que defiende que la responsabilidad de las empresas debe ir más allá y darle importancia sobre todo al aspecto social.
La influencia de los dos enfoques anteriores, económico y social, se muestra en la posición que defienden aquellos que apoyan la filantropía para explicar el sentido de las actividades de la empresa. Si bien existen organizaciones formales que no tienen la finalidad de distribuir dividendos y que únicamente se encargan de promover el bien social (organizaciones no gubernamentales), no son ellas el objeto de esta mención. Nos referimos a empresas privadas, autogobernadas, cuya función primordial parece ser obtener una rentabilidad económica, para lo que utilizan la puesta en práctica de distintos tipos de acciones sociales que propicien una buena imagen corporativa, es decir, entendiendo la acción social al servicio de las estrategias de marketing. En el capítulo siete exponemos las implicaciones de este enfoque que llamamos filantrópico.
En el capítulo octavo, mostramos las aportaciones del modelo antropológico propuesto por Rafael Termes y las implicaciones de la responsabilidad en el liderazgo. En el ámbito del trabajo, en el entramado de las relaciones humanas en el mundo laboral y profesional, se da un caldo de cultivo excepcional para actuar moralmente y garantizar los mejores resultados para la persona y para la organización con base en los fundamentos de una antropología que defiende el valor de la persona como ser racional y libre.
A lo largo de la historia, hemos conocido distintos planteamientos respecto a la optimización de los procesos productivos, de la administración del trabajo (Taylor, Mayo) e incluso de los modos y maneras de lograr que las personas se sientan motivadas para ofrecer a la empresa una mayor productividad (Maslow, McClelland, Herzberg, Schein). Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones ha primado el punto de vista del valor añadido que con todo ello obtiene la empresa o el empresario, sin analizar las consecuencias