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Cuanto más profundo sea el cambio, más fuerte será la respuesta del ego (es cuando hablamos de sobreactivación del ego). Esto no se da cuando el cambio supone una mejora y, de alguna forma, la desaparición o transformación de elementos de la realidad que no nos hacen felices.

      Si pasamos rápidamente de cobrar mil euros al mes a cobrar seis mil, tal vez entenderé este cambio como un cambio profundo, inesperado y positivo. Hará que pueda cambiar varias cosas en mi vida. La casa, si estoy deseando una casa más grande o en un barrio más bonito. Podré comprarme un coche, si es que necesito uno o quiero tirar el viejo. Podré permitirme cenar en aquel restaurante que hasta hoy era demasiado caro, viajar más, sentirme más seguro, sentirme orgulloso, hacer donaciones de dinero más generosas, etc..

      Es decir, será un cambio que en línea general no genera dolor, todo lo contrario: podría generar placer, satisfacción y eventualmente felicidad (cuando contemple acciones de dar y de compartir). Es un cambio que proviene de nuestra decisión y que supone (supuestas) mejoras en la vida.

      Sí que se sobreactivará cuando haya un duelo, entendiendo el duelo como un proceso de adaptación a una nueva realidad en la cual hemos perdido algo importante que teníamos antes de la pérdida: la muerte de un ser querido, la separación de una pareja o la pérdida de una parte del cuerpo (amputación de un brazo) o de su funcionalidad (ceguera), la pérdida del trabajo, de una amistad…

      Dolor

      Se sobreactiva cuando algo produce dolor

      El sistema se protege siempre (o casi) del dolor. Si algo duele, el sistema intenta rechazarlo. Tanto si duele físicamente como emocionalmente, hará todo lo posible para que no sintamos dolor.

      En caso de dolor físico el cuerpo produce adrenalina. Lo mismo pasa a nivel emocional, con la diferencia que para mantener la adrenalina en circulación se produce rabia, una emoción a la cual le encanta pasear con la adrenalina. Más tarde veremos que, en el triángulo, cuando la víctima se transforma en verdugo lo hace adoptando la emoción de la rabia que de algún modo va a eclipsar la emoción sufrimiento/tristeza. Así pues, solo percibiremos la rabia.

      Los looping frames

      El ego se sobreactiva cuando reconoce en la realidad una memoria de dolor

      El looping frame (looping= que se repite hasta el infinito; frame= término inglés que se traduce por fotograma, es decir, cada una de las imágenes instantáneas en las que se divide una película de cine) es una memoria de dolor que se repite continuamente y que no deja escapar a la emoción que está atrapada en aquella memoria.

      Cuando vivimos un evento traumático, el recuerdo se empapa de la emoción que hemos sentido durante el mismo suceso.

      Es como si se tratara de un breve vídeo que se repite hasta el infinito dentro de un breve marco temporal y siempre con la misma emoción. Por eso looping frame, porque es como si fueran unos cuantos fotogramas que se repiten ad infinitum. Se repiten sin solución de continuidad para mantenerse vivos y activos.

      Cuando el ego reconoce en la realidad una situación parecida a la que se repite en el looping frame, activa la emoción atrapada y activa el ego para que nos defienda de la situación (potencialmente peligrosa) del presente.

        Ejemplo: cuando Laia era pequeña, su padre a menudo gritaba y la trataba mal. Ahora que es adulta, huye de todo tipo de situación en la cual haya gritos, porque la hacen sentir incómoda. Su pareja, que es una persona muy tranquila, le habla con respeto y buena educación, pero a la mínima que se eleva su tono de voz, Laia se va a otra habitación y se niega a hablar más.

      Un looping frame activo puede hacernos la vida imposible porque produce y mantiene un estado de alerta continuo (ansiedad) que acaba con nuestra energía y nos vuelve cada vez más sensibles.

      Las emociones: para qué sirven

      Las emociones son respuestas psicofisiológicas que nacen de nuestra interacción con los estímulos que se dan en nuestra experiencia de vida. Sirven para hacernos sobrevivir. El asco, por ejemplo, es útil a la hora de alejarnos de algo en el suelo que no debemos comer ni tocar. El miedo puede ser útil porque nos avisa de que una situación podría ser potencialmente peligrosa. La alegría nos indica que lo que estamos viviendo es bueno para nosotros y nos hace sentir bien.

      Las emociones tienen una clara misión: avisarnos de por qué nos aparecen, del por qué vienen a visitarnos. Cuando les permitimos expresar claramente por qué han venido a vernos, ya no necesitan quedarse y se van. Sin embargo, cuando no les permitimos hacerlo suelen quedarse, esperando que le prestemos atención.

      “Las emociones tienen una clara misión: avisarnos de por qué nos aparecen, del por qué vienen a visitarnos”.

      Pueden quedarse atrapadas en los músculos o en algún tejido, cerca de donde estén, generando tensión, malestar y enfermedades. Así pues, simplificando, podríamos imaginar algunas acumularse alrededor del cuello (produciendo tortícolis), otras en el estómago (causando gastritis), otras en el cerebro (produciendo migraña), en el intestino (causando diarrea, hemorroides, enfermedad de Chron), en la piel (causando dermatitis, psoriasis).

      Cuándo se bloquean

      Más allá de los momentos en los que no queremos escuchar las emociones porque no podemos o por nuestro estilo de vida ajetreado, hay dos situaciones especiales en las que las emociones se bloquean y no logran moverse.

      Traumas

      La primera es cuando se produce un trauma, que tiene lugar cuando se da un acontecimiento inesperado ante el cual no estamos preparados para reaccionar y nos causa sufrimiento. No es tanto el acontecimiento en sí sino cómo reaccionamos ante él: no van a tener la misma respuesta emocional frente a un hombre armado con un cuchillo un policía profesional y un niño de 10 años.

      Cuando un trauma es fuerte se produce un looping frame. Para liberar la emoción hay que trabajar directamente el looping frame.

        Raquel sufrió abusos por parte de la pareja de su madre, de los nueve a los doce años. Luego logró encontrar el modo de escapar de él. A partir de aquel momento empezó a tener fuertes náuseas cada vez que tenía que relacionarse con su madre: lo que no le había contado (y que no era posible digerir) gritaba atención desde el estómago.

        Esta misma náusea se representaba además cada vez que Raquel empezaba a abrirse emocional y físicamente a otros hombres.

      Looping frames

      En ocasiones el looping frame ya existe y se van viviendo situaciones parecidas una y otra vez, de manera que se acumulan muchas emociones en el tiempo solo porque hay una memoria de dolor activa.

        Ejemplo: Mario estaba presente cuando un vagón del metro sufrió un accidente, hace dos años. Se produjo un incendio mientras el tren estaba en un túnel. Se escucharon explosiones, todos pensaron en un ataque terrorista. A los pocos segundos empezó a verse humo en los vagones. En cuanto el tren llegó a la parada, las puertas se abrieron y cientos de personas salieron corriendo afuera, gritando. No pasó nada grave, nadie resultó herido. Solamente fue un problema técnico que causó mucho miedo. Cuando Mario vivió aquella experiencia se creó un ‘looping frame’. Después de dos años, cuando Mario está en el metro y oye un ruido raro se activa en él una alarma, se pone ansioso y atento, a la espera de más ruidos, y le vienen a la memoria las imágenes de aquel día de dos años atrás (el ‘looping frame’ se activa porque reconoce algo parecido en la realidad del presente). Su miedo se hace siempre más grande y subir al metro se está convirtiendo en una pesadilla.

      También en este caso hay que trabajar con el looping frame original

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