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      Esto puso de manifiesto una imagen carente de equilibrio entre su discurso y su comunicación no verbal.

      La imagen personal tiene una poderosa influencia a la hora de relacionarnos, de postularnos para un trabajo, al momento de ser aceptados o rechazados.

      Treinta segundos son suficientes para proyectar o no una primera buena impresión.

      En ciertas ocasiones, nos acercamos o nos alejamos unos de otros sin haber emitido una sola palabra.

      En el ámbito laboral, la apariencia que presentamos juega un papel fundamental en nuestro desarrollo profesional.

      La “primera impresión” parece ser la que realmente cuenta en las relaciones interpersonales, según un estudio realizado por dos investigadores norteamericanos, Michael Sunnafrank, de la Universidad de Minnesota, y Artemio Ramírez, de la Universidad de Ohio, publicado en el Journal of Social and Personal Relationships.

      Lo que la investigación demuestra es que, con respecto a la percepción de los demás, la opinión sobre nuestra idoneidad profesional se decide en cuestión de minutos, no de días.

      Los expertos consideran que es importante para las organizaciones crear una buena imagen institucional; por eso, a la hora de elegir a sus colaboradores se tienen en cuenta la imagen y su estilo personal.

      Por supuesto que este aspecto es tan importante como su talento y sus aptitudes, pero la imagen que proyectamos quizás sea un área al que no le prestamos mayor atención y que se debe tener muy presente, ya que lo primero que percibimos de los demás es el aspecto exterior.

      La clave sería lograr un equilibrio acertado entre el atractivo personal y la excelencia profesional.

      Llevar la vestimenta “apropiada” para cada momento y contexto actúa como un signo de implicación en ello, y la persona que no se ajuste a los códigos de vestimenta que son requeridos para cada evento social puede resultar excluida de un modo sutil.

      Con el fin de abordar el concepto “Imagen Personal” más profundamente, comencemos por definir:

       ¿Qué significa la palabra Imagen?

      Según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra imagen viene del latín imago, quiere decir representación, figura, ícono.

      Imagen es la representación mental de algo o alguien.

      Se refiere a todos aquellos juicios, ideas, percepciones que tenemos sobre la apariencia visible de las personas y los objetos.

      A su vez, la palabra persona etimológicamente deriva del latín “personare” y quiere decir “sonar a través de”, mientras que en griego “proposón” significa máscara, aludiendo a las que llevaban los actores en la antigua Grecia para representar determinados personajes.

      Entonces podemos definir la Imagen Personal como:

       Es el conjunto de recursos, atributos, características,

       aptitudes, actitudes que proyectamos y que los demás perciben de nosotros.

       Hace referencia al conjunto de percepciones emocionales y racionales que se asocian a las personas, los objetos, las marcas y las empresas con un alto componente de subjetividad.

      En la construcción de la Imagen Personal se observan dos grandes aspectos: La imagen interna y la imagen externa.

       La Imagen Interna

      Se compone por todas aquellas características de nuestra personalidad que dan como resultado un modo concreto y único de Ser, sentir y actuar.

      Hace referencia a los atributos de nuestra singularidad que nos definen y nos permiten diferenciarnos de los demás.

      La imagen interna constantemente se va desarrollando y va evolucionando con las experiencias y vivencias que atravesamos.

      La imagen interna y la imagen externa se deben apoyar una a la otra.

      No nos sirve de nada elaborar sólo la imagen exterior si no existe una personalidad que pueda sostenerla.

       AUTOESTIMA

       ¿Cómo te ves?

      Autoestima significa quererse, cuidarse, aceptarse, respetarse, comprenderse.

      La autoestima es la capacidad que tenemos de valorarnos, aceptarnos y sentirnos satisfechas con nosotras mismas.

      Es un conjunto de creencias, valores y percepciones que tenemos sobre nuestra persona y las capacidades con las que contamos.

      Las creencias que provienen de nuestras experiencias de vida y de la valoración positiva que hacemos de nuestros recursos, son fundamentales para poder desarrollarnos de manera saludable.

      La autoestima sana significa sentirse bien con una misma, emitir lo que se piensa, defender lo que se desea, independientemente de la mirada de los demás.

      Aprendemos a valoramos sin que las opiniones ajenas nos hagan cambiar nuestros objetivos y nuestra sensación de satisfacción hacia nuestra persona.

      Una persona con una sana autoestima reconoce el valor que cada persona tiene por sí misma, más allá de la apariencia personal, las capacidades o incapacidades que posee, las virtudes o los defectos que tiene, los aciertos y también los errores que haya cometido en su trayectoria de vida.

      Una acertada autoevaluación incluye el conocimiento de nuestras fortalezas y también de nuestras debilidades.

      La autoaceptación implica reconocer todas las partes de uno mismo como una forma particular de ser, sentir y actuar.

      En primera instancia, tenemos que empezar por aceptarnos como esencialmente somos, luego encontraremos tiempo y opciones para mejorar nuestra imagen personal y potenciar los atributos naturales que tenemos.

      Cuando frente a un desafío sentimos que podemos con él, florece nuestra fuerza interior y encontramos las herramientas para actuar con creatividad y entusiasmo.

      La autoestima es el pilar básico del bienestar personal, el cimiento de la confianza.

      Comenzaremos con la aceptación de la forma que tiene nuestro cuerpo, y esta actitud irá transformando la manera en la que nos vemos.

      De esta manera, cuando empezamos a aceptarnos tal como somos, el cambio personal se pone en marcha y comienza a funcionar.

      En lugar de desear modificar nuestra imagen inmediatamente, analizaremos primero quiénes y cómo somos y qué es lo que específicamente queremos mejorar.

      La imagen personal refleja nuestras particularidades físicas y las características únicas de nuestra personalidad, transmitiendo además cómo nos queremos y cuidamos.

      La imagen no es estática sino dinámica, la vamos creando constantemente a medida que crecemos, maduramos y, junto con la actitud se pueden transformar.

      Fortalecer la autoestima es esencial para lograr una belleza integral y duradera.

      Sentirnos atractivas acrecienta nuestra autoestima. No podemos querernos si no tenemos clara nuestra Identidad y nos sentimos a gusto con ella.

      Mientras la moda es un juego creativo de volúmenes, colores y texturas sobre la superficie corporal, nuestra imagen personal revelará la magia que existe en nuestra interioridad.

      Trabajar al mismo tiempo sobre el desarrollo de la personalidad y el aspecto físico son detalles a tener en cuenta para la construcción de una Imagen personal que cautive.

      Anímate a identificarte como una mujer atractiva, única, llena de valor y segura de sí misma.

      Ama tu Identidad. Solo así podrás mostrarte tal y como eres.

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