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mil excusas que te paren en el camino.

      La salud es una forma de vida y, ¿sabes una cosa?, que engancha. Porque no hay mejor sensación que velar por lo más valioso que tenemos. Porque las únicas personas capaces de cuidarnos por dentro somos nosotros mismos. Y, aun así, la mayoría de la población vive en países donde el sobrepeso y la obesidad se cobran más vidas que el hambre.

      Borra de la mente estas ideas: ¡Qué difícil es hacer dieta! ¡Qué difícil es no comer dulce! ¡Qué difícil es adelgazar! ¡Qué difícil es tener fuerza de voluntad! Porque a partir de ahora vas a cambiar el adjetivo y ¡facilitarte la vida saludable! Somos el resultado de nuestras acciones, así que, aprendamos a actuar.

      El paso más difícil, desde que llegamos al mundo, es el primero. Gateando se está de maravilla, pero al dar el primer paso nos invade el orgullo —¡supongo que a esa edad tan temprana los orgullosos son los padres!—. Al principio nos caemos repetidas veces, pero no queremos volver a gatear, el mundo es más bonito desde ahí arriba. Porque cuando aprendemos a caminar ganamos autonomía y, qué quieres que te diga, ¡cómo mola coger carrerilla! Así pues, esta constante se repite al iniciar el camino en la salud.

      Si estamos acostumbrados a la vida zombi, nos podemos sentir torpes al principio. La primera pregunta para dejar de comer como muertos vivientes y vivir la vida —saludable—es fácil: ¿por dónde empiezo? Para comenzar nuestra andada es importante saber por qué terreno estamos acostumbrados a caminar. Quiero que te respondas a esta cuestión:

      ¿PUEDO LLEVAR UNA VIDA MÁS SALUDABLE Y MENOS ZOMBI?

      Si estás leyendo este libro, lo más probable es que la respuesta sea afirmativa, pero no sabemos bien por qué o dónde comienza el problema. Para empezar a trabajar en tus hábitos de vida es importante chequear en qué cosas puedes mejorar. Qué cosas haces bien y qué mal. Por eso, vamos a recrear un día desde que nos levantamos hasta que nos metemos en la cama. ¿Qué opciones de las siguientes forman parte de tu vida cotidiana?

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      No hace falta llevar a cabo todos estos hábitos negativos zombis para considerar que llevamos una vida poco saludable. La causa de uno es la consecuencia del otro, y tan fácil es salir del bucle de los malos hábitos como entrar en el de los buenos. Todo depende de un eslabón y, a partir de él, todo estará controlado: el orden.

      Creo que la mejor forma de fomentar los hábitos positivos es seguir recreando las elecciones que hacemos en nuestra semana que tienen que ver con la alimentación. Por eso, durante estas líneas organizaremos nuestro plato y el menú de la semana, daremos un paseo por el súper y terminaremos el recorrido en nuestra cocina.

      MIS 10 HÁBITOS SALUDABLES

      Comparto contigo los 10 hábitos saludables que han mejorado mi vida; te comparto un trocito de mí para que conozcas mi motivación para ser saludable. Incorpora uno nuevo cada semana. En este libro voy a darte las herramientas para que sea muy sencillo.

      1. HABLARME BIEN A MÍ MISMA. ¿Cuál es tu motivación para ser saludable? Para mí, sentirme bien y alcanzar la mejor versión de mí misma, siempre desde el lenguaje positivo. Cuando comes bien y tienes una vida activa y organizada te sientes ágil y sana. Cuidarte es más fácil cuando la motivación no es perder peso, sino ganar calidad de vida.

      2. DISFRUTAR DE LA COMIDA Y COCINAR. Entra en la cocina, puedes hacer maravillas con muy pocos ingredientes. Alimentarse no es solo una necesidad básica, también es un placer. Por eso, la cocina es tu aliado para comer saludable. Uno de los atributos para tener habilidades en la cocina es la confianza en uno mismo a la hora de cocinar, así que te propongo un reto: elabora las recetas que te dejo al final del libro. Con cada plato que te salga rico, te sentirás más seguro para seguir cocinando.

      3. MI FRUTERO A LA VISTA Y SIEMPRE LLENO. El frutero es el rey de mi cocina. Cuantos más colores, mejor. Me alegran la vista y el estómago. Cuando tengo ganas de picotear, veo mis suplementos de vitaminas en formato de fruta. Hay tantas y con tantos sabores que es imposible no comerla.

      4. COMER VERDURAS TODOS LOS DÍAS. Si eres de las personas que piensan que comer sano es aburrido, tienes que cambiar la perspectiva desde este momento. Comer verduras es un chute de vitalidad para el cuerpo. Atrévete a mezclar ingredientes, anímate con las especias, inspírate con recetas de cocina como las que te dejo en este libro y disfruta de comer sano.

      5. COCINAR LOS TUPPERS DE LA SEMANA. El reloj a veces va muy rápido, no nos organizamos bien y no nos da tiempo a cocinar. Comemos algo sin pensar y seguimos trabajando. Qué flaco favor nos hacemos. Tan importante es el tiempo que dedicamos al trabajo como el que nos dedicamos a nosotros mismos. Comer bien es básico para sentirnos saludables, por eso, dedica dos horas de la semana a cocinarte los tuppers para tener siempre comida saludable y casera a un golpe de nevera.

      6. DEDICAR TIEMPO A IR A LA COMPRA. La organización es uno de los pilares de la vida saludable. Planificar tu menú semanal para asegurarte de que estás comiendo de forma variada es muy útil. Además, ¡no tienes que pensar cada día qué receta vas a tener que hacer!

      7. APARCAR EL COCHE Y ATARME LAS DEPORTIVAS. Este punto me encanta. Si vives en un pueblo o en el centro de una ciudad, seguro que ya lo haces: ir caminando a trabajar y a hacer recados. Muchas veces se tarda lo mismo en transporte público que andando, como sumo diez minutos más. Es un pequeño hábito que nos cambia la vida.

      8. TENER UNA VIDA SOCIAL ACTIVA. Hacer planes con la gente que queremos en una terraza tomando una caña está bien para el fin de semana, pero procura hacer otro tipo de planes más saludables. Ir a caminar, a patinar, a bailar, a hacer un pícnic en el campo, a un museo o a pasear por la ciudad. Actividades que también impliquen movernos.

      9. RUTINA DE NOCHE Y DESCANSO. Dormir bien es fundamental para regular nuestras hormonas. Yo intento desconectar del trabajo y reducir el uso del móvil como mínimo dos horas antes de irme a la cama. Utilizo la cena como momento para compartir, desconectar y disfrutar de la comida. Entre semana me marco una hora para ir a dormir y me levanto a la misma hora, asegurándome que duermo regularmente entre siete y ocho diarias

      10. HACER EL DEPORTE QUE ME GUSTA. Me encanta salir a correr y sentirme ligera. He intentado muchas veces ir al gimnasio y no he tenido la fuerza de voluntad porque no me gusta. Sin embargo, correr me hace disfrutar. Encuentra el deporte que más te atraiga para que hacerlo te resulte sencillo. Puede ser bailar, caminar, pilates, yoga, bicicleta, natación…

      NI BEBER AGUA ENGORDA NI COMER LIGHT ADELGAZA.

      LOS MITOS DE LA ALIMENTACIÓN QUE NO SE PLANTEA UN ZOMBI

      Una característica de los zombis es que carecen de capacidad de comunicación y no se informan en condiciones, por eso, el siguiente paso para saber si hacemos las cosas bien es saber qué es cierto y qué no. Qué es saludable y qué no. Alejarnos de la desinformación y resetearnos.

      Para dejar de deambular entre tantos mensajes, es necesario desmontar algunos mitos. Las redes sociales son una gran herramienta de comunicación si son utilizadas con responsabilidad. Y cuando a salud se refiere, deben primar la fiabilidad y calidad del contenido. Sin embargo, a veces desinforman y suponen un obstáculo en nuestro camino. Que levante la mano quien haya oído cosas como las que señalo a continuación. ¡Todas son falsas!

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      Imagen 06 EL PAN ENGORDA

      El pan es un alimento formado, principalmente, por hidratos de carbono. Un macronutriente que tiene como función aportarnos energía, así como almacenarla. Es la gasolina del cuerpo y por ello, del 100 por 100 de nuestra batería diaria, el 55 o 60 por 100 deben aportarla los hidratos de

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