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que tenga a disposición información actual de este tipo de estudios. Disciplinarmente, el libro está pensado desde la Psicología con la participación interdisciplinar de la biología y la economía.

      El propósito de este libro es hacer difusión del conocimiento, dar a conocer los resultados del estudio, dejar la investigación al alcance de todas aquellas personas que estén interesadas en conocerla y seguirla problematizando. En ningún momento intenta abrir una discusión en torno a asuntos de género; no pretende mostrar resultados definitivos al tema que se desarrolla, sino seguir aportando datos a la discusión. Tampoco busca hacer aportes a la biología o a la economía, sino que se sirve de estas disciplinas para integrar conceptos, abrir líneas de discusión y acercarse a fenómenos del comportamiento que solo sería posible comprender con su participación. Los hechos y comportamientos sociales requieren del diálogo de las áreas del conocimiento, intentar dar respuesta a problemas sociales desde un solo lugar podría llevar al hombre a contemplar sombras y no romper el velo que cubre lo real.

      Para finalizar, la estructura del libro sigue el modelo de difusión científica, desarrollado a través de capítulos, a saber: problema, estado del arte, marco conceptual, metodología, resultados, discusión y conclusiones. Dicha secuencia permite llevar al lector por un camino lógico y crítico que inicia con un problema materializado en una pregunta y termina con unas conclusiones que dan cuenta de los logros obtenidos y los retos futuros que se abren (ver Figura 1).

      Estructura del libro.

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      Las hormonas y la toma de decisiones son los puntos de referencia sobre los que gira la investigación que se presenta en este libro. Las hormonas cumplen una función vital en el ser humano. El hipotálamo y la glándula pituitaria son las encargadas de controlar y permitir la interacción entre el sistema nervioso y endocrino. Las hormonas controlan el ambiente interno del cuerpo, la respiración, la reproducción celular, los líquidos corporales y la secreción de otras hormonas; regulan los ciclos reproductivos, así como el crecimiento y el desarrollo; además, participan en el control de algunos patrones comportamentales (Rizzo, 2011), tales como: la conducta parental y social, la agresividad, la territorialidad, la ingesta, y las relaciones de pareja (Redolar & Tobeña, 2014); la posición desafiante y los comportamientos riesgosos (S. J. Stanton, 2017); el aprendizaje, la memoria y la cognición espacial (A. A. Stanton, 2010).

      La toma de decisiones también tiene un papel importante en el comportamiento humano. Desde que despertamos nos enfrentamos a elecciones que cubren necesidades básicas como comer y beber, o de orden superior, como organizar la presentación de un tema para el trabajo o estudio. Las decisiones comprenden una serie de procesos de evaluación y ponderación de los costos y beneficios a corto y largo plazo. Muchas de ellas se toman de una manera intuitiva o automática sin mayor desgaste ni control voluntario, mientras que otras consumen mayor energía, pasan por un proceso racional de manera organizada, secuencial y evaluando variables (Kahneman, 2011).

      Ahora bien, hablar de hormonas y toma de decisiones resulta ser muy amplio, por tal motivo solo nos enfocaremos en las decisiones económicas en los cambios hormonales de la mujer. Respecto a las hormonas, nos centraremos en dos: los estrógenos y la progesterona. Para dar cuenta de ellas, la investigación tomará como referencia las fases del ciclo menstrual, especialmente, la fase ovulatoria y la fase lútea. Aunque en ambas fases las hormonas están presentes, se diferencian en los niveles de concentración que alcanzan: cuando una de ellas está en una concentración alta, la otra lo está en una concentración baja. En la fase ovulatoria, por ejemplo, los niveles de concentración de estrógenos son más elevados que los de progesterona; mientras en la fase lútea ocurre lo contrario, los niveles de progesterona son más elevados que los estrógenos. La Figura 2 nos da un ejemplo de ello:

      Concentración de hormonas ováricas.

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      Respecto a las decisiones, de manera general y operativa, las entendemos como el proceso de elegir una opción entre dos o más alternativas dadas. Las decisiones de riesgo son aquellas donde el resultado solo afecta a la persona que elige; mientras que las decisiones sociales son aquellas donde el resultado afecta a un tercero (a otra persona o personas). En la Figura 3 se puede apreciar un ejemplo de este tipo de decisiones.

      Decisión de riesgo y decisión social.

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      Para desarrollar esta investigación, tal como se indicó en el prefacio, se ha estructurado este libro en siete capítulos. En el primer capítulo se aborda el problema, se justifica su importancia y se presenta la pregunta y objetivos de la investigación. En el segundo capítulo se desarrollan los antecedentes, o estado del arte, que permitirán un recorrido sobre el estado actual del tema. En el tercer capítulo se construye el marco teórico que servirá de referencia para la comprensión de los conceptos, su análisis y discusión de resultados. Los capítulos cuatro y cinco presentan el diseño metodológico y los resultados. En el sexto capítulo se discuten los resultados a la luz de trabajos anteriores. Por último, el capítulo siete cierra con las conclusiones, limitaciones y recomendaciones de este estudio. Bienvenido.

      Las cifras reveladas por el Banco Mundial (2015) indican que las mujeres deciden aproximadamente el 70% de las compras a nivel mundial. Para Brennan (2011), las mujeres se han convertido en los clientes potenciales del momento. Según lo narra la autora en su libro Por qué ella compra, las mujeres hacen la compra e influyen en el 80% de todas las ventas de productos de consumo en los Estados Unidos. En este país, por ejemplo, las mujeres gastan más de 100.000 millones de dólares anuales en ropa de moda (Seckler, 2005, citado en Durante, Griskevicius, Hill, Perilloux, & Li, 2011).

      De acuerdo con Misiego y de la Morena (2016) las mujeres compran en la red un 76% más que los hombres, son más usuarias de las redes sociales que ellos y lideran las compras relacionadas con ropa, moda (accesorios, maquillaje, servicios de belleza), decoración, alimentación, viajes y juguetes. En esta misma línea, el portal de noticias chileno El Mercurio On-Line (EMOL) informa que el 83% de las compras por internet hechas en Latinoamérica son influenciadas por la mujer. Ellas compran de manera más variada que los hombres: ellos se enfocan más en tecnología mientras que ellas se centran más en la salud, la belleza, la moda, los accesorios y el hogar. El 80% de las compradoras en América Latina, a través de internet, cuentan con estudios universitarios y se destacan en los siguientes porcentajes y rangos de edad: 42% (25 – 34 años), 25% (35 – 44 años) y 15% mayores de 45 años (EMOL, 2016).

      Para Nielsen (2016), compañía de información y medición del consumidor, la mujer colombiana consume un importante porcentaje de productos de salud y belleza en comparación con los hombres, siendo más alto el consumo en la ciudad de Medellín con un 30% más por trimestre que el promedio de los hogares en el resto del país (7,2%). Lo anterior es apoyado por EMOL (2016) al referir que las categorías que más compran las colombianas son salud y belleza.

      Para Burton, Netemeyer y Lichtenstein (1995), la mujer ha mostrado más interés y preocupación por la belleza y la apariencia a través del vestido, el cuidado por la piel y las restricciones alimentarias. Muchas de ellas gastan una cantidad superior a sus ingresos en ropa, joyas y accesorios de moda (Kim & Kim, 2004), pasan más tiempo en

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