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Hermanos de armas. Larrie D. Ferreiro
Читать онлайн.Название Hermanos de armas
Год выпуска 0
isbn 9788412221305
Автор произведения Larrie D. Ferreiro
Жанр Документальная литература
Серия Historia de España
Издательство Bookwire
49. Soulange-Bodin, A., 1894, 236-253.
50. Rain, P., 1945, 257.
51. d’Agay, F., 2011, vol. 2, 582.
52. Shy, J., 1998, 308.
53. Calloway, C., 2006, 12.
54. ANF Marine: B4 106, folio 144, 1763; B4 107, folio 92, 1764; B4, folio 4, 1766. Véase también Lacour-Gayet, G., op. cit., 415 y Van Tyne, C. H., 1925, 24-26.
55. Anderson, F., op. cit., 641-651, 664-676. Mi agradecimiento también a Michael Crawford por su conocimiento de las características de los impuestos coloniales.
56. PGW, vol. 7, 458-459.
57. «Journal of a French Traveller in the Colonies, 1765»; Beatty, J., 2011. El diario anónimo se descubrió en los archivos parisinos de la Marina francesa a principios del siglo XX, pero hasta 2011 no se supo que el viajero era Charles Murray, gracias a una labor detectivesca especialmente brillante de Joshua Beatty.
58. Perrault, G., op. cit., vol. 3, 241-247; Kapp, F., 1884, 46-73; Zucker, A. E., 1966, 65-79.
59. Kapp, F., ibid., 288.
60. Calloway, C. G., op. cit., 57-61, 164.
61. Raab, J. W., 2008, 7-92.
62. Vid. Imbeault, S., Vaugeois, D. y Veyssière, L., 2013.
63. Cummins, L. T., 1991, 6-26.
64. Ibid., 22-24. Acerca del servicio de Surriret en la milicia (donde su nombre aparece a veces como Juan Suriray) vid. Churchill, C. R., 1925, vol. 1, 49, 93, 96, 114, 121, 123, 130; vol. 2, 326.
65. Adams, J., 1850-1856, vol. 2, 323.
66. Skemp, S. L., 2013, XI.
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* N. del T.: El Grand Tour era un viaje por Europa que emprendían jóvenes aristócratas –principalmente británicos, pero también de otros países– como parte de su educación y que fue costumbre desde mediados del siglo XVII. Se consideraba obligatorio el paso por Francia y sobre todo por Italia.
** N. de. T.: Saint-Domingue, o Santo Domingo francés, era la colonia francesa situada en la parte oriental de la isla de La Española o Santo Domingo. Una vez independiente, pasó a denominarse Haití.
*** N. del T.: La denominación exacta inglesa, empleada por el autor, es «French and Indian War», lit. «Guerra Francesa e India».
**** N. del T.: La canción es Rule, Britannia!, cuyo verso más conocido es: «Rule, Britannia!, Britannia rule the waves!» [«¡Gobierna, Britania! ¡Britania gobierna las olas!»].
***** N. del T.: A lo largo de este volumen hemos optado por la forma moderna «Pensacola», pero la forma española por aquel tiempo era «Panzacola».
2
LOS COMERCIANTES
La insurrección americana de 1774 no fue la primera vez que el gobierno británico tuvo que sofocar una rebelión de sus ciudadanos. Una generación antes, el levantamiento jacobita de 1745 había intentado deponer al monarca e instalar en su lugar a un pretendiente escocés, Carlos Eduardo Estuardo. La rebelión terminó de modo rápido y violento en la batalla de Culloden, donde casi un tercio de los 7000 efectivos jacobitas murió, resultó herido o fue capturado.1 Gran Bretaña pensaba que una rápida y brutal imposición de las Leyes Coercitivas, que aislara y castigara a la colonia rebelde de Massachusetts, impediría la revolución general de las colonias.
El efecto fue justo el contrario. Las demás colonias, temerosas de que se les pudiera aplicar las mismas medidas, se pusieron de parte de Massachusetts y acordaron la reunión del Primer Congreso Continental, para demostrar así que eran capaces de actuar al unísono contra el adversario común, el Parlamento.2 Los delegados aún creían en un futuro como parte del Imperio británico, pero a partir de ahora tendría que ser según sus condiciones. Condenaron las Leyes Coercitivas como anticonstitucionales y prepararon un listado de agravios para enviárselo al rey Jorge III. Respaldaron la fuerza de sus resoluciones con la aprobación de la creación de milicias locales con las que resistir los posibles intentos ulteriores de imposición de las citadas leyes y ejercieron presión económica mediante la aplicación de un boicot contra todo el comercio con Gran Bretaña y sus colonias del Caribe. Cuando los delegados abandonaron Filadelfia, en octubre de 1774, acordaron volver a reunirse en mayo del año siguiente si sus quejas no se habían satisfecho para entonces.
El reclutamiento, organización y equipamiento de las milicias iba a recaer bajo la autoridad de comités de Seguridad [Safety Committee] y de Suministros [Supplies Committee] que se nombrarían en cada colonia. Pronto se hizo evidente que una cosa era alistar hombres en la milicia y otra muy distinta equiparlos con armas, munición y pólvora. En las trece colonias las armas de fuego personales eran de una gran variedad de tipos y calibres. Algunos mosquetes de ánima lisa comprados al Ejército británico durante la Guerra de los Siete Años (en general, mosquetes del modelo terrestre «Brown Bess» y calibre de 0,75 pulgadas); otras, escopetas de perdigones empleadas sobre todo para pequeños juegos y (en especial en la frontera de los Apalaches) unos pocos rifles de ánima rayada en espiral, de carga más lenta. El Comité de Seguridad de Pensilvania, por ejemplo, descubrió que algunas compañías de milicias necesitaban siete tipos distintos de munición.3
Además, cierto número de los voluntarios de las milicias llegaba a alistarse sin llevar arma alguna.4 Aunque al menos la mitad de los propietarios de las colonias tenía armas, algunos milicianos las dejaban en sus casas,