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en la necesidad de desescolarizar la cultura y no solo en salir de las escuelas. Con esto se refería a la pertinencia de crear nuevas relaciones entre los seres humanos y el ambiente con el fin de desmantelar estructuras de pensamiento que se pueden replicar a pesar de no estar participando activamente en las escuelas. Advertía que muchos espacios que pretenden promover el aprendizaje libre o la educación alternativa (incluso las familias que educan en casa) pueden reproducir y perpetuar un pensamiento escolarizado por medio de promover certificaciones, evaluaciones, horarios determinados y contenidos de aprendizaje impuestos.

      Conforme avanzó en su análisis, el llamado de Illich fue más fuerte e insistió en la pertinencia de alternativas que no replicaran una enseñanza basada en criterios establecidos de forma jerárquica, sino en espacios libres de toda estructura previa que permitieran que cada quien pudiera determinar qué, cómo y cuándo aprender. También insistió en quitarle el monopolio del conocimiento a la escuela, transformando los espacios y las situaciones cotidianas en oportunidades de aprendizaje.

      Por su parte, Holt elaboró un discurso sobre la posibilidad de crear sociedades en las cuales las personas, independientemente de su edad, sexo y raza, puedan trabajar en aquello en lo que están interesadas. Esto se lograría construyendo espacios que generen un ambiente en el que todos y todas puedan pronunciar sus deseos, y niños y niñas puedan escapar de la educación impuesta y escolarizada, ayudándolos así a habitar espacios libres, dignos y seguros.

      La relevancia del trabajo de Holt radica en que no solamente teorizó sobre otras formas de aprender, sino que acompañó a lo largo de su vida a familias en Estados Unidos que consideraban que la oferta educativa no era pertinente para sus hijos e hijas. En conjunto lograron incidir en las leyes de ese país para que se legalizara la posibilidad de aprender sin escuelas. Esto sucedió en el periodo en que publicó la revista Creciendo sin escuela, que se editó entre 1977 y 1985.

      Holt revaloriza las capacidades natas de los seres humanos para aprender desde el nacimiento y lucha contra la certeza de que la educación, el aprendizaje planificado y con propósito, debe estar separado de la vida. Además, afirma que la educación es algo que surge de los otros con la intención de moldear y definir qué se debe aprender, cuando lo realmente importante es que cada individuo pueda ser responsable de su propio aprendizaje. En pocas palabras, Holt sostiene que su preocupación no es mejorar la educación sino eliminarla y con ello poner fin al feo y antihumano negocio de dar forma a la gente, para dejar que las propias personas se formen a sí mismas.

      En conjunto, las aportaciones teóricas de Illich y Holt sobre la desescolarización contribuyen a clarificar los conceptos sobre educación y escolarización, además de que su posicionamiento ayuda a conocer las fases ocultas que están presentes en cualquier proceso educativo.

      Por otro lado, ambos posicionan a la desescolarización más allá de la educación, la enseñanza y la pedagogía. Con esto, lo que se proponen es dejar de buscar acciones pedagógicas, métodos y técnicas estructuradas que permitan organizar proyectos educativos desde una lógica planificada. Por el contrario, su objetivo es ir en otra vía no hegemónica ni institucional, ya que estos espacios amenazan de manera directa el aprendizaje al encausar a niños, niñas y jóvenes a depender de información programada, eliminando la posibilidad de que sean ellos mismos quienes determinen y generen sus propios medios de aprendizaje de acuerdo a sus intereses, capacidades y contextos de vida.

      Para concluir

      Por lo previamente dicho, pongo sobre la mesa que desescolarizar y hacer homescholing, unschooling, worldschooling o flexischooling son posturas distintas, ya que la desescolarización va más allá de representar una forma de aprender. Desescolarizar engloba una postura política que busca autonomía para aprender, sanar, comer y habitar sin instituciones de por medio.En cambio, las otras prácticas mencionadas hacen parte de la educación alternativa, es decir, tienen un enfoque hacia lo pedagógico e implican ciertas rupturas con la creencia de que solo se puede aprender dentro de la escuela, pero continúan teniendo referencias y expectativas de modelos educativos diversos.

      Con esto no deseo juzgar ni valorar qué forma de aprendizaje es mejor o más adecuada, ya que esto depende completamente del contexto de cada niño, niña y joven en lo particular, y de cada familia en lo general. Mi intención es aportar elementos teóricos que permitan reconocer las diversas

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