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Turbulencias y otras complejidades, tomo I. Carlos Eduardo Maldonado Castañeda
Читать онлайн.Название Turbulencias y otras complejidades, tomo I
Год выпуска 0
isbn 9789587391701
Автор произведения Carlos Eduardo Maldonado Castañeda
Жанр Документальная литература
Издательство Bookwire
Padre del concepto de la “aldea global”, el vórtice de todo su pensamiento es justamente ese: la idea de que, hoy por hoy (lo dice en 1967), lo importante ya no es el mensaje por sí mismo, sino el canal a través del cual se difunde el mensaje. La credibilidad, la atención y el impacto de una noticia o un texto cualquiera se mide no tanto por lo dicho, sino por el medio a través del cual se difunde. Eso: el medio es el mensaje.
Esto vale desde el mundo de las noticias (cnn en Estados Unidos o Globo en Brasil, El Universal en México, El Mercurio en Chile y así sucesivamente) hasta el mundo de la academia y la ciencia. Más vale decir algo en un medio prestigioso, popular y de alto impacto que en uno secundario, marginal y alternativo, por ejemplo.
Es lo que a su manera Thomas Kuhn designa justamente como la ciencia normal. La ciencia normal –que lo que hace es normalizar a los seres humanos– se caracteriza porque tiene sus propios canales de expresión y difusión, hasta el punto de que lo que el Gran Medio dice que es, eso es la Realidad. O la Verdad.
Así, al decir de McLuhan en otro de sus trabajos, los medios constituyen la extensión misma de los seres humanos (Understanding Media:The extensions of Man, de 1964). En general, la obra de McLuhan bien merece una segunda mirada. Pero no es ese nuestro interés principal aquí.
Lo cierto es que, mucho antes de la era de las “posverdades”, los “hechos alternativos” y las guerras de quinta generación (igual a las guerras en curso alrededor del mundo: Venezuela, Irán, Yemen, etc.), McLuhan anticipa con lucidez y clarividencia el núcleo del mundo que se proyecta hasta nuestros días: algo merece mejor credibilidad en función del canal o el medio que publica lo que se dice y se quiere decir. Vivimos la era que el autor canadiense designa como “del cliché al arquetipo” (1970).
Los académicos son los primeros prisioneros de este proceso de normalización de la inteligencia. Para los gestores del conocimiento (knowledge management) lo importante es que los académicos publiquen en medios de “alto impacto” y no lo que los académicos mismo dicen, piensan o publican. Como si la “verdad” prefiriera un canal de expresión mejor que otro.
Contra esta política generalizada y condicionada por la cienciometría, existe un movimiento creciente entre investigadores, científicos y pensadores que sostiene exactamente lo contrario. Lo importante no es el medio de la publicación, sino lo publicado mismo.
Esto le abre las puertas de par en par a la vitalidad del conocimiento antes que a su anquilosamiento y formalización. Juan es interesante por lo que dice e incluso por la forma cómo lo dice, no por el medio o el canal que emplea para decirlo. Radicalizando su idea originaria, McLuhan lo sostiene: el medio es el mensaje (1967), un estudio concienzudo acerca de la importancia de los efectos. Y tratándose de efectos, lo normal es el medio, no el contenido mismo.
De manera significativa, cabe recordar que la inmensa mayoría de artículos científicos (papers) que han implicado inflexiones importantes en la historia de la ciencia nunca se publicaron en revistas 1A. Por el contrario, en revistas, dicho hoy, tipo B o C. Un dato importante de historia de la ciencia con claras consecuencias de tipo, al mismo tiempo sociológico y político.
Lo que se encuentra en entredicho es toda la historia de la cultura en sentido amplio y, con ella, todo el capitalismo académico y el capitalismo intelectual. Paradójicamente, a raíz de un pensador –M. McLuhan– que no fue precisamente un liberal y mucho menos un izquierdista en cualquier acepción de la vida. Todo lo contrario.
¡Vale recordar que las más importantes casas de revistas científicas y académicas son empresas privadas que ganan ingentes sumas con esas revistas! Elsevier, Science Direct, Hindawi. Medios que terminan siendo el mensaje mismo. Como se observa, hay un problema serio.
Los gestores del conocimiento nunca han sido científicos o académicos por definición. Justamente por eso hacen gestión. Ministros, rectores, decanos, por ejemplo. Que son quienes promueven altamente la idea de publicar en medios de “alto impacto”. Como si, para decirlo en términos de Perú o de Colombia, El Comercio o El Tiempo no estuvieran interesados, no construyeran noticias y no sirvieran a intereses claramente preestablecidos, por ejemplo.
Sistémicamente cabe decir que lo que acontece en el plano de los medios de comunicación masivos ocurre análogamente en el plano de la ciencia y la filosofía. El medio termina siendo más determinante que lo pensado o dicho. Sin olvidar que en las guerras de quinta generación, la guerra psicológica y la guerra informacional constituyen ejes centrales además de la guerra económica, la política y la propiamente militar.
De aquí la importancia: (a) en un plano, de los medios de comunicación alternativos, y (b) en otro plano, de revistas y medios no convencionales para la publicación de reportes, informes, discusiones y artículos.
Para una sana inteligencia, lo que dice Pedro es bastante más significativo que el canal que elige Pedro, siempre que Pedro diga cosas inteligentes y críticas, novedosas y sensibles. ¿El medio es el mensaje? Sí, para todos aquellos que son normales. Sin olvidar la obra cumbre de ese filósofo argentino, José Ingenieros: El hombre mediocre. Pero para ello necesitamos de otro espacio más amplio.
¿Qué dice la ecuación Navier-Stokes?
En el año 2000, el prestigioso Instituto Clay –Clay Mathematics Institute– logró reunir el consenso de toda la comunidad de matemáticos alrededor del mundo acerca de los problemas fundamentales –digamos “últimos”– de las matemáticas. Fundado en 1998 como un instituto privado, presentó en Junio del 2000, en el Collège de France (París), el conjunto de los problemas matemáticos más importantes sin resolver y de los cuales depende la comprensión fundamental del universo y la realidad.
Los Problemas del Milenio reunidos fueron siete. Sin embargo, muy pronto uno de ellos fue resuelto por el genio matemático ruso G. Perelman. El instituto estatuyó un premio de un millón de dólares a quienes lograran resolver los problemas mencionados. En una serie discontinua de distintos artículos presentaré el significado de cada uno de los problemas mencionados.
Uno de ellos es la ecuación de Navier-Stokes (N-S). Esta ecuación es una variación de la segunda ley de Newton referida al movimiento de los fluidos. Por ejemplo, el clima, las corrientes oceánicas, las corrientes de aire y muchos otros fenómenos que interesan y afectan a numerosas ciencias, disciplinas y la ingeniería, por ejemplo. En consecuencia, la ecuación de Navier-Stokes se ocupa de sistemas o estructuras disipativas.
Las dinámicas de los fluidos son difíciles de entender y de explicar. Los fluidos son determinantes en las estructuras y procesos del planeta y del universo. Y, sin embargo, hasta la fecha no se sabe si existen soluciones a esas dinámicas y la comprensión es aún primitiva. En otras palabras: la comprensión fundamental en toda la historia de la humanidad ha sido acerca de estados. Carecemos, aún, de una teoría fundamental de procesos. La ecuación Navier-Stokes apunta en esta última dirección.
Los términos de la ecuación son, de un lado, una región de un fluido; y de otra parte, las fuerzas que actúan sobre esa región: específicamente, la presión, la tensión y las fuerzas internas de los cuerpos. Sobre esta base debe ser posible comprender cómo se mueven los fluidos. La dificultad estriba en que los fluidos tienen procesos y estructuras que no pueden plantearse en términos lineales o cuasilineales. Técnicamente dicho, la ecuación –o las ecuaciones– de N-S son ecuaciones diferenciales parciales no lineales. Tenemos ante nosotros, literalmente, un problema complejo.
Así las cosas, aquello que se encuentra en la base o en el horizonte de la ecuación de N-S son fenómenos y sistemas caracterizados por no linealidad, turbulencia, inestabilidad, velocidades relativas. Y, muy exactamente, los fluidos son fenómenos incompresibles.
El ingeniero y físico francés, Claude-Louis Henri Navier (1785-1836), logró