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Luis Laman S.

      Diseño de tapa: Giannina Osorio

      Diseño del interior: Nelson Espinoza

      Ilustración: Shutterstock (Banco de imágenes)

      Libro de edición argentina

      IMPRESO EN LA ARGENTINA - Printed in Argentina

      Primera edición, e - Book

      MMXX

      Es propiedad. © 2016, 2020 Asociación Casa Editora Sudamericana.

      Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723.

      ISBN 978-987-798-296-1

Condori Parhuayo, Roger¿Rendirse? ¡Jamás! Y otras historias / Roger Condori Parhuayo / Dirigido por Luis Laman S. - 1ª ed . - Florida : Asociación Casa Editora Sudamericana, 2020.Libro digital, EPUBArchivo digital: OnlineISBN 978-987-798-296-11. Vida cristiana. 2. Relatos. I. Laman S., Luis, dir. II. Título.CDD 248.4

      Publicado el 30 de octubre de 2020 por la Asociación Casa Editora Sudamericana (Gral. José de San Martín 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

      Tel. (54-11) 5544-4848 (Opción 1) / Fax (54) 0800-122-ACES (2237)

      E-mail: [email protected]

      Web site: editorialaces.com

      Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación (texto, imágenes y diseño), su manipulación informática y transmisión ya sea electrónica, mecánica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

      La vida es como un camino en el que, por la bendición de Dios, te encuentras con personas valiosas que te inspiran y te animan a seguir adelante. Puedo afirmar que la familia es un gran soporte y, sin duda, mis estudiantes han sido un motor de motivación importante en mi experiencia docente.

      A veces, los educadores tenemos la certeza de que estamos enseñando o “somos” los educadores; no obstante, en gran parte de nuestra trayectoria, también nos convertiremos en aprendices, especialmente de la nobleza, la inocencia, la pasión y la integridad de muchos de nuestros estudiantes. Aprendemos a valorar y a recordar nuestra adolescencia, cuando éramos un poco más arrojados y teníamos el valor de decir cuáles eran nuestros sueños, y anhelábamos luchar por ellos. La temática de la búsqueda de los anhelos y proyectos me apasiona, por eso recopilé estas historias, algunas antiguas, otras más actuales, pero todas motivadoras, para ayudarte a tomar valiosas decisiones en esta etapa estudiantil.

      Varios de mis alumnos saben que me gusta recopilar historias. Cierta vez, casi sin darme cuenta, les confesé que, un día, publicaría un pequeño libro con la selección de los relatos que eran más significativos para mí. Y algunos me preguntaron: “¿Cuándo publicará su libro de historias?” Hoy lo tienes en tus manos.

      Por eso, deseo recordar a mis amados estudiantes, con quienes compartí momentos inolvidables, lloramos y reímos, y fuera de las aulas también nos reunimos para compartir momentos sociales y recreativos. Les agradezco su cortesía porque siempre celebraron mis cumpleaños entregándome algún presente inmerecido. También me hicieron algunas bromas durante nuestros momentos de recreación. Los recuerdo en sus primeros grados, caminando detrás de mí como los polluelos caminan detrás de su padre o su madre. Algunos de ellos son Ariana, Ana Silvia, Luz Brígida, Guadalupe, Cinthya, Lisseth, Esther, Mélany, Alelí, Benjamín, Elías, Ronald Mario, César Luis, Brayan, Marco, Franco, Ismael, Jhon y Roy.

      Gracias por enseñarme lecciones valiosas en la vida. Mi deseo es que sean ciudadanos útiles y que nuestro Dios los bendiga.

      La mayoría de las historias han sido recopiladas, otras son de mi propia experiencia. He tratado de dar crédito a sus autores o narradores pero, por diversas razones, no he podido identificar algunas fuentes. Pido disculpas si hay algún autor omitido.

      Con aprecio, Roger Condori.

      Dedicado a Gleny, mi amada esposa, por su apoyo incon­dicional.

      A Octavio Augusto y a Camila Ainara, quienes son el motor de nuestras vidas, y con quienes soñamos encontrarnos con Jesús.

      Dale vida a los sueños que alimentan el alma,

      no los confundas nunca con realidades vanas.

      Y aunque tu mente sienta necesidad, humana,

      de conseguir las metas y de escalar montañas,

      nunca rompas tus sueños, porque matas el alma.

      Dale vida a tus sueños aunque te llamen loco,

      no los dejes que mueran de hastío, poco a poco,

      no les rompas las alas, que son de fantasía,

      y déjalos que vuelen contigo en compañía.

      Dale vida a tus sueños y, con ellos volando,

      tocarás las estrellas y el viento, susurrando,

      te contará secretos que para ti ha guardado

      y sentirás el cuerpo con caricias, bañado,

      del alma que despierta para estar a tu lado.

      Dale vida a los sueños que tienes escondidos,

      descubrirás que puedes vivir estos momentos

      con los ojos abiertos y los miedos dormidos,

      con los ojos cerrados y los sueños despiertos.

       Mario Benedetti

       Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó (Romanos 8:37).

      Cuando Frederic nació, su patria, Polonia, estaba invadida por las naciones vecinas.

      Cierto día, su madre se acercó sigilosamente hasta la sala, donde el pequeño estaba tocando el piano. De pronto, el niño comenzó a llorar sin consuelo.

      Su progenitora, que era una apasionada de la música, se sintió muy afligida porque pensó que a Frederic no le gustaba la música. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que había sido tan grande la emoción del niño que, al no poder expresarla, lo había hecho a través del llanto.

      Cuando Frederic comenzó a caminar miraba de reojo a su mamá, para que ella lo sentara al piano y tocara melodías.

      Cierta vez, ante la mirada maravillada de sus padres, Frederic se bajó de su cama, fue hasta el piano y se sentó. Entonces, probó algunas notas e interpretó sus primeros arreglos sobre la melodía que estaba tocando su madre.

      A los seis años, comenzó a estudiar con el maestro Zywny y, a los trece, ya había aprendido todo lo que su maestro sabía. Luego, su educación musical fue confiada al maestro Elsner, director del conservatorio, quien al poco tiempo lo calificó como un genio musical. En una carta dirigida a sus padres, les decía:

      “...Frederic es semejante a las águilas; mostrémosle las regiones sublimes y sigámoslo en su vuelo hasta donde nos alcance el aliento”.

      Pronto vinieron los conciertos. Uno tuvo lugar, nada más y nada menos, en la casa del gran duque Constantino.

      Cuando terminó, el príncipe lo felicitó y le preguntó:

      –He observado que, durante todo el tiempo en que usted estuvo tocando, dirigía su mirada hacia arriba. ¿Es que buscaba usted las notas del cielo?

      –¿Y no es allí, excelentísimo señor, donde

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