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Sabaleros (1959), India (1959), Y el demonio creó a los hombres (1960), Favela (1961), La barrerita de Ipacaraí (1962), La diosa impura (1963), Lujuria tropical (1963), La leona (1964), La mujer del zapatero (1965), Los días calientes (1966), Mujer y tentación (1966), La señora del intendente (1967), La mujer de mi padre (1967), Carne (1968), Desnuda en la arena (1969), Fuego (1969), Embrujada (1969) y Éxtasis tropical (1970). Al año siguiente llegó Fiebre (1971), después, Intimidades de una prostituta (1972), Verano ardiente (1973), La diosa virgen (1974), Una mariposa en la noche (1979), El último amor en Tierra del Fuego (1979), Una viuda descocada (1980) y La viuda insaciable (1984).

      Según Elena Goity en La Nación, “los que defendieron todo el cuerpo cinematográfico de la pareja Sarli-Bo lo hicieron desde una postura camp y posmoderna, consideraron meritoriamente la absoluta libertad creativa, fruto de la total ausencia de prejuicios”.

      Isabel Sarli, la mujer que pobló las fantasías eróticas de millones, fue y es una señora plantada en el mundo para desafiar lo que sea.

      En esta larga tradición del protagonismo femenino, nuestra historia y nuestro presente cinematográfico es variado, rico, con personalidades excepcionales vigentes y recuerdos imborrables. Desde las pioneras en los albores de nuestro cine Orfilia Rico, María Padín y Camila Quiroga, por solo nombrar algunas.

      En este repertorio nos encontramos con adorables heroínas blancas, puras como las incomparables María Duval de las comedias familiares de los años cuarenta (Su primer baile, La novia de primavera, Cada hogar es un mundo, Los chicos crecen) o como Delia Garcés (La maestrita de los obreros, La dama duende, Malambo), o personalidades como Mecha Ortiz, que se caracterizó por encarnar a mujeres fuertes, independientes, una de las figuras relevantes de la época de oro del cine argentino, con películas audaces como Safo, historia de una pasión, Madame Bovary, La rubia Mireya, Deshonra, Vidas marcadas, El gran secreto, El canto del cisne. Otra gran actriz, Amelia Bence, la de los ojos increíbles, famosa por El tercer beso, Lauracha, A sangre fría, La danza del fuego. Desde su participación en La guerra gaucha, Los ojos más lindos del mundo, Todo un hombre, tuvo una vida larga, premiada, de gran trayectoria en el teatro con giras internacionales.

      Fanny Navarro, la de los policiales negros, con temáticas fuertes e innovadoras para la época: Morir en su ley, Marihuana, Suburbio, Deshonra. Su vinculación con el peronismo y su romance con Juan Duarte le valieron crueldades, olvidos, locura; destino trágico que inspiró documentales, investigaciones, obras.

      Ana María Lynch (Los invictos, La suerte llama tres veces, La bestia humana, La Quintrala): una mujer bella y fuerte, con una historia amorosa tormentosa con Hugo del Carril, que luego emigró a Estados Unidos. Casada con el director Hall Bartlett, y con el nombre de Ana St. Clair intervino en dos filmes dirigidos por su esposo.

      La gran tradición de mujeres cómicas, protagonistas de comedias exitosas, como Olinda Bozán, Paulina Singerman, Leonor Rinaldi. Matronas inolvidables como Amalia Sánchez Ariño. Grandes nombres como Julia Sandoval, Alba Mujica, Eva Franco, Nelly Panizza. Figuras que surgieron a veces en contraposición a otras, como Laura Hidalgo, la hermosa morocha rival de Zully Moreno, o Libertad Leblanc como la platinada frente a Isabel Sarli.

      Y la audacia inolvidable de una Olga Zubarry cuando fue la protagonista de El ángel desnudo, de 1946, en el que se veía su espalda desnuda, toda una novedad para la época. Trabajó en el cine argentino hasta 1997, cuando se retiró y dejó films inolvidables como Los pulpos, Hijo de hombre, El extraño caso del hombre y la bestia, Marianela, El vampiro negro.

      Imposible olvidar a las llamadas tres ingenuas jóvenes Elsa Daniel, Gilda Lousek y la de la trayectoria siempre reinventada, Graciela Borges. Elsa conquistó el estrellato como la ingenua en films de Leopoldo Torre Nilsson como La casa del ángel, La caída y La mano en la trampa. Su recordado trabajo con Leonardo Favio en El romance del Aniceto y la Francisca; y Los inconstantes y Ufa con el sexo, con Rodolfo Kuhn. Gilda Lousek, la de Los tallos amargos, con Fernando Ayala, o Una cita con la vida de Hugo del Carril. De todas ellas, Graciela Borges es la más vigente y prolífica. Considerada una primera dama del cine nacional, es reconocida y premiada en festivales nacionales e internacionales. Debutó en Una cita con la vida con Hugo del Carril, fue la musa de Torre Nilsson (Fin de fiesta, Piel de verano), la elegida por Raúl de la Torre (Pobre mariposa, Pubis angelical, El infierno tan temido), protagonista del último film de Juan José Campanella (El cuento de las comadrejas) y tiene una actuación especial en La quietud de Pablo Trapero. Elegida por Lucrecia Martel para La ciénaga. La trayectoria es larga; y posee un rostro único, emblemático.

      Mirtha Legrand es otra de las protagonistas insoslayables. Hizo 36 películas. Entre ellas, Los martes orquídeas, La pequeña señora de Pérez, La vendedora de fantasías, La de los ojos color del tiempo, En la ardiente oscuridad, La patota, Bajo un mismo rostro, Con gusto a rabia.

      Muchos nombres de protagonistas fuertes e inolvidables como Susú Pecoraro y su Camila; Luisina Brando (Boquitas pintadas, Juan que reía, Piedra libre, Señora de nadie, Darse cuenta, Miss Mary), Graciela Dufau (Los jóvenes viejos, Nadie oyó gritar a Cecilio Fuentes, Momentos, La isla, Volver), Martha González (Boquitas pintadas, El pibe cabeza), Leonor Benedetto (Rosa de lejos, Atrapadas, Las lobas, Lola Mora), Thelma Biral (La maffia, Los siete locos, El muerto, El juguete rabioso).

      Cecilia Roth (Un lugar en el mundo, Vidas privadas, El ángel, Matrimonio, Una noche con Sabrina Love), Marilú Marini (Los que aman odian, Tigre, El eslabón podrido, Mientras tanto, Solo, Nocturna), Verónica Llinás (La mujer de los perros, Cerro Bayo, Pájaros volando, La flor, Rapado), Julieta Zylberberg (All inclusive, Aire, El rey del Once, La mirada invisible, Mi amiga del parque, Extraños en la noche, Las olas), Natalia Oreiro (Wakolda, Infancia Clandestina, Gilda. No me arrepiento de este amor, Re loca, Mi primera boda, Miss Tacuarembó), Valeria Bertucelli (Me casé con un boludo, Viudas, Hermanas, La reina del miedo, XXY, La suerte en tus manos), Dolores Fonzi (La patota, La cordillera, El futuro que viene, El aura, El crítico, Distancia de rescate, La misma sangre), Érica Rivas (Antes del estreno, Bruja, La cordillera, La luz incidente, Relatos salvajes, Pistas para volver a casa), Julieta Díaz (Refugiado, No soy tu mami, Juan y Eva, Dos más dos, El fútbol o yo), Eleonora Wexler (Fuego gris, El dedo en la llaga, Amateur, Pensando en él) supieron consolidarse y encabezar proyectos.

      Norma Aleandro, recordada para siempre por su trabajo en La historia oficial y ese Óscar que ella misma anunció para el mundo. Con películas tan inolvidables como Sol de otoño, Cama adentro, El hijo de la novia, Cien veces no debo, Los siete locos, No toquen a la nena, entre otras, y algunas participaciones en producciones extranjeras como Los residentes, El sabor de la infidelidad, La guerra de un solo hombre y Gaby, una historia verdadera (por su interpretación fue nominada al Óscar como Mejor Actriz de Reparto).

      Mercedes Morán, una de las más solicitadas, que en un año puede estrenar hasta cuatro películas argentinas (El ángel, Sueño Florianópolis, El amor menos pensado, Familia sumergida) interpretando roles completamente diferentes entre sí. Maracaibo, Betibú, Los Marziano, Cara de queso, Luna de Avellaneda, La niña santa, La ciénaga son también hitos de su larga trayectoria.

      Algunas, luego, se animarían a dirigir, como Valeria Bertuccelli (La reina del miedo), Verónica Llinás (La mujer de los perros), María Alché (Familia sumergida), Mónica Lairana (La cama), Ana Katz (Sueño Florianópolis), Vera Fogwill (Las mantenidas sin sueños), Camila Toker (La muerte de Marga Maier), Victoria Carreras (Merello x Carreras), Jazmín Stuart (Pistas para volver a casa, Desmadre, Recreo), entre otras.

      Protagonistas en una gran tradición del cine argentino. Presentes en el recuerdo. Vigentes. Las actrices

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