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      Hoy en día, es habitual volverse cada vez más individualistas. A cada momento que transcurre, se va más rápido, allá adonde la comunicación se hace a golpe de clic; pero, muchas veces, sin saber muy bien a dónde ir o qué camino tomar y con la sensación de que se está desbordado por los nuevos roles, situaciones y cambios que se han de asumir, tanto en la vida personal como laboral. Las personas se encuentran inmersas en la imperiosa dictadura del día a día, de la inmediatez, de conseguir resultados al instante; donde no se tolera el fracaso, quedando las cuestiones humanas en un segundo plano. La despersonalización de las relaciones humanas, en numerosas ocasiones, conduce a no poder encontrar a alguien con el que compartir problemas, fracasos o nuevos proyectos e ilusiones con confianza.

      Por todo ello, surge la necesidad de encontrar a ese “alguien”, es decir, a una persona externa con la que poder desarrollar un diálogo interior; que sirva de guía y que motive, inspire y ayude a crecer no solo profesionalmente, sino también personalmente. Es por eso que la importancia del coaching está aumentando de manera exponencial en cada ámbito de la sociedad, emergiendo con fuerza como un recurso y una herramienta necesaria para relacionar con éxito las capacidades con la posibilidad de mejora. El coaching se está convirtiendo un modelo de vida, ayudando a mejorar el bienestar de las personas a todos niveles; pero también de negocio, no solo por las salidas profesionales que ofrece, sino porque, además, ha asumido un papel principal en el mundo empresarial.

      Con este libro, lo que se pretende es despejar las dudas que, con la popularización de este término, existen sobre esta disciplina y acercar el coaching a cualquiera que tenga interés en conocer en qué consiste; para mostrarle los beneficios y ventajas que podrá experimentar si decide aplicarlo consigo mismo, o para que aprenda a utilizarlo si se decanta por formarse y ejercer profesionalmente como coach. Para ello, hemos analizado cada uno de sus fundamentos en profundidad, con el fin de seleccionar sus claves más importantes, las cuales hemos estructurado en diez capítulos. No obstante, es preciso hacer hincapié en que el coaching, como disciplina, se encuentra sujeto a diferentes puntos de vista, resultando su ejercicio muy heterodoxo. Por esta razón, lo designaremos en todo momento en minúsculas, a pesar de algunas corrientes y modas absurdas que insisten en distinguir entre “coaching” y “Coaching”, con el único afán de confundir y vender una visión sesgada y distorsionada de su verdadera naturaleza. Una vez aclarados estos aspectos, es el momento de sumergirnos en ello, a través de estas páginas, y comenzar con el aprendizaje.

      1.1. Orígenes del Coaching

      En lo que respecta, estrictamente, al origen del término, se debe señalar:

      Hungría (siglos XV-XVI)

      En la Hungría de los siglos XV y XVI, comenzó a utilizarse un carruaje de transporte, tirado por caballos, con un sistema de suspensión que hacía mucho más cómodo el viaje, llamado kocsi szekér. El término kocsi pasó al alemán como kutsche, al italiano como cocchio, al inglés como coach —donde es utilizado para designar varios medios de transporte— y al español como coche.

      Analogía entre coche y coach

      Por otra parte, si nos centramos en el origen de esta disciplina como entrenamiento —no en lo físico, sino, en relación a lo mental—, resulta necesario hablar de las fuentes en las que se basan sus fundamentos y que le confieren un sentido como tal, desde la Grecia Clásica hasta la psicología fundamentada en las corrientes filosóficas y humanistas del siglo XX.

      En base a ello, de entre las principales fuentes clásicas del coaching, podemos destacar:

      Sócrates

      Platón

      Aristóteles

      Por su parte, Aristóteles, contribuye a realizar una de las principales aportaciones al coaching en lo relativo a la filosofía ontológica, esto es el estudio del “ser”. Aristóteles escribió: “una cosa es lo que somos”, lo que él llamaba el “ser” o “primera naturaleza”; “y otra lo que podemos llegar a ser”, considerado como el “yo ideal” o “el deber ser”. En un proceso de coaching, el coach conduce al cliente para que llegue a ser lo que debe ser, a su “yo ideal”; incorporando nuevos hábitos que le acerquen a su objetivo o reto.

      Obviamente, el coaching no solo bebe de los antiguos clásicos, sino que son múltiples los enfoques y las disciplinas que sirven de referencia y que han sido fuente de inspiración, hasta configurar y definir esta disciplina tal y como hoy en día la conocemos. A continuación, destacaremos algunas de estas influencias modernas, de manera resumida y concisa, pues no queremos marear al lector con demasiados términos científicos; porque, en definitiva, no resulta determinante a la hora de aprender lo que es el coaching. De todas maneras, aunque no es necesario conocerlas

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