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10.4. Técnicas de PNL

       EPÍLOGO

       ANEXOS

       Ejercicios de coaching

      Ejercicios de inteligencia emocional

      Ejercicios de PNL

       GLOSARIO

       Bibliografía:

       Testimonios

      Desde que nacemos, estamos condicionados por nuestro entorno y círculo social más próximo: familiares, amigos, profesores, conocidos, etc. En muchas ocasiones, no nos cuestionamos lo establecido porque no queremos sentirnos rechazados; no queremos vernos solos, fuera de nuestra tribu, sino que queremos ser aceptados, amados y reconfortados. Deseamos sentir que formamos parte de algo importante, que somos tenidos en cuenta. Pero a medida que crecemos y nos desarrollamos como personas, nuestra consciencia aumenta y nos hacemos preguntas. Empezamos a cuestionar ciertas creencias, convicciones y circunstancias que nos llevan a preguntarnos: ¿quién soy yo? ¿Qué deseo conseguir? ¿Esto es realmente así? ¿Tenían mis padres toda la razón y el conocimiento que yo creía? Es entonces cuando podemos sentirnos solos y vulnerables al ver que no era tal ese apoyo emocional que nos sostenía, que esas bases y fundamentos creados se caen por su propio peso; derivando, en determinadas situaciones, en un problema para nuestra salud mental y, por ende, para nuestra vida.

      Todo ello conlleva que necesitemos respuestas de manera urgente. Aunque contemos con la edad y capacidad de raciocinio suficiente, a veces, nos parece como si fuéramos nuevos en este mundo. Nuestra personalidad se ha ido conformando en base a la experiencia, a lo que hemos vivido, pero no en base a lo que somos realmente. En estas circunstancias, es habitual cargar con nuestras carencias buscando un nuevo lugar, un nuevo entorno al que acogernos, donde sentirnos otra vez como antaño. Buscamos ese calor, esa seguridad que antes teníamos con nuestra familia, amigos, con nuestras anteriores creencias… Esas carencias nos ciegan la mente y nos llevan a agarrarnos a un clavo ardiendo, haciendo que nos sintamos vacíos, solos y desesperados; y a que retomemos la búsqueda, pero dando tumbos emocionales, sin control ni rumbo. Un nuevo trabajo interno que nos hace sentirnos frustrados porque creemos haber fracasado. Pensamos que no podemos, que no valemos lo suficiente y que sería mejor volver a esa seguridad que un día cuestionamos. Nos sentimos culpables, que hemos fallado a nuestra tribu y que no éramos lo que ellos esperaban que fuéramos.

      El ser humano es increíble y es capaz de lograr cualquier cosa que se proponga, pero ¿qué ocurre cuando estamos influenciados por nuestro pasado, por nuestros traumas y experiencias, en las cuales dimos tanto y con las que hemos sufrimos? ¿Todo eso queda eso en el vacío? ¿Quizá nos debe algo la vida? Al pensar de este modo, asumimos el rol de víctima, la cual jamás se hace cargo ni responsable de su vida ni de sus actos, culpando a los demás de sus problemas: “la culpa fue de mi madre que no me quiso, de mi marido que me engañó, de mis compañeros de colegio que me rechazaron, de la sociedad que no me da un trabajo…”. Cuando decidimos interiorizar el victimismo, nos pasamos la vida culpando y haciendo responsables a otros de nuestras propias decisiones. Los culpamos porque es lo que queremos creer y lo utilizamos como excusa para justificarnos. Porque hemos ido a cursos muy caros y en ellos nos han dicho de dónde vienen nuestros traumas; por tanto, echamos ahí parte del veneno que llevamos dentro (en contra de todo y de todos) y así nos sentimos aceptados y aprobados… Pero, en realidad, continúa dentro de nosotros y seguimos sin saber qué hacer con él. Así de sencillo, simplemente, la culpa de mi situación es de mi pasado, pero ¿ya está? ¿Qué ocurre con el aquí y ahora? ¿Qué puedo hacer con todo eso?

      Es en este punto, es cuando se hace necesario el coaching, un modo distinto de ver la realidad, de vernos a notros mismos, de recuperar el control de nuestras vidas sin ser marionetas del destino, para así poder afrontar un futuro desconocido y, probablemente, un camino pedregoso; pero con la ayuda de una herramienta tan útil con la que lograr ser mejor de lo que fuimos, de aquello que anhelamos pensando que tiempo pasado fue mejor, hasta convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Vivimos en un mundo incierto, la vida está llena de misterio, pero nosotros somos parte de todo eso y en nuestra mano está la posibilidad de averiguar cuán capaces somos de avanzar y de atravesar el fuego abrasador de la inseguridad. El coaching es para valientes, para gente que quiere conocerse de verdad y que sabe que tiene la responsabilidad de elegir el rumbo su vida, pero que no tiene claro cómo realizarlo porque se encuentra confuso dentro del caos en el que se ha convertido la sociedad actual. Antes resultaba inalcanzable, se veía como algo raro, incluso desconocido, propio de la élite o de gente esnob; pero ahora está aquí y es para todos. En tu mano tienes el billete para la libertad emocional a través de la autoconciencia y la autocrítica constructiva.

      Por tanto, nuestra responsabilidad reside en saber mirar más allá, en no quedarnos en el charco chapoteando e ir más allá del drama, más allá de lo que conocemos de nosotros mismos. Ahora, disponemos de más conocimiento, de más herramientas. Contamos con el poder y la aptitud para conseguir lo que nos propongamos; pero muchas veces no somos capaces de verlo porque nos observamos a través de los ojos del pasado, de la educación recibida, de las personas y las lealtades a las que nos debemos y no queremos fallar ni decepcionar. Esto, nos puede llevar a vivir vidas vacías, que no queremos, y a tener relaciones que no nos hacen felices, porque no nos creemos capaces de poder realizar aquello que deseamos por nosotros mismos. Nos sentimos castrados emocionalmente, siendo incapaces de expresarnos y de sentirnos tal cual somos, con libertad. Nuestro cuerpo somatiza todos estos condicionantes, corriendo el peligro de llegar a convertirse, incluso, en enfermedades físicas y mentales… Acudimos al médico y nos receta pastillas, sin tratar la causa, la raíz del problema: ¿por qué me duele tanto la cabeza cuando pienso en mis problemas? ¿Por qué tengo ansiedad y pánico a la vida? ¿Por qué fallo siempre en mis relaciones?

      En realidad, todo esto tiene un hilo conductor y está relacionado con la capacidad de controlar nuestras emociones, de aprender de nuestras experiencias y saber usarlas en favor de nuestro crecimiento personal y espiritual. Es decir, consiste en desprendernos de nuestros condicionantes y en tener fe en nosotros mismos. El respeto por nuestra mente, por nuestro cuerpo, por nuestra vida y, en definitiva, por nuestro ser, merece un sitio mucho más amplio del que muchos de nosotros hemos conocido hasta ahora. Por esta razón, es importante saber encontrar nuestro sitio y no esperar a que nos lo den los demás, en función a cumplir con lo establecido en la sociedad. En este sentido, el coaching juega un papel especialmente relevante en nuestras vidas, si estamos predispuestos y tenemos la mente abierta para ser conscientes de que hay más de lo que hemos conocido hasta ahora; proporcionándonos la capacidad de conocernos mejor y descubrir hasta dónde somos capaces de llegar, haciendo nuestros esos logros que, hasta ahora, habíamos demandado de los demás. El coaching es la llave que abre la puerta a nuestro interior, facilitándonos las herramientas adecuadas para poder descubrir quiénes somos sin ninguna restricción externa, ayudándonos a superar nuestros miedos e inseguridades.

      Tanto a nivel personal como laboral, quienes alcanzan los mayores éxitos son aquellos que tienen carisma y que cuentan con una buena autoestima y una autoconfianza sólida. Estas personas son líderes natos y los observamos porque nos gustaría ser como ellos; pero ¿qué les diferencia de nosotros? ¿Podríamos ser como ese reflejo brillante que admiramos y que a la vez envidiamos? ¿Podríamos dejar de ser los espectadores de la felicidad ajena? ¿Podríamos ser nosotros líderes también? Quizás esté en nuestro interior esa semilla, quizás ya hemos sentido ese poder en nosotros, pero no sabemos cómo canalizarlo, por eso este libro es tan importante. Adentrémonos en el mundo del coaching, descubramos otras formas de ver la vida a través de diferentes puntos de vista y aprendamos a sentir nuestro pasado —a las personas que formaron y aún forman parte de él— y, por tanto, a conocernos mejor a nosotros mismos.

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