Скачать книгу

iguales venerando sus altas virtudes, los inferiores explotando sus legítimos prestigios para ponerse en evidencia, sin advertir estos últimos que los ataques de los envidiosos constituyen el mejor abono para la gloria de los hombres excelentes.

      A su regreso de Inglaterra, Emerson tenía cuarenta y cinco años. Al calor romántico y combativo de la juventud comenzaba a suceder la serenidad estoica y optimista que es el dulce privilegio de los caracteres virtuosos. Su apostolado, desde 1850, fué cada vez más afirmativo; antes que corregir la mentira y la perversidad de hombres adultos, cuyas rutinas y vicios estuviesen ya consolidados por la edad, le interesó difundir la verdad y el bien, tal como los comprendía, entre jóvenes que aún estuvieran en edad de rectificar sus ideas y su conducta: ¡enderezad, si podéis, el arbusto; no perdáis vuestro tiempo en destorcer el tronco añoso! Su afán de crear le indujo a mirar la polémica y la discusión como una pérdida de tiempo y una malversación de energías; parecíale de más provecho cooperar al advenimiento de la verdad y del bien, que reñir con los incapaces de estudiar para saber y de simpatizar para amar. Ese concepto afirmativo, dominante en su conducta personal, fué la condición básica de su optimismo.

      Todas las sectas y partidos conservadores, disfrazándose de vagos espiritualismos, le acusaban hoy de incredulidad, mañana de ateísmo, y al fin le consideraban peligroso para la tranquilidad general, como llamaban a la propia. Emerson, por ser el más conspícuo de los hombres vinculados al Trascendentalismo, seguía atrayendo el rencor implacable de todos los que habían mirado con terror esa efervescencia del romanticismo social contra el tartufismo tradicionalista; y cuando más arreció la reacción, en vísperas de la campaña antiesclavista, Emerson, desafiando las pasiones de los extraviados, tomó la responsabilidad de defender a Alcott—como, entre nosotros, Echeverría defendió a Alberdi, cuando sus primeros enemigos lo difamaban,—adhiriéndose al fin y de lleno a la campaña contra la esclavitud, que será siempre el mayor timbre de gloria de aquella memorable generación norteamericana.

      Solitario en Concord, vivió una existencia socrática, que, en páginas edificantes, podéis leer en algunos de sus biógrafos—Emerson in Concord, por su hijo Eduardo W. Emerson, Emerson at Home and Abroad, por Conway, Concord Days, por Alcott, etc. No todas las naciones, ni todos los siglos, han presenciado una vida como la suya.

      Toda mente superior leerá siempre con placer sus páginas consagradas a elogiar su Soledad. Reconoce que el hombre debe vivir en sociedad, rodeado de artes, de instituciones, de amigos que tengan su propia estatura moral, buscando en la simpatía estímulos para su acción y su constancia; pero... "de tiempo en tiempo el hombre excelente puede vivir solo; debe hacerlo... La gente de mundo debe tomarse en pequeñas dosis. Si la soledad es orgullosa, la sociedad es vulgar. En el mundo, las capacidades superiores del hombre suelen considerarse como cosas que lo descalifican. La simpatía nos rebaja con la misma facilidad con que nos eleva... La soledad es impracticable y la sociedad es fatal: debemos mantener nuestra cabeza en la primera y confiar nuestras manos a la segunda. Sólo podemos conseguirlo si conservando nuestra independencia no perdemos nuestra simpatía". No es bueno que el hombre esté solo, pero es indispensable que no esté mal acompañado. La conducta del hombre perfecto, decía Spencer, sólo aparecería perfecta cuando el ambiente lo fuera; en ningún ambiente inferior sería adaptable, porque la idealidad de la conducta es absolutamente un problema de adaptación.

      Eso nos permite comprender la antipatía que tienen los grandes caracteres morales a la vida bulliciosa de las ciudades, donde las circunstancias obligan a un contacto excesivo con personas indiferentes o desagradables. Felices los que pueden, como Emerson, buscar un retiro tranquilo, propicio a la meditación y al estudio, transcurriendo una vida simple entre las gracias siempre renovadas de la Naturaleza; felices los que pueden refugiarse en una apacible soledad y como desde una cumbre abarcar a toda la humanidad en una sola mirada de simpatía, no turbada por la visión de pequeñeces y disonancias. Es allí donde el ingenio se revela en toda su pureza, allí donde la santidad se encumbra; y desde allí el hombre ubérrimo puede ofrecer a la humanidad los más sabrosos frutos de su experiencia: sus ideales.

      Las obras de educación, de justicia, de solidaridad, recibieron de Emerson una palabra de aliento o una cooperación efectiva. Cada año que pasaba sobre él, cada nueva cana sobreviviente, aumentaba la grandeza moral del hombre que seguía dando a la nación nuevas expresiones de su mensaje ético. Su primitiva predicación, esencialmente individualista, fué acentuando día a día aquel sentido social y humanitario que apareciera ya en las columnas de The Dial, cuando la visión de una humanidad mejor y perfectible le hizo comprender que la moralidad del individuo debe tener por atmósfera la moralidad de todo el agregado social.

      Конец ознакомительного фрагмента.

      Текст предоставлен ООО «ЛитРес».

      Прочитайте эту книгу целиком, купив полную легальную версию на ЛитРес.

      Безопасно оплатить книгу можно банковской картой Visa, MasterCard, Maestro, со счета мобильного телефона, с платежного терминала, в салоне МТС или Связной, через PayPal, WebMoney, Яндекс.Деньги, QIWI Кошелек, бонусными картами или другим удобным Вам способом.

/9j/4AAQSkZJRgABAQAAAQABAAD/2wBDAAMCAgMCAgMDAwMEAwMEBQgFBQQEBQoHBwYIDAoMDAsK CwsNDhIQDQ4RDgsLEBYQERMUFRUVDA8XGBYUGBIUFRT/2wBDAQMEBAUEBQkFBQkUDQsNFBQUFBQU FBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBQUFBT/wAARCAWgA4QDASIA AhEBAxEB/8QAHgAAAQQCAwEAAAAAAAAAAAAABQMEBgcCCQABCAr/xABVEAABAwIEBAQDBgMHAgQC AhMBAgMEBREABhIhBxMxQRQiUWEIFXEWIzKBkaEJQrEXM1LB0eHwJGJTcqLxJTRDgpKDGFRjc5Oy syY1RKPSGTh1wtP/xAAbAQADAQEBAQEAAAAAAAAAAAAAAQIDBAUGB//EADwRAAEDAwMDAgYABQME AgMAAwEAAhESITEDIkETMlFhoQQjQnGBkTNSYrHwBUPBFHLR4ZKyJFPxNGOC/9oADAMBAAIRAxEA PwDx5k6p1ae/KTPQrlJF0qW3pIVfoMPM4zJsCklyCFBZUAtaRcoT6j/XDrMKZb1GkJgKPibC2k72 vuB72wHyOzUIUSSahraj3BQHzYg76jv0GPYuNnuvBsfmW+yfZQlzZ9IDk4KK9RCFqFitPqcCM7VW qwJrDcRTjLCk3Cm03K1X6f7YcZ5ZqEyNFMDmOx99YYNyTtY7dRgtQVyItHioqLiUyTt94rzddgfU 2wXOz3TsPmQL8J5T1POQY65CdL6m0lwDsbb4hvzus/a0RzzA1ztPI0+XRfr+m98Y5mhVt3MOuOmQ pslPJU0TpT069hv64m4dSPuuY34nR+G4vf1t6Ycl9sR7osy9jPssai48zBkLjo5j6WyW0+pttiKZ Jq1UqE6QiWtx1gIJ1LTbSq/Tp9dsNstQ623mMLkiQG7q5ynCdCtu3rva1sSbMBfl0SUmmuhcjoQ0 oFVr7ge9sKat2I4QQG7LGefCb5ymzYNJ5kLUlRWAtaRcpT6j8++OZNmTp9J5k3UpQWQhaxYqT6n8 ++GORWZ8SNKVP5jUfbQHzYg9zv0HTGWeGahMjRTT+Y7HudYYNyT2O3UdcKT3+yIH8O33TbO1WqlP nsNxFONMFFwptN9Sr9P6bYldPW89AjrkJ0PqQCtIFrG2+GNBU/EokVNSdCJBFvvVAK67A+9rYjGZ IdbdzHrjh9TepPIU2ToTt37Dve+HJbuzPCAA/ZYRz5Xaa3WvtYWBzC3ztPIKfLov1/Te+JlUnHmK fJcjp1vJbUUC17m222FOaDdoOt+J0fhuL3t1t6YhGWYVbazFrkJfS3dXOU4TpV16eu/phyWWzPsi zxNhHunOSavVKhNfblLceYCblbibaVXGw/0wVzlLnQqQHIRUlWsBxaBdSU+v64VzEX5dDlJprgce 2BDKgVWvuNu9sDMkMz4kaUqfzGmLjQHzYg73O/QdMK42e6LH5lvsn+T5s2fSeZNCisLIQtQsVp9f 98Cc61aqQJ8dERS2mCkEKQm+tV+h/wBMLZ4any40VUHW7G31hg3JO1jt1GC2XzIi0eKipOBMg3A5 qrK67DfqcFzs90CB8yB9k+p63noMdchHLeUgFaR2Nt8Q35zWlZsEfzhvnaeRp8nLv1/Te+Osxw62 9mMLjB4t3HJU2ToSLC9/T3xNlOj+6DjfidH4QRe/rb0vgu4xiPdKzB

Скачать книгу