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nacional.

      El provenzal, que en el siglo X produjo millares de poetas, dando á luz una literatura original que[Pg XL.] en nada se parece á la griega ni á la latina, fué por el espacio de tres siglos la lengua de la poesía y del canto en Europa, así como hoy lo es el italiano. Hoy es una lengua muerta y solo se conoce por los cantos de sus trovadores.

      El roman-wallon, que tambien fué en su orígen un dialecto poético, aunque mas áspero y seco que el provenzal, produjo los troveros ó trouveres, que no deben de confundirse con los trovadores ó trouvadours, que son provenzales. Son los troveros los que primero compusieron los fabliaux, y los lais de amor.

      A ellos tambien debe la Europa los romances caballerescos y las representaciones dramáticas; y gracias á la poesía, la lengua francesa, tan pobre como es, ha llegado á ser un idioma universal, el idioma de la prosa por excelencia, pasando de las manos de Corneille y de Racine á las de Pascal, que es el que tiene la gloria de haber fijado esta lengua, complementada por Voltaire, Montesquieu, Buffon y Rousseau.

      El portugués dejó de ser gerga, y es hoy considerado como idioma, gracias á las Lusiadas de Camoens, que inmortalizando á su patria con sus cantos, inmortalizó á la vez la lengua materna, fijándola en versos de bronce, para probar á las edades venideras que el lenguaje que la poesía adopta por suyo, por vulgar y pobre que sea, se sublima, se complementa y se hace eterno con su solo contacto.

      El español, que es el antiguo romance, y que se llamó así para distinguirlo del romano ó latino, vino al mundo bajo los auspicios de la poesía, y por medio de ella se generalizó, se perfec[Pg XLI.]cionó, y se perpetuó de generacion en generacion, hasta llegar á ser la lengua de Cervantes y de Solis. El monumento mas antiguo del romance castellano, es el poema del Cid, que en este momento tengo ante mis ojos. Un poema fué, pues, el núcleo de la lengua castellana que hoy hablamos, y aunque no se conozcan las demas composiciones anteriores al siglo XII, en que este poema fué compuesto, debe suponerse que fueron en verso, pues solo por medio de la cadencia métrica podrían trasmitirse de generacion en generacion, sin corromperse, los libros fiados á la tradicion oral, no habiéndose inventado todavía el uso del papel, siendo el pergamino carísimo, y habiendo cesado de venir el papirus de Egipto con motivo de la invasion de los Arabes.

      Así, pues, la poesía desempeñó entonces el mismo oficio que hoy está encomendado á la imprenta. Ella fué la que se encargó de gravar en la mente las producciones del idioma vulgar, dando á la memoria puntos naturales de apoyo en el corte simétrico del verso y en la repeticion periódica de la rima, de tal modo que, cuando una generacion perdía un verso la siguiente lo echaba al momento de menos.

      Al poema del Cid siguió la traduccion del Fuero Juzgo, y el código de las Partidas, cuyo autor, el célebre D. Alonso el Sabio, fué como Solon, poeta al mismo tiempo que legislador. Sus cántigas y sus coplas de arte mayor, verdaderas joyas poéticas, contribuyeron inmensamente á pulir el tosco lenguaje de aquella época de barbárie.

      Despues vino el Romancero, esa magnífica epopeya caballeresca, escrita por millares de au[Pg XLII.]tores, en el curso de varios siglos, y cuya unidad de accion y de lenguaje ha venido á demostrar prácticamente que la Iliada de Homero pudo haber sido compuesta del mismo modo por la agregacion sucesiva de los cantos de diversos autores y edades. El Romancero es el arca santa del idioma castellano, es su verdadera gramática y su verdadero diccionario. Sin los cantos del Romancero, es decir, sin la poesía, la España hablaria catalan, árabe, gallego ó teothesco, y el mundo no poseería este idioma abundante y sonoro, que segun Cárlos V, parece hecho para hablar con Dios. Los progresos sucesivos del castellano fueron obra esclusiva de sus poetas, que lo pulieron y ornaron, imprimiéndole esos giros elípticos, valientes y atrevidos que lo caracterizan, que llevan en sí el sello de la inspiracion poética. Puede decirse que Calderon y Lope de Vega han hecho mas por el idioma castellano que toda la Academia Española desde su fundacion.

      ¿Qué me dice ahora del monólogo estéril y sublime de esta musa, que despues de obrar tantos prodijios, vuelca su urna y derrama de su seno cuatro idiomas inmortalizados por la poesía, y que han sido por espacio de cuatro siglos, los agentes poderosos de la civilizacion moderna?

      Mucho podria decirse sobre la influencia de la poesía en el desarrollo de las lenguas vivas de orígen teutónico, especialmente sobre el inglés, que debe á Shakespeare mucho de lo que vale; pero me limitaré á apuntarle, que el solo Milton introdujo en el lenguaje vulgar mas de seiscientas palabras nuevas; y que el aleman debe á sus poetas, especialmente á Lessing, á Goethe y á Schiller, la asombrosa flexibilidad que lo hace[Pg XLIII.] tan propio para espresar las ideas mas abstractas y vaporosas, dándoles forma y color por un proceder completamente poético.

      No estrañará, pues, que á despecho de la oposición de hombres como V., la poesía haya conquistado una alta posicion, y que, en cada dia que se pasa, estienda y afirme mas su imperio sobre la imaginacion y sobre las conciencias, invadiendo audazmente los dominios psicológicos. En este sentido, la poesía ha hecho y hace mas por la mejora y por el conocimiento íntimo del hombre, que cuantos estudios filosóficos se han emprendido. «El hombre y sus enfermedades invisibles, lo que es y lo que debe ser», tal es la interminable espiral en que asciende la poesía moderna, marchando en torno de un eje sin encontrarse jamás sus estremos. Así se vé, que por lo que respecta al hombre íntimo, la poesía inicia, la filosofía esplica y la prosa vulgariza, y que por esta triple operacion llega á formar parte del fondo del gran tesoro del sentido comun, lo que al principio se presentó como una brillante paradoja. Y en esta carrera precipitada de las ideas, mientras que la filosofía se entretiene en esplicar, y la prosa en vulgarizar, la poesía sigue su marcha ascendente hácia la region de luz, marcando con una columna de oro el gran paso dado por la humanidad, y dejando muy atrás á sus auxiliares en la labor constante del progreso.

      Bajo este punto de vista, la poesía, puede considerarse hoy como un método de enseñanza superior, que coadyuva eficazmente al progreso moral en el sentido de la Inglaterra y de los Estados-Unidos, los pueblos mas progresistas del mundo,[Pg XLIV.] y los dos que con mas tenacidad y valentía han perseguido el ideal en el terreno del esperimento. Estas dos naciones trabajan hace mucho tiempo por mejorar la condicion social por medio de la mejora parcial de los individuos, á la inversa de los alemanes, que pretenden regenerar á la humanidad entera por medio de esos ensalmos universales, que se llaman sistemas filosóficos; y á la inversa tambien de los franceses, que hace sesenta años se agitan en el círculo vicioso de las revoluciones, buscando instituciones adecuadas al hombre, antes de haber formado los instintos del hombre, ó lo que es lo mismo, el hombre adecuado á las instituciones. La cuestion capital en Inglaterra y en los Estados-Unidos, es la que se relaciona con las almas y las conciencias. Así los vé V. contraer todas sus facultades á la propagacion de las sociedades morales que mejoran las costumbres, al desarrollo de la libertad de pensar, á la difusion de la instruccion primaria, que mejora la condicion del hombre, derramando con profusion por el universo todo la palabra poética del antiguo y nuevo Testamento. Por eso ha dicho un escritor norte-americano:—«Tenemos ya bastante ciencia popular; lo que falta á nuestros hijos son libros capaces de formar sus instintos.» Este es el rol que desempeñan en la mejora del género humano los libros de poesía, que como se ha dicho, son los que forman la conciencia de un mundo mejor. Si ellos nos faltan, ¿con qué los reemplazaremos?

      Dejando á un lado la poesía, y pasando á los poetas, tengo que decirle cosas que le parecerán un poco paradójicas, y que sin embargo no son[Pg XLV.] menos positivas, ni menos prácticas, que las anteriores.

      Vdes., los hombres prácticos, sérios y positivos, tienen una manera muy singular de juzgar de la capacidad de los demas hombres, y la llamo singular, por no darle el nombre de absurda. Cuando un hombre sabe cuanto hay que saber en este mundo, ó al menos tanto cuanto puede aprender un hombre, y á mas la poesía, dicen Vds. ¡es un poeta! Y con esto queda condenado. De manera que para que un hombre sea completo, es necesario que ignore la poesía, es decir, que desconozca al hombre moral; que no tenga el sentimiento de lo bello; que carezca de las facultades perceptivas de la armonía; que no haya leido ni á Homero, ni á Horacio, ni á Schiller, ni á Shakespeare, ni á Lope de Vega, ni á Lamartine, ni á Dante; que no conozca

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