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de Corea, estableciendo así lazos de intercambio muy fuertes que no sólo contemplan el escenario económico o político, sino que han contribuido a un intercambio cultural y social, tendiendo fuertes puentes entre ambas naciones.

      A través del segundo capítulo, desarrollado por Julen Berasaluce, podemos acercarnos a un análisis de la estructura financiera de la República de Corea en las últimas décadas y a conocer cómo, a partir de cambios, en ocasiones no deseados, sino obligados, se explica el estado actual de la economía del país asiático. Nos lleva de la mano en una descripción de la manera gradual en la que la República de Corea ha construido un sistema económico que, a veces, en el discurso aspi­racional de los países en desarrollo, pareciera ser un modelo a seguir. Sin embargo, expone, a lo largo del capítulo, una realidad que enfatiza el proceso único que puede mirarse como exitoso en el escenario internacional, pero que, sin duda, es posible sólo a partir de las características propias de Corea y del momento en el que cada acto se ejecutó, permitiéndonos cuestionar la transferibilidad de su sistema.

      Geneviève Marchini desarrolla, en el tercer capítulo, un análisis de la República de Corea en el contexto internacional actual desde el escenario económico. Indaga en los elementos que le permiten a la economía de Corea ser fuerte en un contexto mundial en el que la constante es la incertidumbre. La autora señala que entre los aspectos que fortalecen la economía coreana está la alta competitividad internacional de sus grandes empresas, su inversión y su capital, lo que ha permitido ese rápido crecimiento económico en comparación con otros países. Es importante señalar que la autora explica que, a pesar de la fortaleza de la economía coreana, el contexto internacional actual y las dinámicas y relaciones de Corea con sus vecinos regionales y sus aliados económicos también la vuelve vulnerable. Es interesante adentrarnos en este análisis en tanto que expone las fortalezas y las debilidades económicas a las que se enfrenta la Corea actual permitiéndonos dimensionar las vulnerabilidades mismas de su sistema.

      Para cerrar la primera parte, en el cuarto capítulo, Alfonso Aragón nos inserta en uno de los aspectos peninsulares que más curiosidad e intriga provocan a otras sociedades. No sólo la relación entre Corea del Norte y Corea del Sur, de la cual fluye muy poca información hacia el exterior, sino el tema que marca la forma en la que la península se define como una zona de conflicto ante los ojos del mundo: el factor nuclear. Como especialista en el tema de las armas nucleares y la no proliferación de éstas, el autor logra explicar de una manera clara y didáctica la relevancia del programa nuclear en la política de Corea del Norte. Nos explica cómo éste ha fungido como un garante de su propia seguridad, permitiéndole al sistema perpetuarse en un contexto internacional que ha manifestado, casi al unísono, su rechazo al país asiático. Es un capítulo que abona en mucho al entendimiento de la dinámica peninsular y que logra sacar del anonimato elementos de suma relevancia que caracterizan al régimen del Norte.

      La segunda parte del libro está conformada por tres capítulos que se centran en temas que exploran la sociedad y la cultura de Corea.

      En el quinto capítulo, de esta segunda parte, la autora nos abre una ventana a las nuevas formas de interés que los jóvenes mexicanos tienen hacia Corea. Atraídos por una industria cultural de nivel mundial, con música pegajosa, coreografías emocionantes y representaciones de estilos de vida atractivos, el mundo del entretenimiento coreano logra atrapar a los jóvenes de nuestra sociedad aportándoles elementos identitarios. Si bien es cierto que la primera oleada de productos culturales llegó a México en 2002, el consumo que se hace en la actualidad se ha transformado significativamente. Este trabajo aporta, desde la investigación de campo, datos reveladores del por qué las nuevas generaciones se insertan en el consumo de los productos de la industria cultural de la República de Corea, permitiéndonos una reflexión acerca de cómo los jóvenes mexicanos se sitúan en su sociedad a partir del consumo cultural.

      En el sexto capítulo, desarrollado por Andrii Ryzhkov, encontramos un trabajo especializado de gran valor. A partir de la formación del autor como doctor en lengua coreana y habiendo desarrollado destacables habilidades en la traducción e interpretación del idioma, por primera vez en México se publica un capítulo del libro dedicado al análisis de la migración en el marco de la traducción especializada. El texto evidencia la importancia del dominio del idioma como herra­mienta para el estudio y la aproximación a las sociedades analizadas, en este caso, la sociedad coreana. El autor indaga en las características de los coreanos que inmigran a México y de los mexicanos que buscan insertarse en la dinámica social de Corea. A través de su estudio, nos despliega un mapa que permite ubicar lugares de origen y destino, motivaciones para la migración, perfiles personales, etcétera. Evidencia que la traducción del coreano al español y del español al coreano en México aún tiene un largo camino por recorrer, demostrando que los retos no sólo son estructurales, sino académicos también, pues desde el espacio educativo debemos formar jóvenes no sólo con el conocimiento de Corea, sino que logren profesionalizarse como expertos en el idioma coreano para que México pueda competir en el escenario internacional, desde la misma plataforma y con las mismas herramientas que otros países.

      El último capítulo aborda el tema del cristianismo en Corea. Elaborado por Armando Azúa, este trabajo es de suma importancia para entender la realidad actual del país asiático donde, como menciona el mismo autor, esta religión “goza de gran vitalidad”. Contrariamente a lo que podría pensarse en México, el espacio que ha ganado el cristianismo en Corea, expresado en la actualidad a partir de múltiples manifestaciones, hace que la mayoría de la población esté adscrita a esta corriente religiosa occidental y no a una religiosidad automáticamente ligada a Asia, como el budismo. Así, a través de su descripción detallada del por qué una doctrina religiosa de este perfil logra anclarse a la península, nos permite entender su presencia y su configuración actual, incidiendo de manera directa en el modo de pensamiento de la Corea contemporánea.

      Así, a lo largo de los siete trabajos que conforman este material académico, se exponen temáticas esenciales que amplían el conocimiento de la península coreana, permitiendo evidenciar que ésta no es sólo un tema de estudio interesante, o un lugar lleno de elementos fascinantes por entender; es, para la realidad mexicana, un área de análisis obligada, con la misma relevancia que otras regiones del mundo.

      Esperando que el libro pueda resolver muchas dudas e iniciar diálogos constructivos, les invito a emprender este viaje académico que busca aportar respuestas acertadas a las interrogantes de quienes se interesen en la península coreana.

      Nayelli López

      Notas

      1 En adelante se referirá indistintamente como República de Corea o Corea del Sur.

      2 En adelante se referirá indistintamente como República Popular Democrática de Corea o Corea del Norte.

      3 Según datos del embajador de la República de Corea en México, existen más de 1 800 empresas coreanas en México, las cuales generan más de 150 mil empleos de calidad. Publicado en El Economista en línea 29.08.2018, disponible en https://www.eleconomista.com.mx/internacionales/Me-gustaria-concretar-un-TLC-con-Mexico-Kim-Sang-il-Embajador-de-la-Republica-de-Corea-20180829-0081.html, consultado el 14.06.2019.

Primera Parte

      México y Corea del Sur en 2020: de las relaciones oficiales y empresariales a la hora de los ciudadanos

      Fascinación mexicana por Corea

      Corea es el futuro que tuvimos un instante;

      es el espejo de nuestras aspiraciones incumplidas.

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