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J. Quinn, autora, conferenciante y directora de Desarrollo de Programas 3ABN

      Simplemente no puedo contener mi entusiasmo por el mensaje de este libro. El nuevo enfoque de Ty a la antigua cuestión de la divinidad de Jesucristo, simultánea a su filiación, es refrescante, bíblico, y, para mí, totalmente convincente. Oro para que este libro reciba la amplia atención y el apoyo que merece. El Hijo de Dios es, sobre todo, una gozosa exploración y celebración de Jesucristo, el Salvador del mundo. ¡Gracias, Ty!

       Pastor David Asscherick

      «Hijas de Eva, después de todo lo que habéis pasado, quiero que sepáis que habéis estado en mis pensamientos en cada frase a lo largo del camino».

      Prefacio

      LOS NIÑOS SABEN MUCHAS COSAS

      Este libro fue escrito por pura casualidad.

      No es broma.

      Parece que se ha escrito solo. Sí, yo he estado plenamente implicado en el proceso, que ha sido doloroso por momentos. Pero mi próximo libro iba a tratar sobre otro asunto. A mitad del proceso, me desvié, primero fascinado y luego abrumado por una inesperada visión de la belleza de Dios, y no tuve más remedio que seguir esa luz dondequiera que me llevase. Había tanta gente haciendo la misma pregunta básica —gente en Alemania, Australia, España, California, y hasta en el mercado del pueblo en Collegedale, Tennessee— que empecé a escribir notas y a responder a correos electrónicos, hasta que, cuando me di cuenta, este libro ya había salido de mi ordenador.

      Así que aquí está.

      El Hijo de Dios

      Explorando la naturaleza del pacto entre Dios y el hombre

      Es cierto que no es un título muy pegadizo, pero es muy específico acerca del contenido del libro. Espero que el título y el subtítulo, sean suficientemente significativos para ti antes de que termine nuestro viaje. Al seguir el hilo del texto a través de las páginas que tenía delante, antes de que me diera cuenta ya había escrito más de cien mil palabras. “¡Vaya! Ya basta”, me dije. Así que me detuve y me puse a editar lo escrito. Yo no quería aburrir ni enterrar a nadie, así que reduje la cosa a 43.459 palabras (46.405 en español). Esto ya es más manejable. De hecho, a una velocidad de lectura media de 200 palabras por minuto, tú puedes leerte este pequeño volumen en más o menos tres horas y media. Así que no hay problema. Esto equivale a una tarde tranquila de domingo, y estoy seguro de que este tiempo valdrá la pena.

      Otra cosa sobre el título: sí, soy muy consciente, de que “filiación” es una palabra muy técnica, generalmente referida a hombres.

      Hijas de Eva, después de todo lo que habéis pasado, quiero que sepáis que habéis estado en mis pensamientos en cada frase a lo largo del camino. Por favor, tened en cuenta a lo largo de esta exploración que todo lo que digamos con respecto a los hijos es igualmente aplicable a las hijas. A lo largo del relato bíblico, la filiación aparece como un mecanismo de alianza para seguir el rastro del linaje de Cristo. El punto es, mis queridas hermanas, que nadie está excluido de ninguna de las implicaciones gloriosas del tema bíblico de la filiación, aunque los hombres parecen estar excluidos de las representaciones bíblicas de la iglesia de Dios como mujer y finalmente como novia. Sin embargo, tanto los hombres como las mujeres están representados por la novia, y tanto las mujeres como los hombres están representados por la filiación.

      Estoy tan entusiasmado con El Hijo de Dios que no puedo esperar a que me leas. Por favor, envíame un correo electrónico a [email protected] y hazme saber lo que piensas. Estoy orando para que las ideas que estás a punto de descubrir iluminen tu mente y te lleven a un nuevo nivel de comprensión bíblica.

      Por último, ya que se espera que cada libro tenga su introducción, aquí está la mía:

      Los niños tienden a saber más que los adultos, no en cantidad de conocimientos, sino en significado. A medida que nos hacemos mayores y “más inteligentes” tendemos a olvidar aquellas cosas profundas que nadie ha tenido que decirnos. Así que este libro es un guiño y un guiño a aquel niñito que intuitivamente percibió lo esencial de la realidad cuando hizo aquella brillante pregunta de que: «Si hemos sido creados, eso significa que Dios estaba solo antes de que nosotros existiéramos, así que ¿cómo hubiera podido Dios ser amor en aquel entonces si no hubiese habido nadie a quien amar? Tal vez Dios nunca estuvo solo».

      Precisamente, pequeño.

      ÍNDICE

      Prefacio: Los niños saben cosas

      DOS IDENTIDADES

      LEYENDO LA ESCRITURA EN SUS PROPIOS TÉRMINOS

      UNA PROFECÍA SOBRE PROGENIE

      ISRAEL, MI HIJO

      DAVID, MI HIJO

      SALOMÓN, MI HIJO

      IDENTIDAD DEL PACTO

      LA GRAN REPRESENTACIÓN

      EVANGELIO SEGÚN MATEO — HIJO DE ABRAHAM

      EVANGELIO SEGÚN LUCAS — HIJO DE ADÁN

      EVANGELIO SEGÚN JUAN — HIJO unigénito

      ROMANOS — EL PRIMOGÉNITO DE DIOS

      HEBREOS — NUESTRO HERMANO ETERNO

      HIJO DEL HOMBRE

      EL ÚLTIMO ADÁN

      LA PROMESA DEL PACTO ETERNO

      LA TRASCENDENCIA DE DIOS

      EL GENIO DE TRES

      ENTRANDO MÁS PROFUNDAMENTE EN DIOS

      EL GRAN COMUNICADOR

      UNA HISTORIA DE PACTO

      «El Hijo de Dios no puede ser Dios eterno en el mismo sentido que el Padre es Dios, argumentamos, o de lo contrario no sería llamado el Hijo».

      Capítulo Uno

      DOS IDENTIDADES

      ¿Qué quiere decir la Biblia cuando llama a Jesús «el Hijo de Dios»?

      ¡Oh, no! ¿Va a ser esto uno de esos aburridos ejercicios teológicos?

      Pues no.

      En realidad, si aceptas seguirme en este corto viaje hasta el final, te aseguro que la recompensa valdrá la pena. Puede que incluso te conmueva profundamente la belleza del carácter de Dios y te asombre la extraordinaria genialidad del texto bíblico. Incluso si encuentras aburrida a primera vista la pregunta anterior, te prometo que el tiempo que vamos a pasar juntos no te aburrirá en lo más mínimo.

      En primer lugar, debes saber que esta pregunta ha desafiado a los estudiantes de la Biblia durante casi dos mil años. No es una nuez fácil de romper. Los expertos biblistas siempre han estado intrigados y desconcertados por este tema. Y es fácil ver por qué. Apoyándose en la premisa bastante convincente de que la Biblia llama a Cristo “el hijo de Dios”, diversas voces han surgido a lo largo de la historia de la iglesia, insistiendo en que, para llevar con propiedad un título como ese, él no podría preexistir sin un punto de comienzo, ni podría coexistir eternamente junto a un Dios de quien es “Hijo”. La lógica, insisten, impide que un hijo coexista cronológicamente desde siempre con su padre.

      Difícilmente puedes rebatir ese argumento.

      Nuestra comprensión normal del término “hijo” incluye la noción de nacimiento, y la Escritura dice que Jesús fue “engendrado” y que nació. De modo que, normalmente, ser “hijo” implica un punto de origen, un comienzo. Si Jesús es llamado “Hijo” de Dios, ¿no se deduce que debe haber sido engendrado por Dios y que, por lo tanto, tiene un punto de partida como persona distinta del Padre?

      Es indiscutible que esta perspectiva tiene su lógica.

      Así que quiero decir a los partidarios de este punto de vista, que no van encontrar de mi parte ninguna actitud irrespetuosa o despectiva. Yo estoy de

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