Скачать книгу

Darío Francisco Bernal Guzmán

       4. Rock industrial colombiano: el encuentro entre dos culturas en el cambio de milenio

       María Fernanda Bernal López

       Alejandro Bohórquez Keeney

       5. Crónicas de la administración de los orgullos, los odios y las nostalgias del rock bogotano: otra mirada al festival Rock al Parque

       Diego Santos Rubiano

       II. TEORÍAS, ESTÉTICAS, HISTORIAS

       6. Decolonizar América Latina a través del rock

       Nathalie Rondón Rincón

       Daniel Suárez Rodríguez

       7. Aproximaciones al rock desde el concepto de capital simbólico de Pierre Bourdieu

       Jair Vega Casanova

       Juan Fernando Piñeres

       8. El punk como símbolo de la contradicción: sentidos y usos antitéticos de la subversión

       Sergio Andrés Sabogal Oviedo

       9. La novedad de la repetición: para una comprensión de las derivas del rock

       Román Mayorá

       10. Discurso desde la contracultura: el caso del fanzine Visión Rockera en torno a la raza, la clase y el género

       Minerva Campion Canelas

       11. “La localía pesa y los ritos también”: la construcción de la tradición en el circuito de rock de la ciudad de La Plata

       Josefina Cingolani

       12. Rock y memoria histórica: la conmemoración como narrativa política musical

       Juan David Cárdenas Ruiz

       Mauricio Lozano Vesga

       13. La cultura material del rock: entre instrumentos musicales, merchandising y nostalgia

       Alexis Castellanos Escobar

       Diana Galindo Cruz

       Autores

       Sergio Roncallo-Dow

       Daniel Aguilar Rodríguez

       Enrique Uribe-Jongbloed

       Desnudo eres fuego, vistiendo en penumbras el traje certero, Después del final, guerrero sensible que vuelve a empezar…

      Kraken

      El 29 de enero de 2017 falleció Élkin Ramírez, el legendario vocalista de Kraken. Muchos de nosotros pensamos que eso significaba el final del rock en Colombia. Después de todo, Kraken era una de las pocas bandas que había logrado mantenerse vigente durante más de treinta años en la escena rockera local y había mostrado que era posible, a pesar de las dificultades técnicas y del mercado, hacer un rock profesional y capaz de narrar una realidad que reclamaba relatos que fueran capaces de hacer frente a la hegemonía y a los discursos tradicionales (Arango-Lopera y González, 2019). Casi solitario, Élkin emprendió un recorrido en el que sus compañeros fueron la persistencia y el convencimiento de que el rock es, ante todo, una forma de vida. Élkin fue un ejemplo de persistencia y tenacidad, de lo que es ser un rockero; por eso, a él, quien está aún después del final, está dedicado este libro. Quizá, la persistencia que Élkin nos enseñó y su legado de cómo vivir el rock son las razones que han dado origen a este libro.

      Algunos de nosotros (los editores) venimos de la escena del rock local, caminamos las calles de Bogotá cargando nuestros instrumentos, conociendo los rechazos de los bares para organizar un concierto y viendo la deshonestidad en los ojos de los promotores de los eventos. Supimos lo que era tocar en las peores condiciones técnicas y ante públicos de diez personas, sin recibir a cambio ni una cerveza (el dinero ni lo soñábamos). Vimos cómo la ciudad se transformaba y aparecían espejismos como Rock al Parque que daban la ilusión de un futuro como músicos. Algunos de nosotros estuvimos en esa tarima y vimos cómo la ilusión duraba treinta y cinco minutos. No nos importó. Aquí estamos, después del final, convencidos de que debemos seguir rockeando y ahora pensando en lo que nos inyectó las ganas de estar vivos durante más de dos décadas. Al lado de nuestros libros siguen la guitarra y la batería, y en el momento en que se escriben estas líneas, no hemos salido de los escenarios. Músicos o público, pero siempre rockeros. En nombre del rock, se ha escrito lo más alegre y lo más triste; en nombre del rock, se han alabado el amor y los más profundos abismos de la tristeza. El rock es vida y es muerte; el rock es una forma de habitar este mundo. El rock es lo que ha hecho que desde los salones de clase hayamos seguido sintiendo lo que somos y siendo lo que somos, y a pesar de que muchos lo han tachado como un producto más del capitalismo global (Heath y Potter, 2005), seguimos creyendo en él como un lugar de liberación. Ese espíritu recorre este libro.

       Rock, resistencia y estudios culturales: reflexiones nostálgicas y noventeras

      Hace ya un tiempo Mattelart y Mattelart (1997), al introducir la sección dedicada a analizar los estudios culturales británicos, utilizaron un seductor subtítulo: la cultura del pobre. Después de un recorrido teórico por las diferentes corrientes del pensamiento comunicacional que abarcan propuestas tan particulares como el modelo matemático de Shannon y Weaver o la teoría de Lazarsfeld a propósito de la persuasión, resulta inquietante hallar un apartado en el que la reflexión parece salir de los muros de la academia y preocuparse por aquello que sucede en el entramado social, en que los procesos comunicativos y culturales tienen lugar.

      Los estudios culturales ofrecen por primera vez la posibilidad de acercarse a la realidad de las clases populares y se interesan por los procesos que allí se dan. En los sesenta y setenta, años en que los estudios culturales tuvieron su auge, dentro de las clases obreras inglesas se dieron ciertos procesos de re-significación cultural, si se nos permite este término, y a través de nuevas prácticas, se llegó a nuevas propuestas estéticas que redefinieron para siempre el patrimonio simbólico de Inglaterra, y tiempo después, del mundo entero. Nos referimos, por supuesto, al surgimiento del rock como una especie de contracultura y de respuesta a cierto tipo de necesidades que se vislumbraban, poco a poco, a lo largo y ancho del entramado social. Nuestra idea en las líneas que siguen es, de algún modo, explorar el fenómeno desde tres perspectivas: estética, cultural y comunicativa. Sin embargo, es difícil hacer distinciones tajantes entre las tres, pues muchas veces se entrecruzan o se traslapan; hacemos esta salvedad para dar al lector una brújula que le ayude a no naufragar.

      Sennett (1994) habla de los cuerpos fríos para referirse a las mujeres y los esclavos, aquellos que se encontraban en los márgenes de la sociedad ateniense, aquellos que no podían participar activamente de la vida de la ciudad. Siguiendo a Sennett, utilizaremos la idea de los cuerpos fríos para referirnos a un cierto lugar de la población inglesa (en principio), particularmente a ciertos sectores de la clase obrera en que se fraguarían los más importantes hitos culturales del mundo anglo en el periodo

Скачать книгу